Opinión
Ver día anteriorViernes 18 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

Berlusconi en la mira

C

on la experiencia acumulada durante 20 siglos, la jerarquía eclesiástica sabe bien qué le conviene cuando de los asuntos públicos se trata. En este caso, con su apoyo a Silvio Berlusconi: Mejor un putero que haga buenas leyes para la Iglesia que uno catoloquísimo que nos perjudique, sostiene Vitorio Messori en nombre del Vaticano y la Conferencia Episcopal italiana a raíz de los recientes escándalos protagonizados por el primer ministro italiano.

Si el también poderoso empresario  lleva una vida intolerable para la moral católica, la Iglesia no lo juzga porque se trata de una inmoralidad privada, que poco importa cuando su protagonista defiende la vida, combate el aborto, es enemigo de la educación libre y no tolera la eutanasia. El digno sucesor del emperador Tiberio se defiende y lo cobijan sus aliados, comenzando por la Iglesia católica. No son orgías, son cenas elegantes, aclara Berlusconi al responder a los cargos por corrupción de menores y abuso de poder.

Pero los escándalos en torno al empresario-funcionario vienen de lejos y no siempre se relacionan con el pago a mujeres jóvenes a las que el sultán italiano invita a sus fiestas. Si la fiscalía de Milán que lleva el caso calcula que Berlusconi ha gastado en sus encierros más de 2 millones de euros, resultan poca cosa con los negocios que él ha realizado junto con sus amigos.

Un caso bien documentado es la reconstrucción de la región de L’Aquila, devastada por un temblor de tierra que dejó más de 300 muertos y cientos de damnificados. Sabina Guzzanti, la cineasta nacida en Roma en 1963, realizó hace dos años la película L’Aquila-La Italia que tiembla, en la que con un lenguaje fílmico muy al estilo de Michael Moore revela el comportamiento  del empresario que se desempeña como primer ministro y cómo, junto con sus amigos de la mafia, aprovechó la tragedia para sus planes políticos y los negocios. Entre otras cosas, muestra que la tragedia pudo evitarse y echa por tierra la creencia de que la reconstrucción fue un éxito, cuando en realidad es un costoso   fracaso, donde la población lleva a cuestas la peor parte y el dinero gubernamental va a manos de la mafia y sus padrinos en el gobierno.

Sabina presentó su documental en mayo pasado durante el Festival de Cannes. En protesta, Sandro Bondi, ministro de Cultura de Italia, canceló su asistencia al festival. Alegó que  en el filme hacían una caricatura de su jefe, como si fuera un emperador en el fin de su reino. Eso bastó para que fuera comprada para exhibirla en más de 40 países.

La cineasta trae a Berlusconi en la mira desde años atrás: en Viva Zapatero, satiriza la vida pública y privada nada ejemplar de Il Cavaliere y la molestia que a éste le causa el presidente español por sus reformas anticatólicas.