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Relevo Blanquiazul

Ante el declive electoral difieren sobre el alcance de la restructuración institucional

Renovarse, oportunidad para mantener la Presidencia, coinciden cinco aspirantes
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de diciembre de 2010, p. 17

Frente al declive de las preferencias electorales en favor de su partido y el desafío de retener la presidencia de la República en 2012, los cinco candidatos a la dirigencia nacional del PAN señalaron que debe haber modificaciones en la organización de este instituto político.

Sus propuestas para reforzar al blanquiazul van del simple cumplimiento de la normatividad interna a la restruc- turación a fondo del partido. Pero una cosa queda clara en sus planteamientos: Acción Nacional no se puede quedar como está si quiere volver a ganar los comicios presidenciales, sobre todo porque acusa problemas que lo hacen ver como una locomotora descarrilada, subrayaron.

Roberto Gil: entusiamar a la sociedad

De 33 años de edad, con un poco más de dos años y medio de militancia activa, el diputado Roberto Gil aparece como el más aventajado en la contienda por la dirigencia panista, pero también como el que ha generado el mayor rechazo entre militantes de larga trayectoria.

Respaldado por Germán Martínez, ex jefe nacional del PAN; Jordi Herrera, subdirector de Pemex, y Patricia Flores, ex titular de la Oficina de la Presidencia de la República, señaló que a lo largo de su campaña escuchó quejas de los consejeros y la petición de que la dirigencia nacional esté más cerca de los comités estatales y municipales y éstos sean involucrados en las decisiones importantes de Acción Nacional. Como parte de su propuesta para los próximos tres años se encuentra la de acercar el partido a la ciudadanía, restructurarlo y renovar su discurso para entusiasmar a la sociedad. En suma hay que reconquistar la confianza de los ciudadanos para 2012, subrayó.

Visto en un amplio sector del panismo como otra imposición del presidente Felipe Calderón, Gil consideró que entre el jefe del Ejecutivo y el PAN debe haber una respetuosa y responsable cercanía, luego de recordar que si le va mal al gobierno le va mal al partido y si le va bien al gobierno le va bien al partido.

Gustavo Madero: corregir errores

El siguiente candidato con el mayor número de consejeros a su favor, según estimaciones de los propios integrantes del blanquiazul, es el senador Gustavo Madero, quien ve en el proceso de renovación de la dirigencia de su partido la oportunidad para corregir errores y salir más unidos y fuertes.

De llegar a la presidencia de Acción Nacional, señaló, promoverá un Comité Ejecutivo Nacional (CEN) incluyente, que trabaje fuerte y de cerca con los comité directivos estatales y municipales; que haga mucha sinergia con los grupos parlamentarios y promueva candidatos con los que la ciudadanía se sienta identificada.

Respaldado por connotados integrantes del calderonismo, como Mariana Gómez del Campo, coordinadora del grupo parlamentario del PAN en la Asamblea Legislativa, y Obdulio Ávila, actual dirigente del blanquiazul capitalino, así como gobernadores y un amplio grupo de senadores, Madero estableció que en la relación del dirigente nacional del PAN con el presidente de la República debe haber toda la cooperación posible pero ninguna subordinación admisible.

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El senador Gustavo MaderoFoto Guillermo Sologuren
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Cecilia RomeroFoto María Luisa Severiano
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Roberto Gil ZuarthFoto Yazmín Ortega Cortés
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Blanca Judith Díaz DelgadoFoto Yazmín Ortega Cortés
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Francisco Ramírez AcuñaFoto José Carlo González

Cecilia Romero: cumplir reglas básicas

Cecilia Romero, ex comisionada del Instituto Nacional de Migración, y el diputado por Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, siguen en las preferencias de los consejeros del PAN. La primera agrupa a liderazgos identificados con la ultraderecha y El Yunque, mientras el segundo cuenta con el apoyo de legisladores críticos de la actuación gubernamental y partidista, como Javier Corral y Ricardo García Cervantes.

Romero resaltó que en su campaña encontró una militancia desencantada por la falta de resultados tangibles. Sus prioridades para fortalecer a su partido son la unidad interna, que se obtiene de la discusión abierta, el cumplimiento de estatutos y reglamentos y la cercanía con la sociedad.

Coincidió con Madero en que el partido tiene que apoyar al gobierno emanado de sus filas y éste apoyarse en el PAN, pero respetando los campos de acción de cada uno.

Francisco Ramírez Acuña: hay que poner orden

Ramírez Acuña consideró que en el proceso de sucesión en la presidencia blanquiazul no está a discusión quién gana y controla a ese instituto, sino quién puede darle fortaleza, y poner sobre los rieles a la locomotora que está descarrilada, esto es, quién puede poner orden en Acción Nacional.

Alejado del calderonismo tras su salida de la Secretaría de Gobernación, dijo que la militancia panista está molesta porque se dejó de hacer un trabajo cercano a la sociedad, y hay preocupación, ya que los tiempos rumbo a los comicios de 2011 y de 2012 están muy cortos y hay que levantar la organización en todo el país.

De entrada consideró que de llegar a la dirigencia del blanquiazul se dedicará a reorganizar el partido y se mantendrá muy cerca de la membresía, para generar desde los estados una agenda política que permita un partido que dé opinión, presente propuestas y abandere causas de la sociedad.

Blanca Judith Díaz Delgado: retomar principios doctrinarios

Senadora por Nuevo León, Blanca Judith Díaz Delgado también señaló que en su campaña encontró una militancia deseosa de ser escuchada por sus liderazgos, a la que no le gustan las designaciones, que quisiera tener claridad en muchísimos temas y retomar los principios de doctrina.

Promotora de la impugnación a la candidatura de Roberto Gil por no tener ni tres años de militancia activa, acción de la cual no se arrepiente, dijo que no declinará a pesar de que ha recibido presiones para que deje la contienda. Argumentó que más allá de elegir al nuevo presidente del PAN, lo que está en juego en este proceso de renovación es la redefinición del instituto político: el regreso a lo básico.

Eso implica que el partido vuelva a ser sencillo, empático, a recorrer las calles y abanderar las causas de la gente. No puedes pedirle que vuelva a ti si tu no vas a ellos, puntualizó.