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El impacto del narco en la seguridad estadunidense, uno de los reclamos de Washington

Calderón se reúne hoy con Obama en medio de una relación desgastada
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El presidente Felipe Calderón Hinojosa sostuvo anoche un encuentro de trabajo con líderes de empresas de Estados UnidosFoto Notimex
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Periódico La Jornada
Jueves 3 de marzo de 2011, p. 7

Washington, 2 de marzo. En medio de un acelerado desgaste de la relación bilateral, el presidente Felipe Calderón comenzó hoy una visita de trabajo a este país para reunirse mañana con su homólogo estadunidense, Barack Obama. El efecto de los niveles de violencia alcanzados en México en la guerra contra el narcotráfico, los posicionamientos públicos de funcionarios de la Casa Blanca al respecto, así como reportes confidenciales del Departamento de Estado criticando el desempeño de diversas áreas del gobierno mexicano, difundidos en cables de Wikileaks, son el trasfondo de la reunión.

Un encuentro precipitado a partir del asesinato en México del agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos Jaime Zapata, que encendió las alarmas en Washington, al punto que la semana pasada se emprendió en este país una operación que derivó en más de 500 detenidos, presuntamente ligados con los cárteles mexicanos. La ejecución del oficial estadunidense no tenía precedente desde el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena, hace 26 años.

De hecho, el anuncio de la reunión entre ambos mandatarios se dio el mismo día en que, apremiadas por las presiones del país vecino, las fuerzas armadas mexicanas capturaron a Julián Zapata Espinoza, El Piolín, presunto asesino del agente estadunidense. La aprehensión fue comunicada personalmente por Felipe Calderón al presidente Barack Obama; días después se conocería que el arma utilizada para el crimen fue adquirida en Texas, evidenciando un flujo de armamento que ha sido reiteradamente cuestionado por México.

Aunque  la reunión  en la Casa Blanca fue anunciada oficialmente como un espacio para estrechar la alianza entre ambos países, lo cierto es que desde mayo pasado, cuando Calderón realizó su última visita de Estado, la relación ha registrado un deterioro acelerado.

Para el gobierno mexicano, la visita tiene mayores alcances, pues se abordará el tema migratorio y se buscará reafirmar la agenda de cooperación bilateral. Sin embargo, en los hechos, será un encuentro con una agenda monotematizada: el impacto del narcotráfico en la seguridad de la región.

El presidente Calderón se reunió esta noche en privado con 20 líderes de empresas trasnacionales a quienes expuso las ventajas comparativas que tiene México como destino de inversión, con respecto a otras naciones. Entre los asistentes al encuentro destacaron los representantes de empresas como Delta Airlines, The Albrigth Group, Emergency Comitee, American Society of Association Executives, New York Life Insurance, Met Life Incorporation, entre otras.

Recelo de funcionarios

Desde su anterior visita, en mayo de 2010, en público y en privado diversos funcionarios estadunidenses, incluida la secretaria de Estado, Hillary Clinton, han externado su recelo ante los alcances que tienen ya los cárteles de la droga en México y han deslizado incluso que se trata de la colombianización del país. La expresión fue matizada posteriormente, pero obligó a una visita de Clinton a México para externar un público espaldarazo a la política de Calderón y ante la gran irritación que la declaración provocó en el gobierno mexicano.

Días antes, el portavoz del Departamento de Estado, Phillip Crowley, asociaba la violencia del narcotráfico en México a la seguridad nacional estadunidense: No creo que el tema sea si la estabilidad de nuestra sociedad está en riesgo, pero ciertamente es una amenaza a nuestra seguridad, dijo.  

Aunque estos posicionamientos –y otros más– han sido invariablemente matizados posteriormente ante la reacción del gobierno mexicano, tienen un correlato con las preocupaciones que en el plano confidencial se maneja entre el Departamento de Estado y la embajada de Estados Unidos en México, mismos que han sido revelados en los cables difundidos por Wikileaks.

En la información publicada por La Jornada, se da cuenta de las preocupaciones de Washington en torno al respeto a los derechos humanos en la lucha contra el narcotráfico, o bien se menciona la necesidad de que Estados Unidos participe en la modernización de las fuerzas armadas mexicanas.

Otros cables de Wikileaks mencionan las críticas estadunidenses a las fuerzas armadas ,exicanas, a las que consideran torpes, descoordinadas, anticuadas, burocráticas, parroquiales y con aversión al riesgo.  En otro despacho confidencial  publicado por este diario, se externaban dudas sobre la eficacia de la participación militar en la lucha contra el narcotráfico.

Las suspicacias estadunidenses también han encontrado –en menor medida– reproches del  gobierno mexicano por virtual inacción en el control de tráfico de armas desde Estados Unidos, lo que favorece una mayor capacidad de operación de los cárteles de la droga.

Por otra parte, en una declaración emitida en Cartagena, Colombia, Calderón reprochó incluso los alcances de la Iniciativa Mérida, pues de los mil 400 millones de dólares ofrecidos para los pasados tres años, ni siquiera ha llegado la mitad. En esa fecha (octubre de 2010), el mandatario mexicano demandó a Washington congruencia en sus acciones contra el narcotráfico. Si en este rubro hicieran la mitad de lo que hacen en materia de migración, otra cosa sería, expresó entonces.

En todo este contexto declarativo, este jueves Calderón y Obama se verán las caras en la Casa Blanca. Por la parte mexicana asistirán la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Cantellano; el titular de Economía, Bruno Ferrari, y el secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, Alejandro Poiré.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks