Bogotá, 2 de marzo. Diversificación de la producción, violencia y conquista de nuevos mercados: a lo largo de 2010 el narcotráfico siguió extendiendo sus tentáculos en toda América Latina, donde el consumo también se ha vuelto fuente de preocupación, según un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El documento publicado hoy por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), una agencia de la ONU, trae alertas para todos en la región, incluso para el cono sur, que antes parecía ajeno al problema.

Además, el narcotráfico ha extendido sus redes en América Central, aliándose a las maras (bandas delictivas), cuya expansión toca ya a cinco o seis países de esta región, según Camilo Uribe, relator de la JIFE. En esta zona de tránsito para el contrabando de drogas ilícitas a gran escala, también acecha la corrupción, alertó, y destaca que el valor en la calle de todas las drogas (...) supera el de la economía legítima.

Para los centroamericanos, las frías estadísticas se traducen a diario en sangre: en los llamados países del triángulo norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) la tasa de asesinatos es la más elevada del mundo, recordó.

Sobre Venezuela, destaca que es uno de los principales países de origen de remesas de cocaína incautadas en Europa occidental, al que ahora se empiezan a sumar Brasil, Ecuador y Surinam.

Colombia es todavía el mayor productor de cocaína en el mundo, con 410 toneladas en 2009, que equivalen a más de 30 por ciento del total mundial, estimado por la ONU en entre 842 y mil 111 toneladas anuales.

Esta droga se sigue produciendo en gran parte de las selvas de Colombia, donde los grupos armados la usan para financiarse.

No obstante, como una voz de aliento a sus esfuerzos, Colombia, que hace una década producía cerca de 700 toneladas anuales de cocaína, fue sacada de la lista negra de generadores de narcotráfico, en la que permanecen unos 20 estados.

Aumentan cultivos

Pero las buenas noticias en Colombia trajeron malas nuevas a Perú y Bolivia, ya que los narcotraficantes extendieron los cultivos de hoja de coca en esos países, donde las superficies aumentaron por cuarto año consecutivo.

En imagen de archivo, un submarino incautado a narcotraficantes en la localidad colombiana de TimbiquiFoto Reuters

En 2009, en Perú se registraron sembradíos de al menos 59 mil hectáreas de hoja de coca, en Bolivia 30 mil 900 y en Colombia entre 67 mil y 68 mil.

Lo preocupante, según Uribe, es que el fenómeno también tiene consecuencias en el cono sur. Se ha incrementado el tráfico y el consumo de drogas en países como Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, dijo.

En éstos ingresa pasta base de cocaína procedente de países andinos, principalmente de Bolivia por la cercanía. Por eso, en Argentina ya se procesa el clorhidrato de cocaína y se han destruido cerca de 270 laboratorios.

De allí un gravísimo problema de salud pública, con el consumo de pasta básica de cocaína, que se está generalizando a la totalidad del cono sur.

Y según la JIFE, para América Latina y el mundo, ya acecha otro peligro, que toma la forma de simples píldoras: en los próximos 20 años, todo el tema de drogas estará orientado a drogas sintéticas y medicamentos derivados, ya que son más fáciles de producir, pero igual de dañinas, alertó Uribe.

La JIFE añadió que Bolivia aumentó por cuarto año consecutivo la superficie total de cultivo ilícito de hoja de coca. La Paz reconoce cultivos de 30 mil 500 hectáreas de las que, según la ley boliviana, sólo 12 mil son consideradas legales para usos tradicionales.

Paraguay sigue siendo el principal país productor de mariguana de América del Sur de la cual 80 por ciento es consumida en Brasil.

Acusa a Brasilia de ignorar aún si hubo un aumento en el consumo de crack en el país, como lo dictamina el documento. La secretaria nacional de Políticas sobre Drogas, Paulina Duarte, señaló que el gobierno no tiene una cifra exacta de consumo de crack, pero ha puesto en marcha un plan de combate a esta y otras drogas con estudios importantes y énfasis en la rehabilitación.