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Volvemos porque nos da la gana, no para retomar viejas glorias, aseveró el bajista

Ahora, los Caifanes hablamos, además de música, de vasoconstrictores: Sabo Romo

Me vale absolutamente madres si gusta o no el rencuentro, opinó ante los detractores

La alineación original tocará en el Vive Latino y en el festival Coachella, en Indio, California

Foto
Sabo Romo en una imagen de 2004Foto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de febrero de 2011, p. 8

La alineación original del grupo de rock Caifanes volverá a tocar en dos ocasiones en abril de éste año: el 9 en el festival Vive Latino y el 19 en el Coachella, en Indio, California. Para este último, el boletaje está agotado, lo cual hace que Sabo Romo –bajista del grupo– diga: ¿Qué? ¿Después de 17 años no ha pasado nada? Parece que no nos hubieramos separado. Después de estos conciertos no sabemos qué pasará con nosotros.

En entrevista con La Jornada, Sabo agregó que en algún momento se reunió con Saúl Hernández, Alfonso André, El Vampiro y Jabis para grabar Bajo el azul de tu misterio, como Jaguares, hace 10 u 11 años, “lo cual fue como un presagio, y no sabíamos si pasarían 10 o 25 años, ni si íbamos a estar todos, por cuestiones que ahora hasta son del dominio público. Me refiero a que dos de nosotros (además de él, Alejandro Marcovich) estuvimos a nada (de morir), pero la libramos bien, y pues nos juntamos los cinco: Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera, Alejandro Marcovich y yo, con la única finalidad de hacer estos dos shows (El Vive Latino y el Coachella).”

Buen momento para estar juntos

–¿Por qué regresan?

–Supongo que por muchas razones. Podrán decir misa, podrán decir lo que quieran los de la crítica especializada, los detractores, los fans, a los que les caga… ¡da exactamente lo mismo! Regresamos, en primera instancia, porque nos da la gana, porque nos pareció que dentro de todo es buen momento para estar juntos, no para retomar las viejas glorias, porque finalmente me parece que aunque hay un pasado bien contundente, estaremos más bien para escribir algo nuevo. No sé qué vaya a pasar posteriormente, y creo que ninguno de nosotros lo sabe, pues Saúl está con el tema de su disco, yo estoy con el de los Fingers y otras producciones, discos con otros artistas, incluido el de Alfonso André, donde grabé un par de tracks y estamos en el estudio Alfonso, Federico y yo; además de un disco con Tania Libertad… y otras cosas, que no voy a dejar de hacer. Esta reunión de Caifanes no obstaculiza absolutamente nada lo que estoy haciendo ni lo que está haciendo el resto del personal.

“Alejandro está realizando cosas, lo mismo Alfonso, y Diego sigue produciendo. Esto de volver es para darnos chance de retomar aquello que hace 20 años se convirtió en nuestra beca, la parte donde podíamos desfogar un montón de cosas, porque hace 20 años –¡yo nunca lo hice!–, tengo que confesarlo... algunos de la banda tocaron con otros artistas y hacían actividades alternas a la música. Ahora, juntarnos en pleno uso de nuestras facultades mentales, lo que sea que eso signifique –sí, porque cada quien maneja sus patologías–, ha sido divertido, porque ahora seguimos hablando de notas musicales y de guitarras, pero también de medicamentos y de vasoconstrictores, de todas esas cosas que son inherentes a la edad y al roletazo que trae cada quien encima. Esa es una parte divertida, y todos en la banda están casados y con hijos, menos yo. Todos con historias. Bueno, yo no estoy casado, ni tengo hijos, pero igual tengo una familia absolutamente llena de historias y que está diseminada por todos lados. Entonces, es bien chido juntar nuevamente a esa gran familia Caifanes, por llamarle de alguna manera. Y eso es todo.

No hay más que decir; creo que el redondel sería que se especula, se dicen e inventan muchas cosas, se chismean muchas más: que si uno sí, que si otro no, y empieza este chisme de periodista barato de programa de espectáculos de la televisión abierta. Van a seguir diciendo cosas, pase lo que pase. No tiene caso darle tantas vueltas; finalmente se verá el 9 de abril. Habrá a quien le guste y a quien no; habrá quien llore y quien no; habrá a quien le parezca que estamos viejos y decrépitos, afortunadamente; hablo absolutamente por mí, puedo decir como hace 20 años: ¡Me vale absolutamente madres! Me da lo mismo, porque esto lo hago en primera instancia para mí y los que están a mi alrededor.

El Vive no es nuestro escenario

Seguramente toda mi vida seré el que fui: el bajista de Caifanes, y no tengo por qué hacerle el feo. Al contrario, me encanta; pero también soy mucho más que eso y hago mucha más música y otras cosas. Cuando nos rencontramos, hace apenas unas cinco semanas, algunos compañeros músicos de la escuela DIM y yo fuimos a escuchar a los hijos de amigos y compañeros. Eso es más valioso que el hecho de volver a tocar juntos. Me llena el corazón que en Caifanes tengamos, luego de tantos años, el corazón para reunirnos en forma coherente y divertida.

–¿Cómo ve el Vive Latino, en función de Caifanes?

–Hay una parte interesante dentro de ese contexto, pero no puedo dejar de pensar que el Vive Latino no es nuestro escenario. Sí es, pero no es. Dispondremos de él durante una hora y media, pero no será nuestro desde el punto de vista de la producción, sino de un festival enorme que ha cogido una relevancia importante, por lo menos en Latinoamérica. Estamos en medio de todo eso. Sí, he dicho que Caifanes es más grande que el Vive Latino, y lo digo estrictamente en ese sentido: no hablo de Caifanes como banda o institución, sino como entidad que nos pertenece a un grupo de músicos o de amigos. Me encanta que en el Vive Latino vayan a estar Charly García, Los Majestics, en tanto que en Coachella hay un cartel más disparejo, pero existe la posibilidad de compartir escenario como Durán Durán o Chemical Brothers.

Por otra parte, se ha generado un fenómeno que tiene desconcertada a la parte organizadora del Coachella: para el día que tocamos nosotros ya están agotados los boletos, pero eso se debe a toda la banda mexicana fronteriza que se va a lanzar a California para ver a Caifanes.

Sabo señaló que esta reunión de Caifanes revivirá los días en que las mamás, las tías, los sobrinos de todos esperaban backstage. “Siempre era como una kermés. Sería muy güey si no disfrutara eso. No hay rencor de nada. Si así fuera no habría dignidad y no tendría caso reunirnos; esto no es por los derechos del nombre de Caifanes, ni por lana; nada de eso. Si esta reunión sirve para limar asperezas, fricciones, sólo entonces esto será divertido y alegre. De Caifanes me gusta su historia: cómo fue durante los seis años que estuvimos juntos.”