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Cumbre México-Estados Unidos

Reitera Obama su apoyo total a la lucha contra el narcotráfico

Ofrece Calderón explorar cómo mejorar la seguridad de agentes de EU en el país
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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante la conferencia de prensa conjunta con el mandatario de México, Felipe Calderón, en la Casa BlancaFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Viernes 4 de marzo de 2011, p. 4

Washignton, 3 de marzo. La reunión entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de México, Felipe Calderón, si bien no alcanzó acuerdos concretos sobre puntos neurálgicos relacionados con la inseguridad, perfiló cambios en temas como la capacidad de agentes estadunidenses de portar armas en territorio mexicano y la reducción del flujo de éstas a nuestro país por la frontera.

En el primer caso, Calderón sostuvo que existe imposibilidad constitucional para que agentes estadunidenses porten armas en territorio nacional, pero se explorará con el Congreso cómo mejorar su seguridad en México.

En la conferencia de prensa ofrecida tras el encuentro celebrado en el salón Oval de la Casa Blanca, también se habló sobre la posibilidad de que sea extraditado Julián Zapata, El Piolín, tema que no se había abordado hasta entonces, según respondió Calderón a pregunta expresa.

Sin embargo, manifestó que existe voluntad política para que este criminal sea castigado con todo el peso de la ley, independientemente de que ésta determine si es en México o Estados Unidos; no tengo ningún reparo, y ofreció analizar lo conducente en términos legales.

Obama ratificó que hasta ese momento no se había abordado el tema, por lo que no sería apropiado tratarlo en la conferencia. Precisó que su gobierno ya presentó una solicitud de extradición y confió que en este caso se hará justicia.

Acerca de la demanda de México de frenar el flujo de armamento, Obama subrayó que en Estados Unidos existen derechos constitucionales para que los ciudadanos porten armas con la finalidad de defenderse, y destacó que su país ha instrumentado acciones para lograr mayor control en el tráfico de armas hacia México, así como una mejor supervisión sobre flujos financieros.

El mandatario estadunidense mencionó que en este ámbito deben instrumentarse acciones más eficaces para combatir el tráfico de armamento y de dinero.

Al respecto, Calderón cambió sustancialmente su discurso, en el que en forma recurrente había censurado la falta de acciones de la parte estadunidenses. En esta ocasión dijo: “Yo no he sabido si antes de su presidencia (de Obama) se hacía un esfuerzo similar por detener el flujo de armas hacia México, pero nos consta que en las diversas agencias que tienen que ver con la seguridad interna de Estados Unidos, como en la oficina del fiscal o del procurador, se están haciendo esfuerzos muy importantes y se ha atrapado incluso a algunos traficantes de armas como no se hacía antes.

“De hecho –reconoció–, creo que nosotros mismos tenemos mucho que mejorar en términos de cómo compartir mejor la información, cómo rastrear mejor las armas.”

La conferencia sobre el encuentro fue pródiga en elogios mutuos (e incluso bromas sobre futbol americano), como cuando Obama subrayó el compromiso de Calderón y de México en el combate al narcotráfico:

“Debo decirle a la prensa mexicana que no tengo más que admiración por el presidente Calderón y la lucha que ha emprendido. Él ha demostrado gran valor y afrontado grandes riesgos para enfrentar a los cárteles de la droga.”

Es una lucha que también es de Estados Unidos, agregó Obama, porque parte de la violencia del narcotráfico en México es responsabilidad nuestra.

Destacó que este combate debería ser también de la sociedad mexicana, porque Calderón pudo haber adoptado el camino fácil de dejar pasar el poder corruptor del narcotráfico y dejar que se apoderara de importantes ámbitos de la vida política y económica de México, pero ha optado por el camino difícil de combatir el crimen organizado y en eso tiene el apoyo estadunidense.

En concurrida conferencia de prensa, en la que los medios estadunidenses estaban más interesados por la estrategia de Washington para Libia, Calderón y Obama refrendaron su voluntad de colaborar en el tema del narcotráfico.

El mandatario estadunidense destacó la lucha que ha emprendido su vecino del sur y dijo que México tendrá pleno respaldo. Lo cual, una y otra vez, Calderón agradeció muchísimo y manifestó estar convencido de que en el gobierno de Estados Unidos tenemos un aliado e incluso un amigo en lo personal.

El presidente mexicano habló ampliamente sobre el caso del agente estadunidense del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, Jaime Zapata, asesinado en México. Destacó que de las confesiones de los propios criminales se desprende que no hubo una pretensión concreta de atentar contra la vida de Zapata, sino que desconocían que se trataba de funcionarios estadunidenses.

Calderón indicó que este caso representa una alerta sobre la necesidad de lograr mayor protección a los agentes estadunidenses, delimitando mejor los aspectos de colaboración entre ambos países y replanteando los alcances de la misma.

A pregunta expresa sobre la solicitud presentada por la secretaria del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, para que sus agentes porten armas en México, Calderón respondió que en la condición actual, las leyes son muy claras en prohibir esta posibilidad, y mencionó que los acuerdos de colaboración bilateral se limitan a intercambio de información y asistencia técnica para apoyar a las autoridades mexicanas.

“Hay una restricción legal importante (…) pero qué duda cabe, para mí, definitivamente, tenemos que encontrar la manera de elevar el nivel de protección de los agentes estadunidenses que actúan en contra de la criminalidad”. Refirió que estudiará todas las posibilidades para mejorar su seguridad, e incluso ofreció que hablará con el Senado al respecto.

En tanto, Obama reconoció la restricción legal que existe en México y señaló que su gobierno tendrá que revisar los protocolos de seguridad de sus agentes que se encuentran en territorio mexicano.

Durante la conferencia de prensa ambos mandatarios hablaron también de los avances en otros ámbitos de la colaboración y acerca de las coincidencias para enfrentar el fenómeno migratorio.

Calderón destacó la voluntad de Obama para impulsar una reforma migratoria integral, al tiempo que durante el encuentro cuestionó el avance de reformas legales contrarias al respeto a los derechos humanos de los migrantes.