La especulación se desató completamente entre las grandes empresas almacenadoras y comercializadoras de maíz por las cosechas que se perdieron en Sinaloa a causa de las heladas, ya que la tonelada de grano se incrementó entre 20 y 40 por ciento en una semana, acusaron dirigentes de organizaciones de molinos y tortillerías.

Junto con organizaciones campesinas exigieron al gobierno federal frenar la especulación y garantizar una reserva de maíz blanco a fin de evitar que se dispare el precio de la tortilla en los próximos días, como ocurrió en 2007, al inicio del gobierno del presidente Felipe Calderón, cuando se encareció hasta 40 por ciento.

El titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Heriberto Félix Guerra, informó que se perdieron 3 millones de toneladas de maíz en Sinaloa, el principal productor del grano en el país. Se trata, dijo, de un daño de magnitudes nunca antes vistas y un problema no sólo sinaloense sino que nos atañe a todo el país.

Pese a ello, el funcionario aseguró que el abasto de maíz blanco está garantizado porque, según un comunicado de Sedeso, el faltante podrá cubrirse con el excedente de la cosecha anterior y porque el gobierno federal inició un programa de créditos para recomenzar la siembra, además de un programa de empleo temporal para 100 mil jornaleros agrícolas que se quedaron sin empleo.

Piden a Economía actuar contra las compañías acaparadoras

El alza acumulada en la tonelada de maíz en una semana es de entre 18 y 40 por ciento, según la región. En Querétaro el precio por tonelada llegó a 5 mil 200 pesos, en Aguascalientes a 5 mil 100, en Jalisco a 4 mil 900 pesos, en la zona metropolitana de la ciudad de México a 4 mil 400 y en Sinaloa a 4 mil 500; es decir, un aumento de entre mil 200 y mil 400 pesos por tonelada. Aumentos que son del orden de 18 a 40 por ciento, detalló Antonio de la Torre, presidente de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla (UNIMT).

A la UNIMT están afiliadas organizaciones, federaciones y confederaciones de 30 estados del país –sólo faltan Baja California y Baja California Sur–, cuyos dirigentes alertaron que las comercializadoras les advirtieron que esos precios sólo son por hoy porque mañana pueden subir más, y con ello repercutir en el precio de la tortilla.

Es puro acaparamiento y especulación, sostuvo De la Torre y criticó que el gobierno no llame a cuentas con carácter de urgente a las grandes empresas como Cargill, Minsa, Archer Daniel’s o Maseca a las que acusó de acaparar y especular con el grano básico.

Si a los dueños de molinos y tortillerías nos ponen como los malos de la película cada vez que sube la tortilla y tenemos encima a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco); con más razón debería hacer lo mismo la Secretaría de Economía (SE) con esas empresas, sostuvo.

Alejandro Díaz Quiroz, investigador del departamento de contabilidad y economía internacional del Tecnológico de Monterrey, calculó que el precio de la tortilla puede subir entre 5 y 10 por ciento en el primer trimestre del año. La situación se agrava, dijo, debido a que a finales de 2010 los precios internacionales del maíz cerraron con un alza de 50 por ciento y el gobierno mexicano contaba con que hubiera una buena producción interna para no depender tanto de las importaciones.

La Central Campesina Cardenista exhortó al gobierno federal a informar si el país cuenta con una reserva estratégica de alimentos para enfrentar este problema en el mercado interno y convocó a las agrupaciones vinculadas con el campo a integrar un frente común para exigir el replanteamiento de la política pública para garantizar la soberanía alimentaria y el abasto interno de alimentos para los 112 millones de mexicanos.

Otra organización de la cadena maíz-tortilla, la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías (UNIMTAC), dirigida por Lorenzo Mejía, emitió un comunicado donde señala que aunque la SE ha tratado de tapar el sol con un dedo, la realidad nos dice que estamos a la puerta de una nueva crisis alimentaria y que no bastan los discursos tranquilizantes ni las amenazas sistemáticas a pequeños productores de la masa y la tortilla para hacer frente a la situación.

Señaló que los intermediarios siguen haciendo pingües negocios y no hay autoridad que frene su voracidad y, en concreto, acusó a la empresa Cargill de vender la tonelada de maíz a 4 mil 500 pesos con la advertencia de que el próximo fin de semana puede llegar hasta 4 mil 700 pesos, cuando en mayo pasado costaba 3 mil pesos y a principio de 2011 se comercializó en 4 mil pesos.

Se trata de acciones de coyotaje que deben ser castigadas de acuerdo con el artículo 253 del Código Penal Federal, que establece multas de hasta mil días de salario mínimo y 10 años de cárcel, sentenció la UNIMTAC.

Subsidios atorados desde 2010

El director general del Consejo Promotor y Regulador de la Cadena Maíz-Tortilla (Protortilla), Guillermo Campos Coy, alertó que la situación para los productores de masa es complicada, por lo que no descartó aumentos en el precio de los productos al consumidor final.

Adelantó que a la brevedad se reunirán con funcionarios tanto de la Secretaría de Economía como de Sagarpa para buscar mecanismos que permitan minimizar el impacto de las alzas a través de subsidios gubernamentales.

A su vez, Antonio de la Torre recordó que la Secretaría de Economía todavía no ha distribuido totalmente el presupuesto de Promasa correspondiente al segundo semestre de 2010, mediante el cual cerca de 600 pequeños molineros reciben un subsidio de 50 centavos por cada kilo de masa producido a fin de mantener estable el precio de la tortilla.

Insistió en que la situación apremia a que la dependencia suelte cuanto antes los recursos pendientes del año pasado e integre el padrón de 2011, pero además consideró que ya no será suficiente el subsidio establecido sino que se requiere duplicarlo para que quede a un peso por kilo de masa, así como extenderlo a más molineros para contener un alza generalizada en precio de la tortilla.