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El escritor recibió el Águila Azteca de manos de Felipe Calderón

Mario Vargas Llosa celebra que lo premien en lugar de censurarlo
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Mario Vargas Llosa, ayer, al recibir del presidente Felipe Calderón la máxima distinción que otorga el gobierno mexicanoFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de marzo de 2011, p. 7

Al condecorar ayer al escritor Mario Vargas Llosa con la orden mexicana del Águila Azteca, en grado de insignia, el presidente Felipe Calderón refrendó que, como ciudadanos, la política es tan importante que no podemos dejárselas a los políticos.

Tras agradecer al Premio Nobel de Literatura 2010, en nombre del pueblo de México, su valentía y entereza para defender los valores de la libertad y la democracia, el mandatario resaltó que la política no debe quedar sólo en manos de unos cuantos que deciden por todos.

Ese es el principio y esa es la actitud que abren la puerta de las dictaduras y los autoritarismos, subrayó Calderón en su discurso, durante el cual expresó su admiración hacia el escritor peruano-español, no sólo por lo notable de su obra, sino por ser un luchador por la libertad, aun en momentos en que, dijo, eso significaba ir a contracorriente en varios países latinoamericanos.

Democracia bien enrumbada

En entrevista posterior, Vargas Llosa opinó que la democracia mexicana está bien enrrumbada, a pesar de los obstáculos de tipo económico y del narcotráfico, problema al que consideró una fuente de corrupción muy grande, que México comparte con otros países de la región.

“Por eso –subrayó– es muy importante que salgan ideas nuevas, valerosas y que ataquen de raíz el mal del narcotráfico y la corrupción que, creo, es la gran enemiga de la democracia en América Latina.”

La ceremonia tuvo lugar en el Castillo de Chapultepec, con la presencia de funcionarios y representantes del cuerpo diplomático acreditado en México, así como del empresario Carlos Slim, Marie José Paz e integrantes de la comunidad intelectual, entre ellos el filósofo Ramón Xirau y el presidente de El Colegio de México, Javier Garciadiego.

Luego de recibir la insignia, Vargas Llosa habló de la importancia de la libertad para todos los órdenes de la vida humana; aludió a su relación con el país, al que visitó por vez primera en 1962, y destacó la importancia crucial para Latinoamérica de los mexicanos Alfonso Reyes y Octavio Paz, de quien fue amigo, como lo es, comentó, de José Emilio Pacheco.

Para concluir, el autor de La fiesta del Chivo externó su agradecimiento por recibir la más alta condecoración que otorga México a los ciudadanos extranjeros, y destacó su aprecio por la manera en que Felipe Calderón se refirió a su posición política, sabiendo que en algunos momentos de mi vida yo he criticado a México, y lo he criticado con mucha severidad.

El escritor se refería al conocido episodio que tuvo lugar en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuando debió salir del país luego de que declaró que México era la dictadura perfecta, en alusión a las varias décadas del PRI en el poder.

Qué bien habla de la cultura, de la civilización, también del espíritu democrático de México el que, pese a esas severas críticas, en lugar de vetarme y censurarme, me abran los brazos y me premien, rubricó.