Argel, 10 de noviembre. El líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, afirmó hoy que el asalto a un campamento en Sáhara Occidental fue un intento de Marruecos de mostrar al mundo que los saharauis no quieren la paz y empujarlos a retirarse de las negociaciones que ambas partes desarrollan desde 2007 bajo los auspicios de la Organización de Naciones Unidas, con el fin de determinar el futuro de la República Árabe Saharaui Democrática, proclamada desde 1976, un año después de la anexión de la ex colonia española por parte de Rabat.

El ataque al campamento de Gdaim Izik fue planificado, pero resultó en un fracaso político, un día después de finalizadas las dos jornadas de pláticas informales celebradas en Nueva York, de cara a la celebración de la cuarta ronda oficial de negociaciones.

Horas antes, desde Madrid, la representación del Polisario acusó a Marruecos de provocar una situación de terror en la ciudad de El Aaiún, ubicada a 18 kilómetros del campamento que los saharauis montaron el 18 de octubre pasado para demandar mejores condiciones de vida en Sáhara Occidental, que Rabat considera provincia del Estado marroquí.

El movimiento independentista aseguró que en El Aiún –declarada capital administrativa de la provincia–, policías y militares que formaron parte del asalto a Gdaim Izik dejaron cadáveres a la vista pública para atemorizar a la población.

La información fue difundida por el Polisario en momentos en que las agencias internacionales con corresponsales en Marruecos suspendieron la cobertura en el lugar de los hechos y se limitan a publicar la versión oficial del gobierno marroquí y algunos testimonios telefónicos de residentes en El Aaiún, que dicen que la situación está en calma.

El gobierno marroquí informó, en tanto, que la policía arrestó el lunes en Gdaim Izik a 163 personas, cuatro más que la cantidad denunciada el martes por el Polisario desde Argel, donde tiene su principal representación.

Los saharauis fueron detenidos en el campamento –habitado por unas 28 mil personas– por participar en disturbios y portar armas blancas, según la información de fuentes policiales marroquíes en Rabat.

Elghalia Djimi, vicepresidente de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de Derechos Humanos, denunció que Ennama Asfari, activista cercano a este movimiento, residente en El Aaiún, está desaparecido desde el lunes.

En Madrid, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, evitó condenar el asalto a Gdaim Izik y negó que su administración haya tenido conocimiento previo de la acción marroquí, como aseguró la prensa madrileña que citó fuentes diplomáticas.