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Bajo la Lupa

La tarea de Suleiman: ¿resguardar la fortuna de 70 mil millones de dólares de Mubarak?

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Un niño ondea la bandera egipcia entre una multitud de manifestantes, ayer en la plaza Tahrir en El CairoFoto Ap
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e aproxima el epílogo por el destino de Egipto, con una brecha de tres generaciones, entre las reformas cosméticas –que busca desesperadamente el ancien régime para salvarse del naufragio totalitario y preservar sus sinecuras amasadas durante más de medio siglo (desde el derrocamiento de la monarquía en 1952 por los militares, que han envejecido sin recambio en el poder)– y la revolución –es decir, el cambio de régimen– enarbolada por la juvenil revuelta de las pirámides, extasiada con la inhalación del aroma libertario de la revolución de jazmín del paradigma tunecino.

Al contrario del falso dilema del torturador Suleiman –que Egipto se mueve entre la estabilidad con Mubarak y el caos sin él–, hoy el caos es Mubarak mismo, cuando la juvenil revuelta de las pirámides no se va a detener por menos que su defenestración, salvo una carnicería del ejército, que se ha mantenido hasta ahora prudentemente neutral.

Mientras el carcomido ancien régime busca su Thermidor (su contrarrevolución conservadora) con medidas tardías cuan insuficientes (teledirigidas por Washington) y con la carga en su conciencia de 300 muertos y 5 mil heridos, la juvenil revuelta de las pirámides, cuyo objetivo primordial es el fin del régimen, ha detectado que Suleiman, apodado el sheik de las torturas y hoy vicepresidente todavía a cargo de los ominosos mukhabarat (servicios secretos), es tan malo como el cleptócrata Mubarak, cuya fortuna ascendería a unos miríficos 70 mil millones de dólares, según diversas fuentes.

La fortuna del autócrata Mubarak, como la de Zedillo (quien anda desatado comprando empresas por doquier), no aparece en la primitiva cuan inconsistente clasificación de la revista neoliberal Forbes que, en la etapa de la globalización financierista, requiere de instrumentos de medición más sofisticados en la contabilidad invisible de los paraísos fiscales.

Los amos del universo, los verdaderos potentados de la globalización financierista, no aparecen en Forbes, como es el caso de los esclavistas banqueros Rothschild, quienes no pierden su tiempo en vulgares frivolidades taxonómicas.

Mientras 40 por ciento de los egipcios (sobre)vive con 2 dólares al día, Philip Inman, del rotativo británico The Guardian (4/2/11), desempolva la fortuna del sátrapa Mubarak, que ascendería a 70 mil millones de dólares, con efectivo y propiedades en Gran Bretaña, Suiza y Estados Unidos (nota: sus aliados).

Por mero escozor académico haré una pregunta muy tonta: ¿por qué las democracias occidentales permiten y alientan en sus bancos y tierras la cleptocracia descarada de sus sátrapas aliados?

Desde junio de 2009, Times of India exhumó la fortuna de Mubarak por 70 mil millones de dólares.

Debka (3/2/11), presunto portal del tan vilipendiado Mossad (servicios secretos israelíes), coloca en forma más conservadora su fortuna en 20 mil millones de dólares. ¿Qué más da?

Philip Inman basa sus asertos en los análisis de expertos (sic) de Medio Oriente y detalla que durante su carrera pública de 62 años Mubarak tuvo acceso a tratativas de inversiones que generaron miles de millones en ganancias, cuya mayoría fue llevada a los paraísos fiscales (sic) y depositada en cuentas secretas (sic) de bancos o invertida en mercados y hoteles.

Inman enuncia que el año pasado el rotativo árabe Al-Khabar había señalado las propiedades de Mubarak en Manhattan y en la exclusiva Beverly Hills, en Rodeo Drive. Curioso: junto a las propiedades del sha en Estados Unidos, cuyo hijo se acaba de suicidar. Así suelen acabar los tiranos cleptócratas.

