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Contra el Establishment
Comparece Assange en su batalla legal contra la extradición a Suecia

En Twitter una de las acusadoras describió al fundador de Wikileaks como alguien fascinante

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Expresiones de apoyo al fundador de Wikileaks fuera de la corte en la que compareció ayerFoto Ap
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Julian Assange con su abogado Mark Stephens, luego del primer día de audiencia. Este martes se espera el fallo de la justicia británicaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de febrero de 2011, p. 22

Londres, 7 de febrero. El fundador del portal Wikileaks, Julian Assange, al enfrentar hoy otra batalla legal para evitar su extradición a Suecia, donde pretenden juzgarlo por casos de presunto acoso sexual, comparó los últimos meses de su vida con el encierro en una caja negra, bajo la etiqueta de violación.

De traje azul marino y camisa blanca, el australiano, de 39 años, se presentó este lunes en una corte del sureste de Londres en el primero de dos días de audiencia. La defensa anunció su intención de agotar todos los recursos para evitar la extradición de Assange.

Geoffrey Robertson y Mark Stephens, abogados de Assange, argumentaron que los cargos aportados por Suecia no serían punibles en el Reino Unido por falta de pruebas de las denuciantes.

Robertson denunció que si fuera extraditado sería juzgado a puerta cerrada en una flagrante denegación de justicia, como ocurre habitualmente en Suecia en los juicios por agresión sexual.

Un informe policial confidencial filtrado la semana pasada en Internet reveló un documento en el que una de las denunciantes cuenta que Assange inició una relación sexual sin condón con ella cuando estaba dormida y cómo, tras una breve discusión, le permitió continuar.

La corte no puede aceptar que el cargo de violación está correctamente identificado (...) porque lo que es violación según la ley sueca no es violación en ningún otro país, alegó Robertson.

El sexo consensuado pero sin protección (cargo que la fiscalía sueca imputa a Assange), equivale en la legislación de Suecia a una violación atenuada.

Durante la audiencia salió a relucir que una de las víctimas envió a través de la red social Twitter dos mensajes que refieren que disfrutó de la compañía de Assange, y otro acerca de cobrar venganza, según publica este martes el diario británico The Independent.

Goran Rudling, bloguero y activista por cambios en la ley sobre violación en Suecia, reveló el contenido de dos mensajes publicados por una de las víctimas sólo 24 horas después de la supuesta violación.

El 15 de agosto, una de las víctimas publicó a las 2:00: Estoy sentada congelándome con la persona más fascinante del mundo, es asombroso.

El texto, en el que la víctima se refiere a una cena a la que acudió con Assange, fue borrado de su cuenta de Twitter el 20 de agosto, cuando ambas mujeres presentaron cargos contra Assange.

Más adelante, Rudling refirió a la corte cómo la misma mujer publicó en Internet un plan de siete puntos para cobrar venganza, en el cual dijo que si alguien te había engañado, entonces la revancha debía ser de naturaleza sexual. Mensaje que días después también fue borrado.

Durante la audiencia también fue descrita la personalidad de Marianne Ny, la fiscal sueca que lleva el caso contra Assange, y a la que la juez retirada Brita Sundberg-Weitman describió como una mujer con una visión predispuesta. Su investigación contra Assange, es maliciosa y hostil, añadió.

Su preocupación por la situación que enfrentan las mujeres violadas o maltratadas la ha hecho carecer de una visión equilibrada.

La corte británica deberá pronunciarse este martes sobre la extradición de Assange a Suecia; en caso de que el tribunal falle a favor de Estocolmo el fundador de Wikileaks dispone de numerosas posibilidades de apelación, por lo que el proceso podría durar varios meses.

El ex hacker es objeto de una investigación criminal en Estados Unidos por la filtración de información clasificada sobre las guerras en Irak y Afganistán y de más de 250 mil cables del Departamento de Estado, material que fue entregado al semanario Der Spiegel y a los periódicos Le Monde, El País y The Guardian; este último decidió compartir la información con otro medio que se edita en inglés, el diario estadunidense New York Times, por la preocupación al parecer de que las autoridades británicas lograran suprimir su publicación.