Opinión
Ver día anteriorViernes 4 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

SAT: outsourcing y “olvidos’

Banca: permiso para evadir

BBVA-Bancomer: un empleado

Q

ué alivio que México cuente con un presidente del empleo, porque ha sido precisamente en su sexenio cuando se registra un crecimiento espectacular no sólo en la tasa (oficial) de desempleo abierto, sino en el llamado outsourcing (un esquema de subcontratación a través de terceros, por medio del cual no pocos patrones evaden al fisco y se pasan la Ley Federal del Trabajo por el arco del triunfo, en demérito de los trabajadores y de sus derechos). ¡Imaginen qué sería de este país si el inquilino de Los Pinos en turno no se hubiera autodenominado como tal!

El tema viene a colación, porque el jefe del Servicio de Administración Tributaria (el temido SAT, sólo para los mortales), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, informó que “el esquema de suministro de personal conocido como outsourcing ha sido utilizado por 33 grandes contribuyentes para evadir el pago de impuestos por un monto que por ahora llega a 20 mil millones de pesos. El uso del outsourcing, o sea, la contratación de personal por una empresa que presta sus servicios en otra para evadir las obligaciones tributarias, no es un problema de interpretación fiscal, se trata de un fenómeno de franca evasión fiscal, como resolvió la Suprema Corte de la Nación en diciembre pasado, resumió el jefe del SAT” (La Jornada, Juan Antonio Zúñiga).

Veinte mil millones de pesos parecen pocos si se comparan con el creciente potencial evasor de un número cada vez mayor de empresas de outsourcing (muchas de ellas propiedad de los mismos grandes contribuyentes) con la complacencia del gobierno calderonista. El jefe del SAT explicó que se trata de evasores que se concentran principalmente en los ramos hotelero, de restaurantes, clubes deportivos y distribuidoras automotrices.

Bien, qué bueno que la fiscalización del SAT comience a tocar –así sea en las conferencias de prensa– a los grandes contribuyentes evasores. Sin embargo, no se sabe si Gutiérrez Ortiz Mena omitió mencionarlo para no entorpecer posibles investigaciones en curso o, tal vez, porque de plano no está en el inventario de fiscalización, pero el hecho es que el jefe del SAT dejó fuera de la denuncia a uno de los actores más decididos y notorios en eso de utilizar el outsourcing para brincarse al fisco, violar los derechos de sus trabajadores y pasarse la Ley Federal del Trabajo por el arco del triunfo: el sector bancario que impunemente opera en el país, el cual, todo indica, se mantiene vacunado contra cualquier acción legal.

Y no hay que ser muy ducho en eso de fiscalizar a los bancos para rápidamente encontrar en ellos lo que el SAT detectó en medio centenar de auditorías practicadas a 33 grandes contribuyentes que evaden el pago de impuestos. Más que suficiente resulta la información estadística de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para, de inmediato, localizar el truco de la pomposamente llamada banca moderna que opera en el país, trasnacional la mayoría de las instituciones que la conforman.

Aunque la citada práctica bancaria se registra desde mucho antes, desde diciembre de 2008 (en su reporte estadístico correspondiente al cuarto trimestre de ese año) la Comisión Nacional Bancaria y de Valores reconoció la realidad, y reportó que la banca que opera en el país dio de baja a 56 mil 641 trabajadores, para reacomodarlos, por medio del outsourcing en diferentes empresas prestadoras de servicios, con lo que evadió (se liberó, dice) la responsabilidad laboral a la que legalmente está obligada: contratos, pago de Infonavit e IMSS, antigüedad, aguinaldo, vacaciones, fondo para el retiro, pensiones, jubilaciones y demás prestaciones, y de pasadita incrementó sus de por sí modestas utilidades. Simple y sencillamente los borró de sus balances y obligaciones.

Así, en diciembre de 2008 de las 157 mil 14 personas oficialmente empleadas por la banca que opera en México, 56 mil 641 (36 por ciento del total) despachaban y cobraban por fuera del banco al que servían, toda vez que causaron baja en la nómina bancaria y fueron contratados por prestadores de servicios, es decir, empresas de outsourcing creadas ex profeso por las propias instituciones financieras para evadir la ley, sin extrañamiento alguno de la autoridad supuestamente competente.

En el referido informe (2008), la CNBV reconoce que en el último mes de ese año el balance laboral en la banca fue el siguiente: 100 mil 373 empleados formalmente contratados por los bancos (sindicalizados alrededor de 65 por ciento de ellos) y 56 mil 641 supuestamente contratados por prestadoras de servicios. Tres meses atrás, en septiembre de ese mismo año, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores aseguraba que el personal formalmente contratado por la banca sumaba 151 mil 439 personas. Desde 2006, cuando menos, se denunció que alrededor de 20 por ciento del personal de las instituciones financieras formalmente había causado baja de la nómina bancaria y, en automático, engrosado la relación de personal de las prestadoras de servicios. Para 2010 tal balance prácticamente no se ha modificado: al cierre de septiembre pasado 107 mil 750 trabajadores bancarios fueron reportados como contratados por la institución (financiera) y 58 mil 888 por la prestadora de servicios.

En mayor o menor medida prácticamente todos los bancos que operan en el país utilizan el truco del outsourcing para evadir la Ley Federal del Trabajo y de pasadita al fisco, pero se registran casos verdaderamente coleccionables, que sólo un gobierno ciego o cómplice, usted dirá, no detecta: BBVA-Bancomer, el primer grupo bancario en el país, el de mayores utilidades (tantas, que representan casi el 40 por ciento del total de las ganancias mundiales obtenidas por el corporativo español) oficialmente tiene un empleado. Sólo uno. Los 26 mil 740 restantes cobran por fuera, mediante la prestadora de servicios, o lo que es lo mismo, la empresa de outsourcing. Banco Azteca (Ricardo Salinas Pliego), Inbursa (Carlos Slim) y Banco Wal-Mart (de la trasnacional del mismo apellido) van más allá: oficialmente carecen de personal contratado por la institución bancaria; los 18 mil 192, mil 918, y mil 851 trabajadores que en ellos laboran, respectivamente, cobran en la prestadora de servicios.

Entonces, todo indica que algo sustancial quedó fuera de la fiscalización del SAT. ¿O no?

Las rebanadas del pastel

Será el sereno, pero borracho o sobrio lo incuestionable es que maneja con las patas.