Al Khabar indicia con su dedo flamígero que las cuentas de Mubarak SA de CV (es broma personal) se encontraban hace 10 años en el banco suizo UBS y en el Bank of Scotland (perteneciente a Lloyds Banking Group). El rotativo árabe cita a varias trasnacionales de renombre que en asociación con la satrapía de los Mubarak generan importantes ganancias anuales.

Tiene lógica: Mubarak en 36 años (seis de vicepresidente con el asesinado Anuar Sadat y 30 como presidente totalitario) se llevó seis veces más de lo que un presidente mexicano normal extrae en un sexenio (descontada la inflación).

Christopher Davidson, profesor de política medio-oriental en Durham University, comentó que Mubarak, su esposa Suzanne (de madre británica) y sus dos hijos, el empresario Alaa y el banquero Gamal, son los padrinos de los negocios con socios foráneos y locales, en los que descuelgan un mínimo de 20 por ciento (otras fuentes indican 50 por ciento). ¿Cuál es la novedad? Eso es business as usual en el sistema capitalista neoliberal.

Les faltó auditar las suculentas comisiones por venta de armas con bendición de Estados Unidos.

La rebeldía ha cundido en todos los sectores de la sociedad y, después de la insurrección de los periodistas esclavizados por el totalitarismo multimediático, alrededor de 20 abogados han entablado un juicio ante el procurador general Abdel Meguid Mahmoud contra Mubarak y a su familia por haber supuestamente saqueado la riqueza del Estado y haberse aprovechado de la privatización neoliberal. ¿Dónde escuchamos algo similar?

Esto es justamente lo que tiene como tarea hercúlea impedir el torturador Suleiman quien, en lugar de erradicar el cáncer en su origen, pretende calmar la ira ciudadana con medidas de pedicure en sus metástasis y ha iniciado una cacería de brujas muy menores al enjuiciar por corrupción a los ministros del Interior, Vivienda, Comercio y Turismo, además de Ahmed Ezz, un magnate de la industria del acero y prominente figura del oficialista Partido Nacional (sic) Democrático (The Financial Times, 7/2/11).

La importancia de Suleiman (ver Bajo la Lupa, 6/2/11), principal hombre de contacto de Israel con el gobierno egipcio desde 2008, cuando se hizo cargo del espionaje, es triple: 1) cancerbero de la cleptocracia de los Mubarak y sus metástasis; 2) verdugo de las libertades que hay que cuidar que no pongan en peligro el corporativismo del régimen policiaco, carcelario, torturador y espía, y 3) hombre favorito de los intereses geopolíticos de Israel y Estados Unidos, según filtraciones de Wikileaks (The Daily Telegraph, 7/2/11): “Israel mantiene una línea secreta de comunicación urgente –hotline– con el hombre que sustituirá a Mubarak”.

Wikileaks afirma que en una ocasión Suleiman sugirió que el ejército israelí invadiera (¡súper sic!) Egipto para impedir que las armas sean contrabandeadas a los terroristas (sic) de Hamas en la vecina Gaza. Con razón abominan tanto a Suleiman en Gaza, la mayor cárcel viviente del planeta, todavía sitiada por Israel.

Los documentos sugieren que Suleiman deseaba el aislamiento de Hamas y pensó (sic) que Gaza debería sufrir hambre (sic) pero no hambruna (¡súper sic!).

Según Wikileaks, “Sulimán habla a diario con el gobierno de Israel a través de una hotline”. Lo peor: Después de haber discutido con funcionarios de Estados Unidos en 2008, Israel nombró a Suleiman su candidato preferido (¡súper sic!) a la presidencia.

¿Ya estaban –y están–, entonces, arregladas las elecciones?

¿Tal es la transición ordenada (en el doble sentido de la palabra) que pregona Estados Unidos?

Con razón Suleiman no encuentra ninguna hotline con la verdadera oposición juvenil.