Política
Ver día anteriorDomingo 30 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
30 años de un crimen impune

Poco antes de la diligencia llegó una llamada de Gobernación

Gordillo compareció en 2002; luego sobrevino el carpetazo
Foto
El 27 de noviembre de 2002, la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación compareció ante la entonces Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado; ahí, Elba Esther Gordillo Morales se reservó su derecho a declararFoto José Núñez
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de enero de 2011, p. 3

Fastidiada dijo: Ya me voy. Pero Elba Esther Gordillo Morales fue detenida en seco por Marcos Castillejos, su abogado defensor, quien la reconvino: Maestra, esta es una diligencia judicial. No puede.

Ese día, 27 de noviembre de 2002, la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) compareció ante los fiscales de la extinta Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), dentro de la averiguación previa PGR/FEMOSPP/26/2002, en la que se le acusaba de ser una de las autoras intelectuales del homicidio del profesor Misael Núñez Acosta, ocurrido el 30 de enero de 1981. El escenario: el Auditorio México del edificio de la PGR, ubicado en avenida Reforma y la calle Violeta.

Gordillo ocupaba en 1981 la segunda posición dentro del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, tenía a su cargo la cartera de la Secretaría del Trabajo y conflictos de Educación Prescolar; Carlos Jonguitud Barrios, su promotor dentro de la estructura magisterial, fungía como líder moral de la organización, en tanto que el secretario general del gremio era Ramón Martínez Martín, quien años más tarde sería sustituido por la propia Gordillo Morales.

Dos de los asistentes a la diligencia ministerial y funcionarios de la fiscalía que pidieron el anonimato, narraron el momento en que Gordillo enfrentaba la posibilidad, muy remota, pero posibilidad al fin, de un juicio por ese crimen.

La Femospp había preparado un cuestionario de 126 preguntas relacionadas con su trayectoria en el SNTE, su relación con Jonguitud, el asesinato de Misael Núñez y sus vínculos con Ramón Martínez Martín y Clemente Villegas Villegas. También sobre otros homicidios de profesores en los estados de Guerrero y Oaxaca, y las acusaciones que pesaban en su contra por presuntamente haberse enriquecido ilegalmente con cuotas del sindicato, como si eso hubiera sido una de las causas que gestaron los asesinatos de profesores en los años 80.

Sin embargo, una hora antes de la comparecencia de la maestra, Ignacio Carrillo Prieto, titular de la Femospp, recibió una llamada de la Secretaría de Gobernación a cargo de Santiago Creel Miranda, y el interrogatorio se redujo a preguntas relacionadas con el conocimiento que tuvo acerca de la muerte de Misael Núñez y algunos otros asesinatos de docentes.

Las sillas se colocaron en forma de herradura en el centro del auditorio, de tal manera que los asistentes pudieran observar todo. Frente a los denunciantes y dispuestos cara a cara estarían por un lado Gordillo y Marcos Castillejos, y en el otro los fiscales.

“Antes de iniciar, la maestra dijo en voz alta: ‘hace frío; qué, ¿aquí nadie sirve café?’ Carrillo Prieto se levantó de inmediato para atender la petición. Alguien lo detuvo y le recordó que era el fiscal. Enseguida, el café le fue servido por una edecán. Luego comenzó la comparecencia, Gordillo Morales escuchó las acusaciones que le formularon los familiares de Misael Núñez, maestros democráticos como Teodoro Palomino, Juan José Altamirano y Ramón Couoh”.

También se le cuestionó respecto de las declaraciones que Carlos Jonguitud hizo a La Jornada el 25 de agosto, en las cuales señaló que Elba Esther contaba con grupos de control y que Misael había muerto a manos de ellos.

Carlos Jonguitud reculó tres días más tarde: no tengo pruebas ni me consta la responsabilidad que pudieran tener el grupo de la profesora Elba Esther. Sin embargo, el hecho de que le preguntaran a la dirigente sobre esas declaraciones la molestó. Igual que la presencia de los denunciantes en la sesión”, indicaron los entrevistados.

La maestra escuchó sus derechos, el contenido de las denuncias y las preguntas, pero ya el cuestionario carecía de filo.

Elba Esther Gordillo se reservó su derecho a declarar. Fue la única presunta responsable que compareció en esa investigación. Meses después el caso se desechó.