Cultura
Ver día anteriorDomingo 13 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El Museo Universitario del Chopo exhibe Selva de cristal, que reúne 19 expositores

México, espacio libre de creación para artistas japoneses: Hagino

En el país insular el mundo del arte es muy pequeño y al ambiente difícil para los jóvenes; además, no se obtiene mucha respuesta del espectador, afirma la curadora

Foto
Entre los expositores están Luis Nishizawa, Kiyoshi Takahasi, el pintor mexicano Carlos Nakatani, Ryuichi Yahagi, Kiyoto Ota y Roberto ShimizuFoto cortesía Museo Universitario del Chopo
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de febrero de 2011, p. 2

Con el propósito de ampliar la información sobre artistas japoneses o de ascendencia nipona, que trabajan en el país se organizó Selva de cristal: artistas japoneses en México, exposición abierta en el Museo Universitario del Chopo, que forma parte de un conjunto de muestras dedicadas al país del sol naciente.

Organizada por los artistas Natsumi Baba y Hiroshi Okuno, y curada por Mihoko Hagino –nombre artístico de la también artista Miho Hagino, quien rinde homenaje a una sobreviviente de la bomba atómica en Hiroshima–, Selva de cristal se refiere a cómo su comprensión de la cultura mexicana y japonesa cristaliza en sus obras, sin caer en lugares comunes.

Las edades de los 19 expositores van de los 25 hasta los 93 años, y comprenden nombres como Luis Nishizawa, Premio Nacional de Arte 1996; Kiyoshi Takahasi, quien realizó una escultura para La Ruta de la Amistad (1968); el pintor mexicano Carlos Nakatani; Ryuichi Yahagi y Kiyoto Ota, escultores japoneses radicados en Jalapa, el primero, y en la ciudad de México, el segundo, y el arquitecto Roberto Shimizu e hijo, responsables del Museo del Juguete Antiguo Mexicano.

Para Taro Zorrilla, quien comparte un proyecto con Hagino, no se puede hablar de una comunidad artística japonesa, aunque en Jalapa, por ejemplo, todos se conocen. Más bien los artistas japoneses y los de esa ascendencia están dispersos en el país. Además, fue un intento de reunirlos, porque normalmente los artistas japoneses que ya tienen base en México no están conectados con la sociedad de origen. Más bien trabajan con la sociedad mexicana y cada quien tiene su historia.

Hagino, por su parte, vino a México en 1996 para estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Como se ausentó del país dos años, considera que tiene 13 de radicar aquí. Aceptó la curaduría porque conoce el arte japonés hecho en México de calidad, que no sólo copie motivos de ambos países.

Sobre las razones de los artistas japoneses que se quedan en México, Hagino contesta: “Primero, es muy estricto el ambiente de sobrevivir como artista en Japón, porque allá no se recibe mucha respuesta de las personas que visitan los museos como aquí, donde es más directo; mucha gente visita los museos y no tiene prejuicios respecto del arte. Pero en Japón, como el mundo del arte es muy pequeño, el ambiente es difícil. Por ejemplo, para mostrar la obra hay que rentar una galería, con un costo de 20 a 30 mil pesos.

El ambiente es muy difícil para los jóvenes que empiezan. Además, todavía están muy marcadas las divisiones entre las diferentes disciplinas.

Aquí, a su juicio, podemos trabajar libremente, buscar espacios; los materiales también son más fáciles de conseguir, los talleres, las máquinas; hallas amigos, apoyo. Eso ha ayudado mucho al proceso creativo de los artistas japoneses en México.

La exposición incluye varias actividades. Hiroshi Okuno realizará el performance Caja cósmica todos los sábados de 11 a 13 horas, durante el tiempo que permanezca Selva de cristal.

El 28 de abril se proyectará Hiroshima Nagasaki Download, documental dirigido por Shinpei Takeda, a las 12, 17 y 19:30 horas en el Salón Cinematográfico del Chopo.

El viernes 29, a las 12 horas, se llevará a cabo la conferencia Luz y oscuridad, relacionada también con Hiroshima y Nagasaki, con la participación de Yasuo Nakano, curador del Museo de Arte Taro Okamoto; Yasuaki Yamashita, sobreviviente de la bomba atómica y artista visual; Shinpei Takeda, director de cine, y Héctor Falcón, artista visual.