Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 20 de febrero de 2011 Num: 833

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Ricardo Venegas

Monólogos Compartidos
Francisco Torres Córdova

El accidentado viaje
de Óscar Liera

Raúl Olvera Mijares

John Irving, la lupa estadunidense
Ricardo Guzmán Wolffer

Ver Amberes
Rodolfo Alonso

El cráneo crepitante
de Roger Van de Velde

La vida privada y
la vida pública

Laura García entrevista con Gustavo Faverón

Leer

Columnas:
Señales en el camino
Marco Antonio Campos

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Felipe Garrido

Un obispo

Dijo el rey que cuando un hombre de la Iglesia cometiera un crimen secular debía ser juzgado por una corte secular, y el obispo no lo aceptó. El rey quiso obligarlo a que le jurara obediencia, pero el obispo se opuso con rabia, dejó el reino y buscó el amparo del rey vecino; y el del Papa, de paso, que estaba allí exiliado porque los cardenales se habían conjurado en su contra. Cuatro años permaneció el obispo bajo la custodia del rey vecino y del Papa y, cuatro más tarde, cuando pareció que hacía las paces con su soberano, volvió a la corte. No tardó, sin embargo, en enemistarse con el monarca, porque el obispo quería seguir mandando dinero al Papa. Y fue entonces, dicen, cuando el rey dijo aquello de “¿Quién me va a quitar de encima a este entrometido?” Cuatro caballeros fueron a la catedral, asesinaron al obispo, recibieron honores... y hoy sus almas, dicen, arden en el infierno. [De las historias de san Barlaán para el príncipe Josafat]