El obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, monseñor Samuel Ruiz García, emitió un mensaje navideño en el que lamentó que la evaluación de este año en nada sea mejor que el del anterior, ya que la pobreza, la inseguridad acrecentada por el narcotráfico, las políticas para contrarrestarlos y la violación a los derechos humanos en el país siguen siendo una constante.

El mensaje, enviado en conjunto con el equipo del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América Latina (Sicsal) México, señala que el año que termina ha estado “lleno de bendiciones y grandes retos en el caminar que el Señor nos ha puesto.

Nos preparamos para celebrar la venida de El Salvador, nacido pobre entre los pobres, realidad que no se modifica, sino que se acrecienta, haciendo más grande la distancia entre los que acaparan la riqueza y los que cada día se sumergen en esta desigualdad social con todas las consecuencias que conlleva, albergando la esperanza de seguir luchando por construir el anunciado reino de justicia, paz y amor, apunta.

Aludió a la dificultad de poder decir feliz año nuevo, si las señales no avizoran grandes cambios. ¿Cómo hablar de felicidad cuando para los pobres sólo es continuidad de su pobreza y marginación?, cuestiona el texto.

Por ello, continúa, el Anuncio Salvífico, que es denuncia, sigue siendo una exigencia para los cristianos en busca de la construcción de una sociedad justa y fraterna.

La Navidad, finaliza el documento, nos impulsa a desear para los más pobres y marginados que sus sufrimientos, relacionados con los que Cristo hecho hombre vivió, sean fructíferos y motor para nosotros que, en congruencia con la Palabra de Dios, accionemos para mejorar la vida de los más necesitados hasta lograr en la tierra la realización del Salvífico Plan de Dios.