Sociedad y Justicia
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Casos de pederastia y proceso fast track, entre los argumentos para cuestionar el proceso

Polémica por anuncio de que Juan Pablo II será beatificado en mayo

Norberto Rivera y la Arquidiócesis de México, llenos de inmensa alegría por el decreto

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Indígenas oaxaqueños realizaron una limpia a Karol Wojtyla durante la ceremonia en que beatificó a Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles en la Basílica de Guadalupe, el primero de enero de 2002Foto José Núñez
 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de enero de 2011, p. 33

Juan Pablo II, a quien se atribuye un milagro, será beatificado el próximo primero de mayo. Es el paso previo a la posibilidad de que sea declarado santo. El papa Benedicto XVI, quien aprobó ayer el decreto que permite consolidar ese proceso, encabezará la ceremonia respectiva.

Apenas un mes después del fallecimiento de Karol Wojtyla (abril de 2005), el Papa colocó a su antecesor en la ruta de la beatificación, fuera de las reglas de la Iglesia católica, que normalmente impone cinco años tras la muerte de un candidato a beato para que se pueda iniciar el camino a la santidad.

La decisión de beatificar a Juan Pablo II es polémica. Mientras algunos señalan que fue uno de los mejores pontífices, otros sostuvieron que fracasó al no reconocer el alcance de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes.

No hay duda de que pasará a la historia como uno de los mejores papas. Su legado está repleto de grandes logros, expresó Carl Anderson, director de Caballeros de Colón, una de las mayores organizaciones de caridad de la Iglesia católica.

En tanto, residentes en Estados Unidos que fueron víctimas de curas cuando eran niños criticaron la precipitada medida de conferir santidad al pontífice, bajo cuyo papado se cometieron la mayoría de los crímenes sexuales documentados del clero, así como sus encubrimientos.

Otros han culpado a Wojtyla de apoyar el trabajo del fallecido sacerdote Marcial Maciel Degollado, fundador de la Legión de Cristo, quien llevaba doble vida: familias secretas y casos de abuso sexual.

A la ceremonia de beatificación, que será en la Plaza de San Pedro, se espera la asistencia de miles de personas, como ocurrió durante el funeral de Juan Pablo II, el 8 de abril de 2005, considerado uno de los mayores actos mediáticos del nuevo siglo.

El ataúd de Karol Wojtyla, primer Papa no italiano en unos 450 años, será trasladado de las criptas vaticanas a un altar de una capilla de la Basílica de San Pedro, para que más personas puedan rendirle homenaje.

El pontificado de Juan Pablo II (se inició en 1978) ha sido uno de los más tumultuosos.

Autoridades de la Iglesia dijeron que el milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo ante Dios involucra a la monja Marie Simon-Pierre, francesa de 49 años, a quien diagnosticaron el mal del Parkinson, enfermedad que también padeció Wojtyla.

La religiosa dijo que su enfermedad desapareció inexplicablemente, dos meses después de la muerte del pontífice, luego de que ella y sus compañeras rezaron a Juan Pablo II.

Los médicos asignados por la Iglesia coincidieron en afirmar que no hay explicación médica sobre la cura, aunque el año pasado surgieron dudas acerca de la validez del milagro.

El anuncio de la aprobación del decreto para beatificar a Wojtyla fue dado a conocer por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Ángelo Amato, quien aseguró que el proceso se desarrolló como todos los demás.

En diciembre de 2009, Benedicto XVI manifestó en un decreto los valores heroicos de Juan Pablo II, indispensables para la canonización del llamado Papa viajero.

Polonia reaccionó con entusiasmo al anuncio. El sueño de millones se ha visto cumplido, comentó el arzobispo primado de esa nación, Jozef Kowalczyk. El ex presidente Lech Walesa confió en que la beatificación contribuirá a reforzar los valores cristianos en Europa y destacó el valor de las enseñanzas de Juan Pablo II y su apoyo contra el comunismo.

Carolina Gómez Mena

La próxima beatificación de Juan Pablo II generó los mismo apoyo, duda y rechazo en sectores eclesiásticos y entre quienes denunciaron durante su pontificado abusos contra menores cometidos por el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel.

Alberto Athié, ex integrante de esa orden, manifestó que la omisión de pederastia clerical durante el pontificado de Juan Pablo II, tanto en relación con algunos obispos como en el caso de Maciel, son argumentos muy fuertes para poner en entredicho la pertinencia del proceso.

Consideró que el procedimiento se está haciendo fast track y debió haberse valorado no sólo su vida, sino también la manera en que dirigió la Iglesia.

Sostuvo que la no actuación contra religiosos que abusaron de menores, inclusive las promociones de algunos obispos acusados de pederastas, ya sea por omisión o desconocimiento, hablan de deficiencias en su pontificado.

Athié indicó que si Karol Wojtyla no hubiera sido informado de los casos por sus subordinados, sobre todo del de Marcial Maciel, de todos modos tendría responsabilidad, pero descartó que pudiera desconocer los hechos, pues fueron ampliamente difundidos por los medios de información en los años 90.

Si supo y no actuó, hay doble grave responsabilidad, pero si no supo y, por tanto, actuó como lo hizo, eso también es grave, porque todo encargado de una institución, aunque no sepa, es responsable.

Indicó que durante el pontificado de Juan Pablo II Maciel adquirió toda la fuerza posible, logró tener mayor poder, influencia, dinero, recursos, protección e impunidad.

En tanto, Saúl Barrales, del grupo de ex legionarios que presentó una denuncia ante esa congregación por los abusos de Maciel, expresó que es absurdo que se pretenda beatificar a Karol Wojtyla. Se está haciendo fast track y con ligereza, apuntó. Coincidió en que también se puede ser culpable por omisión.

Barrales comentó que Juan Pablo II sí sabía de los abusos de Maciel. Aunque se diga que le ocultaron la situación y por eso no se enteró de nada, ello parece improbable por la amplia difusión en los medios. No creo que sea prudente (beatificarlo), porque hay duda.

En contraparte, el cardenal Norberto Rivera Carrera y la Arquidiócesis Primada de México sostuvieron que se llenan de inmensa alegría por el anuncio de la beatificación.

La arquidiócesis apuntó que México fue privilegiado en su manifiesto amor, al punto que aceptó que lo llamaran el Papa mexicano. Añadió: Su devoción por la Virgen de Guadalupe lo llevó a proclamar su patronazgo en toda América declarando el 12 de diciembre como día de fiesta continental.

Agradeció a Dios y a la Virgen de Guadalupe que Juan Pablo II pronto será declarado beato, cumpliendo así el deseo de millones de personas.

La Conferencia del Episcopado Mexicano también se congratuló. Manuel Corral, secretario de relaciones institucionales del organismo, aseveró: No hay ningún obispo en México que no salte de alegría por esa determinación.