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Continúa el avance de las fuerzas de Kadafi hacia el este y el oeste del país norafricano

Descarta el Grupo de los Ocho en París la opción militar contra Libia

El ejército gubernamental corta la ruta entre la estratégica ciudad de Ajdabiya y la rebelde Bengasi

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Combatientes abren fuego contra posiciones controladas por el ejército en AjdabiyaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de marzo de 2011, p. 34

Trípoli, 15 de marzo. Las fuerzas armadas libias siguieron hoy su avance reconquistando terreno hacia el este y oeste del país norafricano, y cortaron la ruta entre la estratégica ciudad de Ajdabiya y Bengasi, principal bastión de los rebeldes, con nuevos bombardeos aéreos y ataques de artillería, de acuerdo con reportes de prensa y de la cadena televisiva árabe Al Jazeera.

En París, el Grupo de los Ocho (G-8) descartó la opción militar en Libia, como querían Francia y Gran Bretaña, pero instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a incrementar la presión contra Muammar Kadafi. A su vez, Estados Unidos anunció sanciones contra el canciller libio Musa Kusa y 16 empresas estatales para aislar al régimen de Trípoli.

Kadafi amenazó a Occidente con unirse a la red Al Qaeda y declarar la guerra santa si se lleva a cabo en Libia una intervención militar al estilo de la de Irak. El dirigente, quien asegura estar en lucha contra Al Qaeda, a la que acusa de estar detrás de la insurgencia en su país, también se declaró traicionado por el primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

En entrevista con el diario italiano Il Giornale, propiedad de la familia de Berlusconi, afirmó que los rebeldes perdieron ya la batalla. Ya no tienen esperanza, la causa está perdida para ellos, señaló. Sostuvo que los insurrectos solamente tienen dos posibilidades: o entregarse o huir.

Sobre la posibilidad de que el conflicto termine en un baño de sangre en ciudades que aún están en manos de los rebeldes, Kadafi dijo que su objetivo es combatir el terrorismo. Por eso avanzamos tan rápidamente, para evitar masacre. La orden, añadió, es cercarlos y asediarlos y que si se rinden no los vamos a matar.

Rechazó toda posibilidad de diálogo con los rebeldes. ¿Diálogo? ¿Con quién? No es posible dialogar con terroristas cercanos a Osama Bin Laden. Ellos mismos no creen en el diálogo, piensan sólo en combatir y en matar, matar y matar. Reiteró que la comunidad internacional no sabe lo que pasa en Libia y se dijo decepcionado con Europa, en particular con Italia, su principal socio comercial.

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Salah Abu Obah, rebelde capturado, es mostrado a la prensa internacional en TrípoliFoto Reuters

Las fuerzas gubernamentales lanzaron la aviación y la artillería por segundo día consecutivo contra Ajdabiya, estratégico punto que comunica a 160 kilómetros al sur del feudo de la oposición en Bengasi. Centenares de civiles y rebeldes hacían colas en vehículos y huían en dirección de Bengasi.

Había informes contradictorios sobre la ciudad de Ajdabiya. Las fuerzas de Kadafi habrían logrado el control al afirmar la televisión estatal que la ciudad ha sido limpiada de mercenarios y terroristas vinculados con Al Qaeda.

Reportes dieron cuenta que esta noche hubo disparos de cañones antiaéreos y artillería pesada contra Bengasi, de 670 mil habitantes. Esos informes indicaban que se escuchaban prolongadas ráfagas de armas pesadas y explosiones, y había combates en Brega, que ha cambiado varias veces de manos.

Pero un vocero militar del Consejo Nacional de Transición afirmó que Ajdabiya sigue en manos de los revolucionarios, y que los bombardeos que sufren se hacen desde posiciones lejanas. Añadió que unidades del ejército intentaron entrar, pero fueron rechazadas por los combatientes revolucionarios.

En el Cairo, opositores libios dijeron que rebeldes que comandaban aviones de combates destruyeron dos barcos de guerra libios en la costa noreste de Ajdabiya.

La instauración de una zona de exclusión aérea en Libia ha sido descartada, dijo el canciller francés Alain Juppé, al explicar que su gobierno no fue respaldado en ese plan porque algunos de nuestros socios se oponían a cualquier evocación del uso de la fuerza militar.

Los cancilleres del G-8 (Estados Unidos, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá y Japón) pidieron a Muammar Kadafi que respete las reivindicaciones del pueblo libio, y se congratularon de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas examine de forma urgente nuevas medidas contra Trípoli.