Opinión
Ver día anteriorJueves 3 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Astillero

Mesa recompuesta

Alianza FelyMar

Frenar a EPN y AMLO

Ebrard, ¿el ganador?

Foto
CUPULA PRIISTA El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (derecha), encabezó un recorrido por Tlacotalpan, donde inauguró el Teatro Nezahualcóyotl y participó en los festejos por el Día de la Candelaria. Lo acompaña el ex presidente Carlos Salinas de Gortari (al centro)Foto Miguel Ángel López Solana
1.- D

e la alianza formal entre partidos se pasó a la alianza casi explícita entre gobiernos. El PAN, dominado tajantemente por el calderonismo, ha quedado como mero proveedor de siglas para cumplir con las decisiones de Los Pinos, y el PRD, controlado estructuralmente por la corriente denominada Nueva Izquierda y conocida como Los Chuchos, se ha colocado globalmente al servicio del jefe del gobierno de la capital del país. Hoy se ha pasado de cierto pudor, que meses atrás buscaba adjudicar los arreglos entre PAN y PRD a sus órganos jurídicos de mando, a una alianza abierta y ejecutiva entre los gobiernos de Felipe Calderón y Marcelo Ebrard: alianza de poderes, de erarios y aparatos, no de partidos. La foto política del acuerdo fue Guerrero, con Manuel Camacho y Jesús Ortega manejando la cámara instantánea (por cierto, es mala la coartada que pretende quitar filo a las acusaciones de pacto en Guerrero diciendo que el PAN se unió a última hora a Aguirre y pocos votos habría alcanzado a sumar: la evidencia del pacto quedó en el comportamiento faccioso de Calderón para ayudar a Ebrard y al candidato de izquierda. Los Pinos obligó a Marcos Parra a declinar a su candidatura y utilizó la rutina de las acusaciones judiciales de última hora para debilitar al de por sí apabullado Añorve. El apoyo del PAN-Los Pinos no fue en votos directos sino en golpeteo, amagos y desbroce).

2.- La alianza FelyMar busca frenar al puntero en las encuestas rumbo a 2012, el embalado Enrique Peña Nieto y su cártel de gobernadores representado en la presidencia del PRI por Humberto Moreira. Pero también pretende marginar y descalificar a Andrés Manuel López Obrador, tratando de demostrar con resultados pragmáticos que el tabasqueño se equivoca al oponerse a las alianzas entre PAN y PRD (que, en realidad, son entre Calderón y Ebrard). En ese replanteamiento general se incluye la exploración de las posibilidades de que un perredista bien portado, como lo es Marcelo, pudiera ser el gozne de una cada vez más prefigurada alianza final PAN-PRD en 2012.

3.- Peña Nieto y su presunta marcha imparable hacia Los Pinos han perdido más en términos de percepción que de capital político neto. Mantiene comunicación y eventualmente podría entenderse en términos electorales con los presuntos verdugos del PRI en Sinaloa (un reciente ex priísta rodeado de priístas y espíritu priísta, Malova), Puebla (un júnior rodeado de priístas, aunque dependiente de lo que decida la jefa Gordillo, misma que finalmente aparenta estar dispuesta a aliar su Panal al PRI en 2012) y Guerrero (un ex priísta rodeado de priístas y espíritu priísta, que era su gallo para la sucesión de Zeferino Torreblanca pero que fue superado por Beltrones, quien apoyó hasta el final a Añorve). Pero en términos de imagen es innegable que la estrategia de Camacho y Calderón, con Ebrard como beneficiario concurrente, ha abollado la presunta corona inminente de Quique Gaviotón I y que estará en riesgo la continuidad del PRI en el estado de México si la alianza de gobiernos, FelyMar, es capaz de presentar un candidato común. Como una especie de daño colateral al gobernador copeteado, su remoto contrincante interno, Manlio Fabio Beltrones, reaparece en el radar, no solamente como una fuerza partidista a la que debe dar más presencia el mexiquense si quiere reforzarse, sino incluso como una opción de relevo en caso de que el felymarcismo detone casos de escándalo en torno a Peña Nieto, como sugieren algunas voces palaciegas en seguimiento de la estrategia de descarrilamiento del vulnerable candidato estético del PRI.

4.- López Obrador ha perdido iniciativa y presencia luego del guerrerazo. Se mantiene con firmeza en la postura de rechazar las famosas alianzas entre PAN y PRD, pero no ha podido resolver con éxito la contradicción entre ese rechazo conceptual y los buenos resultados prácticos de las mescolanzas apadrinadas por Calderón, Ebrard y Camacho. En un abrir y cerrar de ojos, la figura del jefe del gobierno capitalino pareció crecer gracias a las alianzas y en especial a la de facto realizada en Guerrero, generando la percepción de que se va rezagando AMLO, anclado éste en las giras sacrificadas por el país, los discursos repetitivos, la marginación mediática inducida, la incesante campaña de difamación y la falta de imaginación y creatividad frente a las estrategias del felipismo-camachismo. Ya se verá si el tabasqueño retoma la línea de combate, firmemente atrincherado, contra las alianzas en el estado de México, o se ve arrollado por la realidad pragmática proveniente de Guerrero y acaba cediendo a alguna fórmula en reversa para que Alejandro Encinas pudiera contender por el estado de México en sociedad con el panismo (posibilidad que desde un principio se ha apuntado aquí: Encinas como candidato concertado de unidad entre Chuchos y Chelos con el calderonismo, con una probadita de gloria para AMLO, como en Oaxaca con el Arca de Cué).

Y 5.- Del PAN no hay mucho qué decir. Gustavo Madero tardó muy poco en convertirse en una versión barbada del obediente César Nava (que asomó la oreja delatora de las órdenes calderonistas en Guerrero) y el resto de los panistas parecen decididos a aceptar el sometimiento a Los Pinos como una cuota obligada. El presunto precandidato favorito, Ernesto Cordero, no crece ni por equivocación, mientras Lujambio y Vázquez Mota se remueven en ámbitos acotados y Creel trata de parecer el rebelde que nunca será. Si acaso, Diego ensaya retornos bajo sospecha, ayer mediante un boletín de apoyo al candidato en Baja California Sur.

Y, mientras Leonel Cota, ex presidente nacional del PRD, ahora candidato a presidente municipal de Los Cabos por el Panal, llama a votar por el PRI –del que él salió para irse al sol azteca– para gobernador de Baja California Sur, ante lo cual el candidato priísta supuestamente beneficiado prefirió rechazar ese apoyo, ¡hasta mañana, con Los Pinos enviando al fin al Congreso la terna para que la Corte se complete (y pueda resolver, entre otras cosas, la pretensión intelectual–televisiva de restituir fueros comerciales)!