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Uno atentó contra Santiago Vasconcelos, indica el sitio de Assange

Reconoce EU que militares mexicanos entrenados en ese país se hicieron zetas
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de enero de 2011, p. 7

En agosto de 2009, Estados Unidos reconoció que “rumores que han circulado desde hace tiempo sugieren que miembros el Ejército Mexicano se han convertido en zetas”, y se pudo determinar un caso individual de un efectivo, el ex teniente de Infantería Rogelio López Villafana, quien recibió capacitación en el Fuerte Bragg, en Carolina del Norte, y que fue reclutado por la fuerza por el grupo delictivo, señala un cable de la embajada estadunidense en México, que el sitio Wikileaks filtró al diario español El País.

Desde 1996 la embajada de Estados Unidos en México mantiene una base de datos electrónica de todos los militares que han sido entrenados con fondos estadunidenses, según el cable 221688, titulado “Estableciendo el entorno del entrenamiento militar y Los Zetas”.

Añade que el gobierno de Estados Unidos entrenó a cerca de 5 mil militares mexicanos, entre ellos miembros de las fuerzas especiales. Además precisa cuántos efectivos recibieron entrenamiento en Estados Unidos de 1997 a 2009.

El texto, fechado el 21 de agosto de 2009, destaca que “varios miembros prominentes de Los Zetas, que se caracterizan por ataques violentos, sirvieron en las fuerzas especiales de unidad del Ejército Mexicano”.

El documento clasificado como secreto señala “rumores que circulan, sugieren que los efectivos mexicanos entrenados por las fuerzas estadunidenses se convirtieron en zetas”. Las autoridades de Washington consultaron su “base de datos para identificar si alguno de los casi 5 mil soldados mexicanos que entrenó, después desertó y se convirtió en zeta, pero la investigación no encontró ningún caso.

“Debido a que los archivos electrónicos de soldados mexicanos entrenados por Estados Unidos sólo llegan hasta 1996, no descartan la posibilidad de que militares entrenados antes de esa fecha pudieran haberse convertido en zetas, organización criminal que protege la identidad de sus miembros. No podemos saber los nombres de cada uno de sus integrantes”, aseguró el cable.

No obstante, de acuerdo con la información filtrada por Wikileaks, sólo hay un caso verificado bajo estas características. “Se trata del soldado Rogelio López Villafana, quien fue obligado por Los Zetas a unirse a sus filas” y luego participó en un atentado contra el ex subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos. El cable detalla que López Villafana fue arrestado en enero de 2008.

El documento dado a conocer por El País refiere que López Villafana, a quien identifica como un militar retirado de las fuerzas especiales de elite, recibió entrenamiento contra el narcotráfico en el Fuerte Bragg, y el Ejército Mexicano comunicó a la embajada estadunidense que ese elemento se había retirado de sus filas en 2007, después de 20 años y ocho meses de servicio.

Santiago Vasconcelos fue titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) durante el gobierno de Vicente Fox, y fue amenazado en distintas ocasiones por miembros del crimen organizado, incluidos Los Zetas.

El funcionario murió el 4 de noviembre de 2008, en un accidente aéreo, junto al entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, en la ciudad de México. En ese entonces, Vasconcelos era subprocurador de Asuntos Jurídicos y Relaciones Internacionales de la Procuraduría General de la República.

De acuerdo con Wikileaks, el interés y dedicación de la embajada por confirmar el posible cambio de bando de militares entrenados por Estados Unidos demuestra hasta qué punto es grave la infiltración de delito organizado en instituciones y cuarteles mexicanos.

El cable filtrado destaca que, en abril de 2009, el presidente de México, Felipe Calderón, propuso una legislación que dictaría 60 años de prisión para cualquier miembro del Ejército que deserte y se involucre en actividades relacionadas con el crimen organizado. Propuestas de esta naturaleza esperan que este tipo de sentencias desaliente a los militares de utilizar su entrenamiento para propósitos criminales. El documento concluye que “desde el momento en que no podemos conocer el nombre de cada soldado mexicano que se ha pasado a Los Zetas, no podemos rechazar categóricamente esta posibilidad.

Es imposible garantizar que cada militar que reciba entrenamiento no vaya a pasarse al crimen organizado. No obstante, confiamos en que la legislación que condena a 60 años de cárcel a los soldados que han sido cómplices del delito organizado será una útil herramienta disuasoria”.