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Contra el establishment

La filtración tiene tres despachos acerca de Haití

Preval, indeciso y apático, pero es nuestro aliado: embajadora
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de diciembre de 2010, p. 4

Es indeciso, apático, suspicaz, camaleónico. Parece que ha vuelto a beber y no cuida su antiguo cáncer de próstata. No delega responsabilidades, apenas se traslada del palacio de gobierno a su casa, salvo ocasionales veladas en un club nocturno de Petionville. Vive aislado; en los dos últimos años redujo drásticamente su círculo de relaciones personales y sólo confía en su esposa Babette Delatour. Se mueve en un vacío político; vacío que ha sido ocupado por quienes no piensan necesariamente en los intereses de su país.

Pero es nuestro aliado y un hombre indispensable. Es René Preval, presidente de Haití, descrito por la embajadora de Estados Unidos en Puerto Príncipe, Janet Sanderson, en sus cables confidenciales al Departamento de Estado filtrados por Wikileaks.

Sólo tres despachos, clasificados confidenciales, trascendieron sobre el marcaje que Estados Unidos hace al mandadario haitiano. El último envío conocido es de junio de 2009, siete meses antes del devastador terremoto que destruyó Puerto Príncipe y varias ciudades más.

Sin una visión de futuro, terco, distraído, reincidente en una dinámica de inacción, el mandatario que se supone habría de marcar la transición posaristidista es muy renuente a utilizar su influencia política, tiene dificultades para expresar lo que quiere y tiene una visión en blanco y negro.

Incapaz de aceptar críticas de buen talante, Preval puede suspender una reunión con su gabinete si encuentra que sus ministros difieren con él.

No se sabe si consume algún medicamento que altere su conducta o su estado de ánimo, reporta la embajadora.

El perfil de Preval, descrito en dos despachos (marzo de 2007 y mediados de 2009), muestran al gobernante que ante la mayor catástrofe de la historia haitiana contemporánea (12 de enero) se esfumó del escenario, actuó como un zombie –según lo describió en su momento un testigo– y dejó a la población a la deriva; al jefe de Estado que fue incapaz de promover la mínima reconstrucción de infraestructura y vivienda, lo que ocho meses después devino en el estallido de la peor epidemia de cólera que se conozca en tiempos modernos.

Una nota publicada por el diario francés Le Monde apenas araña el contenido de los cables diplomáticos.

Consultados directamente en el sitio de cablegate.wikileaks, se revela la información que Washington desea saber sobre Preval: antecedentes médicos de sus padres, relación con su hermana y las hijas de sus matrimonios anteriores, hábitos alcohólicos, medicamentos que consume, horarios de trabajo, planes de boda con su entonces asesora financiera, hoy su esposa, lo que hace en su tiempo libre, lo que dicen de él sus amigos.

La embajadora, en tono de crítica, lo define como un nacionalista y desconfiado de los extranjeros.

Se reporta que sus amigos consideraron que intenta operar las elecciones del pasado 28 de noviembre para asegurar la continuidad de su gobierno y amarrar una sucesión que garantice que no será juzgado al dejar el poder. Y finalmente se comenta –con preocupación por las operaciones de alta diplomacia que tuvieron que echarse a andar– la terquedad del presidente de sostener su voto en las Naciones Unidas a favor de Taiwán (país que financió el negocio agroindustrial familiar de los Preval en Marmelade), lo que le valió un conflicto con China, que en represalia quiso oponerse en el Consejo de Seguridad a la continuación de la Minustah en Haití.