Política
Ver día anteriorDomingo 20 de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Ebrard, quien apoya a Armando Ríos Piter, es apremiado por Nueva Izquierda a definirse

Zambrano y Padierna aventajan en el PRD

La integración del Consejo Nacional electivo inclina la balanza en favor de los chuchos

Foto
Entre Dolores Padierna, Jesús Zambrano y Armando Ríos Piter saldrá el nuevo líder perredistaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de marzo de 2011, p. 8

La integración del Consejo Nacional extraordinario con carácter electivo del Partido de la Revolución Democrática (PRD) inclinaba anoche la balanza en favor de Jesús Zambrano para que Nueva Izquierda conserve la presidencia del sol azteca.

Dolores Padierna, de Izquierda Democrática Nacional (IDN), sin embargo, aseguraba que aún tenía posibilidad de acceder a ese cargo porque la diferencia de votos era ínfima, de cuatro.

Las cuentas del llamado grupo de los ocho, del cual forma parte IDN, le daban hasta las 10:30 de la noche una tercera parte de los 309 consejeros asistentes, lo que automáticamente le concedería la secretaría general.

El registro del grupo de los ocho era el siguiente: 134 votos a su favor, 138 para Nueva Izquierda y 34 para Armando Ríos Piter, candidato del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. Su recuento contemplaba que había tres consejeros que aún no decidían a quién otorgar su sufragio.

Esa numeralia contrastaba con la que filtró Nueva Izquierda. De 342 consejeros posibles, afirmó, se registraron 319, cifra que consideró histórica. De ellos, 109 le pertenecían, 65 eran de Padierna, 24 de Ríos Piter, 57 de Alternativa Democrática Nacional, cinco de Izquierda Social y 20 al resto de las corrientes que integran el grupo de los ocho.

Nueva Izquierda confiaba anoche en que en el transcurso de la madrugada y la mañana de este domingo alcanzaría un acuerdo con el jefe de Gobierno capitalino para conceder la secretaría general a Ríos Piter, a cambio de sus votos, lo que favorecería definitivamente a Zambrano.

No descartaba que en caso de no fructificar esa negociación se aceptara que Padierna tuviera esa cartera. Los chuchos consideraban que Ebrard estaría obligado a definirse porque con su propuesta de Ríos Piter sólo había complicado el escenario en el PRD, y no estaban dispuestos a dejarle el partido.

A lo largo del día, las corrientes perredistas intentaron alcanzar un acuerdo de unidad, que nunca prosperó por la negativa de Padierna, Zambrano y Ebrard a ceder. Ríos Piter no fue visto en ningún momento en el proceso de negociación.

De nuevo el hotel Imperial fue sede de las reuniones privadas que se llevaron a cabo a partir de las nueve de la mañana.

El primer encuentro fue entre el jefe de Gobierno y los dirigentes de las corrientes, con el fin de acordar el procedimiento para el Consejo Nacional. Allí se decidió que se instalaría a las ocho de la noche, como prácticamente ocurrió, porque se requería tiempo para movilizar a sus consejeros y convencer a los indecisos.

También se pactó que la renovación de la dirigencia ocurrirá este domingo por la tarde.

En el contexto de esas negociaciones, integrantes de Nueva Izquierda emplazaron a Ebrard a definirse, y le advirtieron que no cejarían en su propósito de que Zambrano ocupe la presidencia perredista. Le manifestaron su inconformidad porque el funcionario pretendía emitir un mensaje ante el pleno en favor de Ríos Piter. El rechazo fue tajante.

Padierna explicó que Ebrard le comentó que se encontraba en una disyuntiva respecto a quién brindar apoyo. Si lo daba a Zambrano, sería un mensaje de alejamiento con Andrés Manuel López Obrador; si lo otorgaba a ella, los chuchos lo considerarían una pésima señal por el apoyo que le han brindado.

Frente a la indefinición del jefe de Gobierno, los dos bloques que se disputan la dirigencia dedicaron sus esfuerzos a captar el voto de consejeros; incluso se rumoró que el precio del voto se ubicaba entre 50 y 70 mil pesos. Tal versión fue negada por los dirigentes de las corrientes.

Cerca de las nueve de la noche se instaló el Consejo Nacional extraordinario con carácter electivo. Los grandes ausentes fueron Ebrard y Jesús Ortega.

A diferencia de Padierna, quien ingresó al salón de Expo Reforma donde sesionan los consejeros perredistas arropada por el grupo de los ocho, Zambrano, acompañado de Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta, fue recibido con gritos de desaprobación dirigidos a Nueva Izquierda. Vendidos, vendidos, decían integrantes de la corriente Izquierda Social que portaban carteles y mantas con leyendas como “Los chuchos para la transa son bien duchos” y Aliarse al PAN es apoyar a la oligarquía.

Tras instalarse el consejo, los bloques de corrientes se enfrascaron en una guerra de consignas de apoyo a sus respectivos candidatos. Mientras se presentaban tres resolutivos que se aprobaron por consenso, Zambrano y Padierna registraron sus candidaturas.

El representante de Nueva Izquierda, en fórmula con Camerino Eleazar Márquez, de Alternativa Democrática Nacional; Padierna, con Gilberto Ensástiga. A las 11 de la noche se esperaba que Ríos Piter hiciera lo correspondiente, con Jesús Valencia como candidato a la secretaría general.

A esa hora, Nueva Izquierda y sus aliados demostraron que son mayoría al votar favorablemente irse a receso hasta las 13 horas de este domingo, sin permitir que se abordara el tema de la alianza con Acción Nacional en el estado de México, como exigió el grupo de los ocho.

Los resolutivos aprobados anoche por unanimidad fueron no realizar alianzas electorales con el tricolor o con el blanquiazul en las elecciones de 2012, sino formar un polo democrático y progresista para la transformación de la nación, que impida la continuidad del PAN, de Felipe Calderón (en el gobierno) y la restauración del viejo régimen con el PRI de (Enrique) Peña Nieto; construir esta unidad en torno a un programa y un candidato común a la Presidencia.

También se aprobó el rechazo al proyecto de reforma de ley laboral del PRI y dar instrucciones a las bancadas del PRD en el Congreso para que se inicie una investigación sobre la violación de Estados Unidos a la soberanía nacional al intervenir, a petición del gobierno calderonista, en el combate al crimen organizado.