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Regresar a lo autoritario significa pobreza, corrupción y simulación de la libertad

Endosa Calderón a priístas los lastres que padece el país

En el festejo por los 10 años de gobiernos federales panistas repasa logros de su administración

Vuelve con el discurso de que la violencia no es culpa de las autoridades, sino de criminales

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El presidente Felipe Calderón, durante su mensaje en el Auditorio NacionalFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de noviembre de 2010, p. 7

Al encabezar el festejo por su cuarto año de gobierno y una década de que el PAN llegó a Los Pinos, el presidente Felipe Calderón manifestó ayer que México no merece quedar varado a la mitad del camino del cambio democrático que hemos emprendido y mucho menos la tragedia de regresar a lo antiguo, a lo autoritario y a lo irresponsable, pues ello significa pobreza, corrupción, negación o simulación de la libertad y el derecho.

En el Auditorio Nacional, casi repleto de panistas y empleados federales, arengó: Vamos por más, porque una nueva etapa de avances requiere redoblar el peso político de la fuerza de la democracia, la fuerza cívica que fue capaz de cambiar el país, la fuerza que hace 10 años venció las resistencias y la defensa del autoritarismo.

Sin mencionar por su nombre al PRI, responsabilizó a ese partido de todos los males del país, asociándolo a una vieja estructura autoritaria que aún ahora se expresa como lastres que impiden avanzar, porque todos vemos esos obstáculos de un sinnúmero de intereses creados que se aferran a mantener sus privilegios.

El discurso de Calderón fue virtualmente un segundo informe de su cuarto año de gobierno y un corte de caja de 10 años de administraciones panistas, en el cual no cupo la autocrítica, pero sí los tintes futuristas con miras a la elección presidencial de 2012.

Van por más

Vamos por más, porque nuestra obra no ha concluido. Preparémonos para durar y trabajar duro, señaló el mandatario, quien recordó el lema de su partido al destacar que los ideales de la democracia habrán de guiarnos en esta nueva etapa y habremos de triunfar porque somos más los mexicanos que queremos una patria justa, ordenada y generosa.

En su mensaje sólo reconoció el déficit en materia de seguridad, aunque de inmediato imputó su origen al viejo régimen, el cual dejó crecer el crimen por irresponsabilidad, tolerancia o franca complicidad. En el ámbito local dejó entrever que todavía hoy se favorecen elementos de opacidad, complicidad e impunidad. Incluso comentó que los lugares donde hay más violencia es donde imperan esos factores.

Por esa realidad, destacó que el gobierno federal reforzará su presencia en entidades como Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua y Michoacán –todos gobernados por la oposición–, para ayudar a los ciudadanos ante los elevados niveles de violencia.

Resaltó que el compromiso del gobierno federal de combatir el crimen organizado es indeclinable e irrenunciable, y ratificó que luchará por reconstruir las instituciones de seguridad para enfrentar con firmeza a los enemigos de México, lo que le valió el más prolongado aplauso de la concurrencia, la cual se puso de pie.

Felipe Calderón rechazó las versiones sesgadas, de buena o mala fe, de que el gobierno es el responsable de que se haya desatado la violencia en el país. Al contrario, fue esa violencia y la impunidad lo que exigió la acción del gobierno, por lo que no debemos olvidar una verdad elemental: la violencia es culpa de los criminales, no es culpa del gobierno, que tuvo el valor de combatirlos.

El Presidente dijo que los grandes árboles no caen de un hachazo. Árboles viejos, con raíces añosas, bien penetradas, como las de la delincuencia, requieren muchos hachazos, y mientras más mexicanos apoyemos la lucha contra la criminalidad serán más hachazos y más rápido caerá el árbol podrido de la corrupción y la violencia en nuestro país.

Al cumplirse una década de los gobiernos humanistas del PAN, siempre contrastados con el autoritarismo del viejo régimen, el jefe del Ejecutivo presentó un decálogo de logros en salud, vivienda, economía, lucha contra la pobreza, medio ambiente, infraestructura, educación y democracia. Todo enfatizando la pesada herencia de otras administraciones.

Sólo una vez aludió al ex presidente Vicente Fox, ausente en el festejo, y reivindicó a connotados panistas, entre ellos Carlos Castillo Peraza, Manuel Clou-thier, Manuel Gómez Morín y Luis H. Álvarez.

Acompañado en el presídium por beneficiarios de programas sociales, mientras en las butacas lo escuchaban miembros de su gabinete, gobernadores y el dirigente del blanquiazul, César Nava, el mandatario aseguró que nunca como antes se ha invertido en salud, educación, vivienda e infraestructura.

Entre los contrastes que presentó, mencionó que la crisis económica de 1995 –provocada por errores del propio gobierno– implicó un aumento de 100 por ciento en las tasas de interés, la reducción de 10 por ciento de los empleos y la pérdida del patrimonio de las familias. Durante los años 80 la inflación alcanzó 15 mil por ciento, y en los 90, 400 por ciento, apuntó.

Calderón dijo que durante su administración la crisis que llegó del exterior, producto de un colapso mundial sin precedente, provocó la pérdida de sólo dos de cada 100 empleos, los cuales ya se recuperaron. En tanto, la inflación en la década de gobierno federales panistas fue de 4.3 por ciento y las reservas del Banco de México han alcanzado un máximo histórico de 110 mil millones de dólares.

Según el Presidente, la pobreza extrema se ha reducido 25 por ciento, los créditos para vivienda otorgados en esta administración equivalen a todos los dados en los pasados 20 años, la cobertura en salud se duplicó en una década y la estabilidad económica ha permitido recuperar el crédito.