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Panteón Rococó ofreció dos conciertos de aniversario en el recinto el sábado pasado

El Alicia, para miles de jóvenes y músicos su casa, festejó 15 años

Fue el primer lugar oficial para bandas como nosotros, que tocábamos en garajes, patios, fiestas, afirmó el saxofonista Missael Oseguera

También se presentan libros, hay pláticas y cine

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Foto: Carlos Cisneros
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Durante la celebración cientos de personas brincaron y bailaron. Además del slam, hubo baños de cervezaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de enero de 2011, p. a12

A quien sea que se le pregunte, la respuesta se repite: Es mi casa. El Multiforo Alicia es considerado por miles de jóvenes –y no tan jóvenes–, músicos y público, como su hogar. Sí, es vital en la escena del rock en la ciudad de México, pero va más allá: lo sienten como un lugar suyo, adonde llegar a expresarse, arriba y abajo del escenario.

Así fue este sábado, en la fiesta de 15 años del centro cultural. Bajo la mirada de Tin Tan, pintado en una pared, apretujadas, sudorosas, cientos de personas brincaron al unísono, puño en alto, mientras Panteón Rococó y sus numerosos integrantes, que a duras penas cabían en el escenario, también sudorosos, tocaban su popular ska chilango. Un ska rabioso, una celebración con ira y con alegría.

“Somos el país con más muertes (violentas, producidas por la ‘guerra contra el narco’), después de Irak”, denunció Dr. Shenka, vocalista de la banda. Porque en México la democracia apesta, porque en México la democracia no existe...¡Chinga tu madre...!

Con lo cual la banda empezó Democracia fecal: Democracia fecal, con botas militares, te quieren gobernar.

Como en medio del apretujamiento aún cabe la civilidad, al finalizar la canción, un joven de cachucha y camisa a cuadros preguntó a las mujeres que estaban atrás de él: ¿No las apretamos? Disculpa, es el baile, y continuó brincando.

El joven contó que su hermana mayor lo traía cuando él era un niño. Es mi casa, dijo. Aprovechó para quejarse de que el concierto haya costado 100 pesos, cuando las entradas al Alicia son de unos 50 pesos, para ver varias bandas.

De todos modos, el concierto de los 15 años convocó a tal cantidad de gente que la fila para entrar le daba la vuelta a la cuadra, sobre avenida Cuauhtémoc y luego Colima.

Para que pudiera entrar la mayor cantidad de gente posible, fue necesario hacer dos conciertos, uno tras otro.

En el segundo, buena parte fue dedicado a complacencias. Entre las más pedidas estuvieron Marcos Hall, acerca del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con todo y que buena parte de los presentes eran niños pequeños en 1994, La carencia (por la avenida va circulando, el alma obrera de mi ciudad), La dosis perfecta y Cúrame.

Es un regreso a casa, dijo Missael Oseguera, saxofonista de Panteón Rococó, un par de días antes del concierto.

El Alicia fue el primer lugar oficial para bandas como nosotros, que tocábamos en garajes, patios, fiestas, contó Missael. Hoy, Panteón Rococó es una de las bandas roquero-skaseras más populares en México, que celebró su XV aniversario en 2010, en el Palacio de los Deportes.

Para Missael, lo más importante de El Alicia es la gran diversidad musical que ahí se presenta. Ha sido, siguió el músico, un centro cultural abierto a la diversidad de tendencias musicales en la ciudad y también del interior de la República y hasta el extranjero.

Ska y rockabilly

Fue muy importante en el desarrollo del movimiento ska, pero también de otros géneros, como el rockabilly.

En el Distrito Federal, es una opción para escuchar nuevas tendencias, para enterarse acerca de lo que sucede, de las cosas reales, dijo Missael. Y también para oír propuestas ya establecidas, con peso, como José Cruz, de Real de Catorce. O internacionales, como Manu Chao y Ska-P.

En El Alicia también se hacen presentaciones de libros y se ofrecen pláticas y proyecciones, con una perspectiva de izquierda.

Missael resumió que El Alicia es parte de la historia contemporánea de la música en la ciudad.

El espacio es reconocido por su trato con las bandas: Una banda nueva, que no tiene capital ni conocimientos, no tiene que rentar equipo de audio ni vender boletos; no tienes que pagar por tocar, contó Missael. El Alicia le abre las puertas a las bandas que están trabajando, que se note que hay trabajo previo. Hoy, el único problema es que son tantas las agrupaciones que piden tocar, que el tiempo de espera puede ser largo.

Los Leopardos, grupo de rockabilly abridor del concierto para celebrar 15 años, es uno de los cuales el Alicia les ha ofrecido el espacio y la disquera (Grabaxiones Alicia), para sacar un álbum.

Nuestro primer toquín, juntos, con la alineación actual, fue en El Alicia, contó Valeria, vocalista y percusionista.

El lugar es un icono; las buenas bandas se presentan aquí. Desde Chihuahua llegan a pedir que Ignacio Pineda, encargado del espacio, los programe.

Denisse, contrabajista, continuó: A todas las bandas les dan oportunidad de crecer; les tienen fe. Fue lo que nos pasó: nos apoyaron con todo, sin pedir algo a cambio.

Más adelante dijo: No puedes ser una banda sin haber pisado El Alicia. Vemos todas las que han estado: Salón Victoria, Zoé, Caifanes.

Contó que antes de formar la banda asistían al lugar como público, desde chiquitas, a ver tocar a las bandas. Después, verte en (el escenario) es muy emotivo, porque he estado abajo, aventándome, con la gente...

Aguantando que te tortearan, dijo en guasa y en serio, Valeria, quien a los 13 años iba con su hermana a las tocadas de surf.

“Los alicios son unas personas lindísimas”, resumió Denisse.

Esa es la clave de El Alicia, el alma, completó Valeria.

Además destacaron las actividades paralelas de El Alicia como exposiciones, presentaciones, ferias de disqueras independientes.

Bajita la mano, te implantan cultura. He visto a banda que pregunta, ¿qué es el EZLN? (en referencia a carteles que han visto), dijo Denisse.

El Alicia es un foro completo en todos los aspectos. Desde el primer momento, te acogen. Decir voy al Alicia, es como decir voy a mi casa, siguió Valeria. Es el único foro que ha durado (tanto) en resistencia.

Al final del concierto, del slam, los clavados al público y los baños de cerveza, una joven resumió: Es un lugar mágico.