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Pobreza en el DF
Dos de cada tres capitalinos viven en zonas marginadas

Carecen de servicios o infraestructura, como luz, transporte, drenaje o agua potable

Luego vienen los funcionarios y nos dicen que nos van a pavimentar, y no hacen nada

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Como no tenía trabajo, comencé a acarrear agua, relata el dueño de los burros. Calcula que al día hace por lo menos 15 viajes de un pozo a la colonia Barrio la Asunción, ubicado en Xochimilco. Vende cada garrafón en 15 pesos, de acuerdo con habitantes del lugarFoto Yazmín Ortega Cortés
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Derecha: Otra vecina del sitio. Su vivienda carece de serviciosFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 14 de noviembre de 2010, p. 2

Más de 3 millones de personas en la ciudad de México viven en 550 colonias ubicadas en zonas catalogadas como de alta y muy alta marginación. Carecen de drenaje, agua potable, pavimentación, alumbrado o transporte público, y subsisten con menos de un salario mínimo.

Ante la falta de desagüe, construyen fosas sépticas en el patio de su casa. Van por agua al pozo más cercano, que en muchos casos está a más de un kilómetro, o compran garrafones de 20 litros a 15 pesos para llenar tinacos o cisternas.

Los que pueden, adquieren una bomba y construyen una instalación provisional para recibir el líquido. Otros cuentan con la infraestructura, pero el agua sólo les llega por tandeo.

Mientras llena con una manguera unas cubetas fuera de su casa, don Tomás comenta: tenemos agua lunes, miércoles y sábado de las siete de la mañana a la una o dos de la tarde.

En sitios como Barrio la Asunción, en Xochimilco, hay quienes colocan a un burro bases metálicas para cargar en un solo viaje hasta cuatro garrafones, y así ganarse la vida.

El señor Juan comenta que tenía dos burros y, como no encontraba trabajo, comencé a acarrear agua. Calcula que al día hace cuando menos 15 viajes del Barrio la Asunción al pozo de San Gregorio 2, instalación construida por el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM).

El garrafón nos cuesta 15 pesos. Por cuatro pagamos 60. Sólo nos alcanza para la comida, limpiar, lavar los trastes. Si queremos lavar la ropa tenemos que ir antes de las ocho de la mañana a los lavaderos que están como a dos kilómetros, explica la señora Graciela, quien desde hace más de 20 años vive en la calle Jacaranda.

Son calles angostas, sin pavimento ni letreros que indiquen el nombre. La mayoría se cuelga de los cables pare tener electricidad en su casa.

Graciela, de más de 50 años de edad, recuerda que cuando llegó no había calles. Eran brechas. Nosotros hemos ido dándole forma. Luego vienen los funcionarios y nos dicen que nos van a pavimentar, que nosotros pongamos la mano de obra o nos piden dinero, y no hacen nada.

La necesidad hizo que Graciela, jubilada del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, creara un mecanismo de captación de agua de lluvia, la cual ocupa para lavar la ropa y limpiar la casa y el baño. También instaló una fosa séptica. “Pa que no huela feo, sobre todo cuando hace calor, se le echa cal”, explica.

Los vecinos del lugar tienen que caminar alrededor de un kilómetro para llegar a la base de los microbuses o camiones que los llevan a la estación más cercano del Metro o el tren ligero.

El transporte público llega hasta el pozo del SACM. De ahí es necesario caminar para llegar a la parte alta del Barrio la Asunción. En la noche hay que pagar taxi. Nos cobra 15 pesos, pero ¿qué hacemos?, está oscuro. Luego ponen los focos, pero los rompen a pedradas, cuenta Josefina, estudiante de secundaria.

Llegar a las oficinas de la delegación Xochimilco les toma, mínimo, una hora.

La mayoría se dedica a la albañilería. A la semana me pagan 700 pesos. Soy peón y no hay muchas obras, afirma Antonio.

Algunas amas de casa ponen en la puerta de su casa una mesa para vender desde dulces, verduras y frutas hasta ropa o zapatos.

El panorama no es muy diferente en la colonia La Peña, Santa María Nativitas, Xochimilco. Y lo mismo se puede ver en la Sierra de Santa Catarina, delegación Iztapalapa.

José llegó hace más de 25 años a la colonia La Peña. “Hicimos faenas pa meter el agua, aunque sólo nos cae dos veces a la semana. No tenemos drenaje, y como hemos podido aplanamos la tierra. Siempre nos ofrecen que van a poner el pavimento”.

Antonio y su familia pagan 500 pesos mensuales de renta por una casita de tres cuartos. El agua nos la regala el señor de atrás, apunta. Es albañil. A la semana le pagan entre 700 y 800 pesos.

Para aumentar sus ingresos, la familia vende pulque. Sacamos 30, 40 pesos al día, informa. Y su esposa vende dulces en la calle.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Desarrollo Social local, en la ciudad de México existen 550 colonias catalogadas como de alta y muy alta marginación, en las que se concentra 37.1 por ciento de la población; es decir, 3 millones 160 mil personas (de un total de 8 millones 500 mil habitantes).

Se tiene ubicadas 319 colonias de media marginación, con lo que se llega a 64 por ciento de la población (5 millones 440 mil habitantes).

Martí Batres Guadarrama, secretario de Desarrollo Social, explicó que se considera como zonas de alta, muy alta y media marginación aquellas que carecen de servicios –pavimentación, transporte y electricidad– o infraestructura –drenaje o agua potable, o ambas–. Ya ni pensar en parques, centros deportivos o comunitarios, de salud.

Esta franja de marginación y alta marginación existe en las 16 delegaciones, pero se hace más patente en Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta, Tlalpan, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero y Cuajimalpa.