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Guerra en las favelas

Lula y Dilma dan total apoyo a las autoridades de Río

Policía y ejército preparan la toma de Alemao; no hay prisa
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La imagen, tomada el día 7 de noviembre, muestra a un traficante de drogas, quien se identificó como Jogador y posa para la foto con un arma con la que vigila los callejones de una favela en Río de JaneiroFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de noviembre de 2010, p. 4

Río de Janeiro, 26 de noviembre. Unos 800 paracaidistas del ejército brasileño ocuparon hoy las principales rutas de acceso al complejo de favelas de Alemao, donde están refugiados cientos de narcotraficantes, al sumarse a los elementos de seguridad que participan en la mayor ofensiva contra esos grupos acusados por las autoridades de la ola de ataques incendiarios que azota Río de Janeiro.

El cerco a esa zona representa el primer paso hacia una posible invasión del conjunto de diez favelas, donde viven alrededor de 65 mil personas y que es ahora el foco de tensión, ya que desde este jueves se convirtió en refugio para unos 200 delincuentes que huyeron de la vecina comunidad de Vila Cruzeiro, ocupada por las fuerzas policiales.

Los militares participan con unos 40 vehículos, entre ellos seis blindados de combate. El comandante del operativo, el general Adriano Pereira Junior, dijo que muchos de los soldados que intervienen en la operación formaron parte de las tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), de la que Brasil tiene el comando militar.

Pereira Junior advirtió que si las tropas que están dando apoyo a la policía local en acciones contra el crimen son atacadas, entonces el enfrentamiento será inevitable. Señaló que las armas que llevan son para ser usadas sólo si es preciso, durante una conferencia de prensa junto con el gobernador Sergio Cabral y tras una reunión con el ministro de Defensa, Nelson Jobim.

El envío de elementos del ejército a la ciudad brasileña –que será la sede de la final del Mundial de futbol de 2014 y acogerá los Juegos Olímpicos de 2016– fue autorizado la noche del jueves por el propio presidente Luiz Inacio Lula da Silva, así como el envío de 300 agentes de la policía federal, dos helicópteros, equipos de comunicación y gafas para visión nocturna.

Desde Guyana, donde interviene hoy en la cuarta Cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Lula prometió total apoyo a las autoridades de Río en su lucha contra la delincuencia, que desde el miércoles tiene el apoyo logístico de la armada. Sin embargo, indicó que las tropas militares no puede efectuar arrestos, sino que esa tarea corresponde a la policía militarizada de la ciudad.

La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, expresó su solidaridad con la población de Río de Janeiro y su apoyo a las autoridades locales en esta lucha contra la violencia del tráfico de drogas.

La policía militarizada aseguró que la favela Vila Cruzeiro, reconquistada por sus fuerzas, vivió una noche tranquila. No obstante, los habitantes de la ciudad se mantenían expectantes ante las nuevas acciones que la policía prepara.

El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 expresó su total apoyo a la estrategia del gobierno del estado para enfrentar la ola de violencia criminal y dijo confiar en que las justas se realizarán en un clima de total seguridad. También las autoridades del futbol brasileño prometieron que el Mundial de 2014 tendrá lugar en un clima de normalidad.

El aumento de los efectivos de seguridad en las calles de Río –que incluye además a 21 mil agentes de la policía militarizada– no hizo cesar la ola de ataques incendiarios de delincuentes en distintos puntos de la ciudad al afectar a 96 vehículos desde el domingo, en tanto que la cifra de muertos creció a 38 y el de arrestos a 192.

Los delincuentes hicieron hoy varios disparos contra un helicóptero policial que sobrevoló el complejo de Alemao, pero sin causar víctimas ni daños a la aeronave, según informó la policía militarizada. Además, se informó que el fotógrafo Paulo Whitaker de la agencia Reuters resultó herido en un hombro durante la cobertura de otros episodios de violencia.

El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, se negó a revelar el plan de ataque contra los delincuentes, y buscó alejar los temores a una masacre, expresados por organizaciones de derechos humanos: No vamos allá con el objetivo de agredir a nadie.

Según el portavoz de la policía militarizada, el coronel Henrique Lima Castro, todavía no se ha definido el momento del ataque.

No tenemos prisa. La tropa está motivada. Hemos convocado a los que estaban en vacaciones y ahora somos 21 mil hombres. Hasta algunos que estaban en retiro nos pidieron regresar, porque quieren participar en este momento histórico. En base a mi experiencia, lo mejor que pueden hacer estos delincuentes es entregarse, advirtió.