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Revuelta en Magreb y Medio Oriente
Comienza ofensiva contra Bengasi; se acabó, dice Kadafi, y exige una disculpa a potencias de Occidente
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Simpatizantes de Muammar Kadafi expresan su apoyo al dirigente libio tras la votación en el Consejo de SeguridadFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de marzo de 2011, p. 27

Trípoli viernes, 18 de marzo. Fuertes explosiones se escucharon la medianoche de este jueves en Bengasi, con ataques aéreos en las afueras y en el aeropuerto, seguidos de disparos de la defensa antiaérea, en lo que parecía ser el inicio de la batalla decisiva de las fuerzas del régimen libio por apoderarse del principal bastión de la insurrección.

Poco antes, el líder libio Muammar Kadafi advirtió a los rebeldes de Bengasi que la noche del jueves asaltaría la ciudad sin clemencia e hizo llamados a los residentes en un discurso radiofónico, a quienes dijo que no tenían nada que temer si dejaban las armas.

Se acabó. Todo está decidido, dijo Kadafi, y ofreció el perdón a aquellos que dejen las armas. Prepárense, llegamos esta noche. No tendremos clemencia, vamos a expulsar a los traidores de Bengasi, agregó.

Bengasi es la sede del Consejo Nacional de Transición, órgano de gobierno erigido por los insurgentes y al cual Francia fue el primero en brindar reconocimiento. Las fuerzas gubernamentales están a las puertas de Bengasi, de acuerdo con la televisión estatal.

El ministerio libio de Defensa advirtió que la aprobación en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas de una intervención contra Libia expondrá al peligro a todo el tráfico marítimo y aéreo en el Mediterráneo e instalaciones civiles y militares se convertirán en objetivos del contrataque. La cuenca mediterránea afrontará peligros no sólo a corto, sino también a largo plazo.

Al mismo tiempo, el ejército libio anunció que suspenderá operaciones contra la insurrección a partir de la medianoche del sábado, a fin de que los libios que quieran beneficiarse en una amnistía general tengan la opción de entregar las armas.

En medio del avance de sus tropas, Kadafi exigió una disculpa de las potencias de Occidente por sus errores al apoyar la revuelta que se inició con protestas a mediados de febrero. Aseguró que a partir de ahora dará prioridad en sus relaciones e intercambios a naciones como China, India y Rusia, y al respecto mencionó el negocio del petróleo.

Dijo que como parte de las disculpas debe darse la suspensión de las recientes sanciones aprobadas por la ONU contra su país, cuando aún no se conocían las nuevas medidas de fuerza adoptadas este jueves contra su régimen. Ya no confiamos en Occidente, expresó.

Las fuerzas de Kadafi, que han llevado a cabo un gran contrataque contra los rebeldes, han realizado significativos avances sobre el terreno y están a unos 160 kilómetros de Bengasi, informó William Burns, subsecretario de Estado de Estados Unidos.

La televisión estatal libia informó de que las fuerzas leales recuperaron la importante terminal petrolera de Zueitina, en la carretera costera a 130 kilómetros de Bengasi, pero los rebeldes dijeron que habían rodeado a las unidades pro gobierno en las cercanías de la población.

En Bengasi, la ciudad donde comenzó la insurrección, residentes y un vocero rebelde informaron de tres ataques aéreos en las afueras, incluido el aeropuerto, y otra incursión aérea al sur. Informes desde El Cairo aseguran que los rebeldes habían derribado dos aviones de combate del ejército.

Un reporte del canal árabe Al Jazeera, fechado en Londres, señaló que opositores a Kadafi en la ciudad oriental de Bengasi festejaron y lanzaron fuegos artificiales en las primeras horas de este viernes para celebrar una votación del Consejo de Seguridad de la ONU, que autoriza una zona de exclusión aérea sobre Libia.

Miles de manifestantes dispararon al aire, lanzaron fuegos artificiales y ondearon banderas de la era monárquica en celebración, añadió el reporte.

No obstante que fuerzas rebeldes dijeron que seguían manteniendo el control de sus posiciones estratégicas en el este del país norafricano, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) decidió sacar a sus trabajadores de Bengasi y los trasladó a la ciudad de Tobruk, más al este, ante la creciente inseguridad y el avance de las fuerzas gubernamentales.

En zonas residenciales de Ajdabiyah, una estratégica ciudad en la carretera costera en dirección a Bengasi, se reporaron fuertes combates el jueves y unas 30 personas fallecieron, según Al Arabiya.

En las cercanías a la ciudad se veían automóviles incendiados en los márgenes de la carretera, mientras las fuerzas del gobierno mostraban a los medios sus tanques, artillería y lanzagranadas, armas mucho más pesadas que las usadas por los rebeldes.

En Misrata, tercera ciudad libia en importancia, unos 200 kilómetros al este de Trípoli, rebeldes y residentes dijeron que se preparaban para nuevos ataques de las tropas leales, que ya por la noche habían golpeado la ciudad costera. Ambos bandos se adjudican el control de esa ciudad.