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Tras la designación de la sede fui feliz como pocas veces en mi vida, expresó el serbio

Con el Mundial de 2022, Qatar será el líder árabe, estima Bora

Casi es el lugar perfecto y el futbol dará impulso en otros aspectos, dijo Milutinovic, quien apoyó la candidatura qatarí

Yo respeto, la llave que le ha abierto las puertas en el orbe

 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de diciembre de 2010, p. a13

Cuando Joseph Blatter (presidente de la FIFA) hizo el anuncio fui feliz como pocas veces en mi vida. Valió la pena hacer el esfuerzo en favor de Medio Oriente para que Qatar se quedara con el Mundial veinte-veintidós (2022), señaló Velibor Milutinovic, el llamado Técnico sin fronteras, satisfecho de su intensa labor diplomática y de promoción para un país en el que quizá muchos no creían.

Más trotamundos que nunca, el serbio por nacimiento y mexicano tras su matrimonio, confesó que en 2010 rompió su récord de traslados. Nunca antes en mi vida había viajado tanto. Anduve por Europa, África, Asia, Estados Unidos, Medio Oriente... He visto muchísimos partidos de futbol, tuve contacto con demasiada gente y llegué a extrañar México, declara con un aire de fatiga que no oculta su satisfacción.

Milutinovic perdió tal vez la partida ante Carlos Alberto Parreira por ser el estratega con más mundiales. El brasileño vivió en Sudáfrica su sexta Copa del Mundo, mientras Bora, de última hora, rehusó ser el auxiliar de Radomir Antic, timonel de Serbia. No obstante, está feliz, meciéndose en los brazos dadivosos del mundo árabe que hoy lo mima, tanto como en 2002 lo consintieron los chinos.

La familia real qatarí, con la que colaboró para impulsar la candidatura de ese país que será sede del Mundial 2022, lo tiene instalado en un hotel, sintiéndose casi estrella hollywoodense. ¿Vio el video?, ¿lo vio? Hicieron varios, pero en uno aparece el desierto, niños sonriendo, caballos... ¡es mi voz la que se escucha! Tal vez ahora me paguen por hacer otro. ¡A lo mejor ahora voy a ir a trabajar a Hollywood, no sé!, bromeó.

Ver futbol

Me ha ido súper, dijo en charla casi con los pies en el estribo del avión, otra vez rumbo a Qatar. “¿Navidad, Año Nuevo, eso allá no se festeja... Ya estuve unos días con mi familia –esposa e hija– y ahora cada quien disfruta a su manera; yo me voy a ver más futbol a la Copa de Asia”, competencia que albergará el país, rico en hidrocarburos y de apenas 700 mil habitantes, donde todo es fiesta y balompié desde el 2 de diciembre.

El certamen, a realizarse del 7 al 29 de enero de 2011, dará una plaza a la Copa Confederaciones 2013 en Brasil. Bora va al encuentro de viejos, recientes y futuros amigos, pues participarán Irak y China, países cuyas selecciones dirigió en 2009 y 2000-2002, respectivamente.

–Pasa usted del país más poblado del mundo a una pequeña nación...

–Bueno, pero estamos hablando no sólo de Doha, sino del mundo árabe, de un bloque de población muy importante. Es difícil de explicar, pero tengo sentimientos increíbles. Simplemente vendieron bien el lugar. El esfuerzo de la gente de Qatar, de la familia real, valió la pena. Ciertamente se trata de un país pequeño, pero que en los próximos años se va a convertir en el líder del mundo árabe.

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Bora Milutinovic, de 66 años, viajó a Qatar para presenciar la Copa de Asia, a realizarse en enero de 2011Foto archivo La Jornada

–Los qataríes han sido muy criticados por algunos rasgos sociales, como el rechazo a los homosexuales, ¿qué piensa usted?

–No sé por qué la gente se preocupa por eso, hay cosas mucho más importantes, como el desarrollo tan grande de este país. En este momento no hay ninguno otro en el mundo que dé tantos recursos para educación, deporte, medicina. La gente no paga impuestos y recibe regalías por las riquezas naturales... O sea, normalmente es imposible encontrar un lugar perfecto, Qatar tampoco lo es, pero casi.

“El futbol dará otro impulso en muchos aspectos. Uno de los hijos del Sheik (Hamed bin Khalifa al Thani, el jeque Mohammed bin Hamad bin Khalifa) es el presidente del comité de la candidatura, es un apasionado del deporte, del futbol, es muy joven, tiene 23 o 24 años. Yo soy feliz estando con ellos, mi compromiso era desde mayo de 2009 hasta el 2 de diciembre (2010), pero en broma les digo que mi labor termina en 2022.

Ellos me aceptaron como soy, he disfrutado ser parte del grupo de trabajo, recalca Bora, quien rechaza tener facilidad para las relaciones públicas: “Simplemente me tomaron en cuenta, me dieron mi lugar y el resultado fue positivo, provocó gran euforia entre los árabes. Fue una competencia leal ante oponentes de gran importancia como Estados Unidos: ¡imagínese cómo me siento!

“Para mí fue algo extraordinario y cuando Blatter habló, me dije: ‘misión cumplida’, ahora es el momento de la familia real.”

–¿No lo han invitado a participar en la organización o el proyecto rumbo a 2022?

–No, pero usted sabe, ahora están con la euforia; sin embargo, todos me hablan. En la Copa de Asia voy a colaborar un poco, sin mayores ambiciones: básicamente veré futbol, que es lo que me gusta; saber qué pasa, qué novedades hay. Es una competencia sumamente interesante.

El políglota Velibor (habla inglés, francés, español, italiano y serbio) señala que uno de sus máximos orgullos es haber descubierto en cada país a jugadores importantes que llegan a la selección para quedarse; contabiliza unos 70, entre ellos al mexicano Hugo Sánchez.

El ex técnico de México, Estados Unidos, Costa Rica, Nigeria y China en Copas del Mundo siempre llega a nuevas tierras y adopta una frase local que conquista a las masas: ¡Pura vida!, soy un ciudadano chino más, etcétera, pero su llave mágica es: Yo respeto. Luego de residir un mes en Pekín (mi otra casa) y recorrer Medio Oriente, vierte su secreto, simple y complejo a la vez.

Me gusta viajar, compartir con la gente y ser útil si se puede. Cada país tiene su religión y filosofía que yo aprecio mucho. Uno debe ser consciente de que cada gente tiene su manera de pensar, son costumbres diferentes, pero son personas a las que yo respeto. Lo importante es comportarme bien y aportar las cosas que uno sabe, con eso estoy súper, concluye.