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Reprocha omisión y tolerancia que encubren o apoyan al cáncer delincuencial

Lealtad, pide Galván a civiles y militares
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El titular del Ejecutivo conmemoró la Marcha de la Lealtad, efectuada hace 98 años por el presidente Francisco I. Madero, a quien –como ayer– escoltaron cadetes del Heroico Colegio MilitarFoto Presidencia de la República
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de febrero de 2011, p. 9

El secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, exigió ayer lealtad a civiles y militares para alinearse al interés nacional, tras reprochar actos de marcada deslealtad de quienes viven en el mundo de la ilegalidad.

Ante familiares de soldados que han muerto en la lucha contra el narcotráfico se preguntó qué lealtad posee una autoridad cuando por conveniencia, apatía, omisión o tolerancia, apoya y encubre al cáncer delincuencial.

Rodeado de mandos civiles y castrenses, en el Castillo de Chapultepec, el titular de Sedena aseveró: “No puede ser ciudadano o esposo, padre o hijo leal a la familia, si se cruza la puerta del hogar para envenenar a sus semejantes con drogas, para privarlos de la libertad o para asesinarlos.

No cabe en el hombre lealtad alguna cuando coopta familiares, amigos o personas ingenuas y encauza la vida de éstos al margen de la ley.

La conmemoración de la Marcha de la Lealtad, encabezada hace 98 años por Francisco I. Madero, fue ocasión para que Galván Galván refrendara estar más que siempre con el pueblo, con las instituciones y a las órdenes del presidente Felipe Calderón.

Asistieron los presidentes del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza, así como Francisco Xavier Salazar, vicepresidente de la Cámara de Diputados, y miembros del gabinete legal.

El discurso del secretario de la Defensa fue para reiterar que los mexicanos pueden tener certeza de que sus fuerzas armadas son leales, y lo remarcó así: Nunca más otro craso error como el de (Victoriano) Huerta.

Ùnico orador, Galván destacó que el soldado es leal porque no da lugar a intereses perturbadores, no tolera la intriga ni la mezquindad, no reconoce conductas equívocas ni transita con mentalidad dubitativa; tampoco acepta el doblez ni la conjura.

Luego de que el presidente Calderón pasó lista de honor en recuerdo de los seis cadetes que murieron en la Batalla de Chapultepec, en 1847, Galván también advirtió que los mexicanos somos leales cuando alineamos pensamiento y obra con el interés nacional lejos de las ambiciones egoístas o alevosas.

La lealtad no nace de manera espontánea, se construye con esfuerzo y nacionalismo, afirmó, para luego explicar: Quienes viven equívocos en el mundo de la ilegalidad, cualquiera de las formas en que éstos se presenten, son entes marcados por la deslealtad.

En el graderío se encontraban los familiares de personal fallecido en operaciones contra el narcotráfico que recibieron de manos de la esposa del presidente, Margarita Zavala, banderas nacionales contenidas en cajas de madera.

Concluida la ceremonia, Calderón dio la mano a cada uno de los altos mandos castrenses y emprendió la retirada, pero luego regresó para saludar y dar el pésame a los deudos de los militares caídos en la guerra contra la delincuencia impulsada por su gobierno.