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Las autoridades tienen una tarea pendiente, sostiene el político

Voy a vivir para adelante, dice el Jefe Diego en su casa
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de diciembre de 2010, p. 9

Diego Fernández de Cevallos hizo su reaparición pública este lunes a las 13:30 horas, después de un cautiverio de siete meses y seis días. A esa hora arribó a su residencia en Lomas de Virreyes, al poniente del Distrito Federal, procedente del estado de Querétaro.

Frente a una multitud de reporteros y camarógrafos, nacionales e internacionales, el político bajó del automóvil Mercedes Benz F-600 plateado –que él mismo conducía– y se detuvo unos minutos para manifestar que por lo que se refiere a los secuestradores, por supuesto que como hombre de fe ya perdoné y, como ciudadano, creo que las autoridades tienen una tarea pendiente, pero sin abuso, sin atropello, sin flagelaciones.

Durante una improvisada conferencia de prensa, el panista aseguró que a partir de ahora vivirá sin miedo y ocupado en el futuro. Sólo quiero decirles que me encuentro bien, gracias a Dios y a la Virgen, que estoy fuerte y que mi vida seguirá siendo la misma, sostuvo el Jefe Diego, quien vestía ropa deportiva y tenía una larga barba, pero cuyo aspecto físico era impecable, como si momentos antes se hubiera dado un baño.

El abogado panista destacó que las autoridades tienen una tarea que realizar en este y en muchos casos más, sin que haya de por medio venganzas, torturas, brutalidad, sino simplemente la participación de un Estado fuerte que pueda ser capaz de enfrentar ese tipo de comportamientos que no benefician a la sociedad, que no cuidan a los pobres y que lastiman el ser de toda una comunidad.

Por la tarde, Fernández de Cevallos concedió una entrevista al periodista José Cárdenas, a quien le dijo que su plagio tuvo fines políticos y económicos.

Yo creo que tuvo las dos connotaciones; por un lado, desde luego, el reclamo de una cantidad, pero también tuvo una marcadísima connotación política supuestamente por cuestiones ideológicas. (Los captores) me consideraron un hombre enemigo de sus causas, señaló en la entrevista transmitida por Radio Fórmula.

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Diego Fernández de Cevallos y Liliana León MaldonadoFoto Notimex

Antes, frente a su residencia capitalina, en la que sólo permaneció 10 minutos, sostuvo: Tengo una actitud perfectamente definitiva; voy a vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancias, pero con definición y con valor.

La llegada de Fernández de Cevallos a una de sus casas en el Distrito Federal sorprendió a decenas de periodistas que hacían guardia para poder captar la primera imagen y palabras del político panista que estuvo secuestrado siete meses.

El ex senador llegó a su casa al volante de un Mercedes Benz F-600 plateado, escoltado por dos elementos de seguridad, quienes lo resguardaban en un Dodge Avenger negro. El Jefe Diego bajó del vehículo para responder a algunos de los cuestionamientos que le hicieron los periodistas.

Al iniciar su mensaje, expuso que tiene tantos motivos de agradecimiento a tantas personas conocidas y desconocidas, que me veo obligado a preparar un boletín informativo para ustedes, dijo visiblemente emocionado.

Fernández de Cevallos entró a su casa a recoger un ramo de rosas rojas, regresó a su vehículo y partió al domicilio de Liliana León Maldonado, su novia, quien vive cerca de la residencia del ex senador.

Antes de ingresar a su domicilio, el panista aseguró que tiene una actitud perfectamente definida: “Vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancias, pero con definición y con valor, y permítanme recordar a El Quijote, si la memoria no me traiciona: ‘mis arreos son las armas; mi descanso, el pelear; mi cama, las duras peñas; mi vivir, siempre luchar”’.

Fernández de Cevallos rechazó responder las preguntas que le hicieron los representantes de los medios relativas a si tenía planeado regresar a la política, buscar la candidatura del PAN a la Presidencia de la República o incluso cuál fue el lugar en el que lo liberaron sus plagiarios; lo único que alcanzó a decir a su partida fue que debía ir a visitar a mi señora.