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Ante senadores desestima Wikileaks y la operación Rápido y furioso

México pidió y controla los vuelos de EU, dice Espinosa
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La vigilancia aérea estadunidense al territorio nacional no viola la soberanía debido a que fue solicitada por el gobierno del presidente Calderón, informó al Senado la canciller Patricia Espinosa CantellanoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de marzo de 2011, p. 5

En medio de fuertes críticas de senadores de PRI, PRD, PT y Convergencia, que le reprocharon el entreguismo y subordinación de la política exterior a los intereses de Estados Unidos, la canciller Patricia Espinosa desestimó los efectos de la información confidencial contenida en los cables de Wikileaks divulgados por La Jornada.

Sostuvo que aunque crearon dificultades y malestar en la relación bilateral, el presidente Barack Obama ya declaró que el contenido de esos cables diplomáticos no representa la postura oficial de su gobierno.

Durante casi cuatro horas, en las que evadió gran parte de los cuestionamientos, entre ellos los referidos a la situación del embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, la titular de Relaciones Exteriores reconoció que el gobierno de Felipe Calderón tenía conocimiento de la operación Rápido y furioso, pero dijo que ésta no incluía la introducción ilegal de armas al país.

Espinosa reveló que los sobrevuelos estadunidenses en territorio nacional fueron solicitados por el gobierno mexicano, que tiene, aseguró, el control de los mismos. Sostuvo que ese hecho no viola la soberanía ni la Constitución, toda vez que el presidente Felipe Calderón tiene facultades para autorizar esas operaciones de aeronaves extranjeras sin necesidad de solicitar el permiso del Senado.

Lo anterior provocó airadas réplicas de legisladores de PRI, PRD y PT, quienes insistieron en que sí hay violación a la Carta Magna. Nos quiere tomar el pelo, le dijo el petista Ricardo Monreal, mientras que el senador del PRD Pablo Gómez sacó a relucir las contradicciones en que incurrió la funcionaria y le espetó que es de risa y absolutamente increíble la afirmación de que esos vuelos son controlados por el gobierno mexicano.

El día que el gobierno de Estados Unidos admita que un gobierno extranjero tiene control sobre sus aeronaves, ese día cae el presidente de ese país, dijo.

Sin embargo, la canciller insistió en que en casos específicos, con objetivos muy concretos para obtener información de inteligencia a través de los vuelos de aeronaves no tripuladas, se pidió apoyo a Estados Unidos y el presidente Calderón, en ejercicio de sus facultades previstas en la Constitución y las leyes federales, dio la autorización.

Reveló que la información proporcionada por esas aeronaves ha contribuido al éxito de algunas operaciones realizadas en el país y ha salvado vidas de soldados y policías que enfrentan a la delincuencia organizada.

Dante Delgado (Convergencia) y Monreal (PT) le replicaron que sí se viola el artículo 76 constitucional, porque son aviones espías, dirigidos por militares estadunidenses. El petista le entregó un ejemplar de la Constitución, para que la lea.

En la comparecencia de Espinosa, la priísta Rosario Green advirtió que México ha perdido liderazgo en el mundo y criticó que el alineamiento sea la postura adoptada por el gobierno federal para lidiar con el poderoso vecino del norte.

Green Macías recalcó que al PRI le preocupa la tibieza y pasividad del gobierno mexicano frente a la injerencia estadunidense documentada en los cables de Wikileaks, y el hecho de que se oculte deliberadamente mucha información a los mexicanos y sus representantes. La ex canciller preguntó también qué compromisos subrepticios se han contraído con Washington.

A su vez, Monreal advirtió que la política exterior es un desastre. Es, agregó, tibia, sumisa y subordinada. Dijo que las revelaciones de Wikileaks publicadas por La Jornada muestran la forma abyecta y desesperada con la que el gobierno mexicano pide que vengan a salvarlo de una guerra que él mismo inició y no sabe cómo terminar.

El senador perredista José Guadarrama señaló que la crisis diplomática entre ambos países fue detonada por la difusión de los cables de Wikileaks, en los que se manifiesta que el gobierno de Estados Unidos tiene un alto grado de desconfianza hacia algunas de las autoridades mexicanas involucradas en la lucha contra el crimen organizado.

Dante Delgado agregó que el embajador Pascual sólo informó a su gobierno de la situación que prevalece en México, pero aquí molestó porque se ha querido ocultar el fracaso de la lucha contra el narcotráfico, cuyos resultados funestos y lamentables son más de 35 mil muertos.

Espinosa respondió que la filtración de los cables diplomáticos ha generado dificultades y malestar en el trato bilateral, pero la relación es estratégica y tenemos que ser capaces de remontar desencuentros. Agregó que ello no debe verse como señal de desconfianza del gobierno de Estados Unidos hacia el de México y pidió valorar que tanto el presidente Obama como la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hayan señalado explícitamente que el contenido de los cables de Wikileaks no representa la posición oficial del gobierno de Estados Unidos.

En cuanto a Rápido y furioso, comentó que en los términos en que fue autorizada por Estados Unidos, la operación pretendía detectar esquemas ilícitos de distribución y venta de armas a terceros en territorio estadunidense, sin que se contemplara su trasiego transfronterizo controlado.

Recalcó que esto es de lo cual (sic) las contrapartes mexicanas estaban informadas. Y añadió que la Procuraduría General de la República ya inició una averiguación para determinar cualquier acción ilícita que pudiera haber sido realizada al amparo de ese operativo.

Pablo Gómez le hizo notar que había ido a repetir las contradicciones en que ha caído en las últimas semanas el gobierno federal, que en un principio declaró no saber nada de Rápido y furioso.

Entre las muchas preguntas que Espinosa no respondió estuvo la referida al embajador Pascual. Aprovechando que se encuentra bajo protesta de decir verdad, quiero preguntarle en qué condición se encuentra el representante de Estados Unidos, qué injerencia tiene sobre la toma de decisiones en materia seguridad, le inquirió la priísta Rosario Green.

Incluso los senadores del PAN, que la arroparon y salieron en defensa de Calderón –patriota y valiente, lo llamó Rubén Camarillo–, pidieron explicaciones a la canciller en torno a ese tema: ¿Confía usted en el embajador Pascual? Nosotros tampoco, le dijo el panista Luis Alberto Villarreal, pero la canciller ignoró el tema y tampoco explicó cuántos agentes extranjeros operan en México.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks