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Asegura que pagó 820 mil dólares por el mural de Siqueiros

Empresa uruguaya reclama la posesión de Ejercicio plástico

Demanda que se anule ley de expropiación votada por el Congreso argentino en 2009 y adelantó que no aceptarán indemnización

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Ejercicio plástico se inauguró el pasado 3 de diciembre por los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Felipe Calderón, en el contexto del bicentenario de la Independencia de MéxicoFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 19 de diciembre de 2010, p. 6

Buenos Aires, 18 de diciembre. Una nueva demanda jurídica amenaza el destino del extraordinario mural Ejercicio plástico, pintado por el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros en 1933 en un sótano, en la casa de campo de un empresario periodístico argentino, reconstruido después de una saga de novela de realismo mágico e inaugurado el pasado 3 de diciembre por los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Felipe Calderón en el contexto del bicentenario de la Independencia de México.

Según algunos informes de prensa, la empresa uruguaya Dencanor se declara propietaria legal del mural. En realidad la obra estuvo abandonada aquí en contenedores en la zona portuaria durante unos 18 años, después de que fue cortada cuidadosamente en partes –como rompecabezas– por un equipo mexicano contratado por uno de los tantos dueños de la casa donde estaba la obra.

Una abogada de la empresa, Mirta Barruti, sostiene que el gobierno argentino debe devolver el mural a esa entidad privada, que no aceptará indemnización alguna y requiere anular la ley de expropiación votada por el Congreso argentino en 2009, desatando una nueva lucha, lo que ha convertido el destino de esta obra en una larga novela y en documentales que parecen ficticios, aunque recogen una realidad increíble.

Sin embargo, el movimiento de pintores, escultores y escritores locales, que han defendido la obra como patrimonio histórico artístico del país y de la humanidad, está dispuesto a ir a todos los estrados del mundo.

La lucha jurídica, con muchos elementos oscuros alrededor, alcanzó ribetes de escándalo en algunos momentos, pero mostró el escaso respeto al trabajo artístico de uno de los más reconocidos muralistas del mundo.

Insensibles, estos comerciantes del arte que descubrieron el valor económico de la obra y la dejaron arrumbada y a la intemperie durante años. Fue uno de los dueños de aquella casa, con más sensibilidad, quien llamó a restauradores mexicanos de alto nivel para que rescataran el mural, ya que se temía que incluso fuera derribado el lugar donde estaba pintado. Luego los intereses comerciales comenzaron a cruzarse en largos juicios, mientras la obra en pedazos, agonizaba en contenedores. Finalmente, la lucha de muchos amantes del arte logró que un gobierno tomara una decisión salvadora. Esta obra ya es de los argentinos, los mexicanos y los latinoamericanos, dijo en su momento Doris Carpani, esposa del pintor argentino Ricardo Carpani, una de las mayores defensoras de Ejercicio plástico, restituido para los pueblos y rescatada de miserables  ambiciones comerciales, sin ninguna sensibilidad.

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Imagen del proceso de rehabilitación del muralFoto Yazmín Ortega

Carpani se refiere a que en 2003 el recientemente fallecido expresidente Néstor Kirchner declaró el mural como bien artístico histórico nacional, para impedir que alguien intentara sacarlo del país en medio de esas interminables diputas judiciales y mientras permanecía encerrada en contenedores y expuesta a la intemperie. Se ordenó asimismo  su traslado a un galpón cerrado para su protección y la cuidadosa revisión del estado y las afectaciones que había sufrido el mural.

Dencanor sostiene que presentó una demanda para que se declare la nulidad de la ley de expropiación dictada por el Congreso argentino en 2009, al afirmar que no se trata de un problema de dinero, pero todos saben que el valor de la obra, que según dicha empresa pagó en 820 mil dólares, se ha duplicado y puede triplicarse.

La increíble historia de esta obra pintada en un espacio cilíndrico en la cava de la casa de Natalio Botana, también de novelesca vida, revela cómo resultó víctima de las disputas hereditarias, de las ventas de esa residencia y de las voluntades y humores de sus diversos ocupantes, entre ellos la mujer de un político de derecha ultracristiana que la mandó cubrir con cal por considerarla erótica y obscena.

En este caso el mural se salvó  porque Siqueiros, quizás intuyendo que dejaba su obra a la deriva, usó pinturas con acrílicos especiales que la protegieron contra todo.

Pero no contra las desmedidas ambiciones de empresarios y en algunos casos nuevos ricos, que al saber del valor de la obra comenzaron luchas jurídicas por su posesión, sin importar en qué estado estaba la obra.

Desde 2009, un equipo de restauradores mexicanos y argentinos trabajó arduamente para restaurar el mural en un espacio cilíndrico, en la antigua Aduana Taylor, que está junto a la Casa Rosada (gubernamental) y pronto estará abierta al público.

Al inaugurar el mural, junto al presidente mexicano, Fernández de Kirchner destacó que tal como lo deseaba Siqueiros, esta obra une de modo muy especial a ambas naciones, y consideró que su restauración pagaba una vieja deuda del país sudamericano a México.

Setenta y seis años después de su creación, y luego de mucho tiempo de oscuridad, el mural de Siqueiros volvió a lucir en todo su esplendor y los críticos adelantan que se trata de una restauración minuciosa.