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Acabar con la enfermedad de la ambición impuesta por los poderosos, otro reclamo

Políticos e investigadores demandan que no se siga falsificando la democracia

Esbozan la línea política del Nuevo Proyecto Alternativo de Nación propuesto por López Obrador

 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de marzo de 2011, p. 12

La falsificación de la democracia viene de la subordinación de la política y los políticos a los negocios y a los intereses económicos. La afirmación de una real democracia exige la participación del pueblo en la toma de decisiones y para ello se requiere recobrar los valores comunitarios y la creación de instituciones participativas, así como una ética de responsabilidades y de pleno respeto a los derechos humanos, individuales y sociales, advirtió Víctor Flores Olea, al esbozar la línea política del Nuevo Proyecto Alternativo de Nación.

Condenó la política neoliberal, para la cual los pobres no tienen derechos ni lugar ni prerrogativa alguna. Son desechables y han de vivir excluidos. En este Proyecto Alternativo de Nación, dijo, el Estado y sus propósitos de igualdad y equilibrio son más altos que la voracidad del mercado. ¡El mercado ha de someterse a los fines sociales del Estado! ¡El mercado es para la sociedad y no la sociedad para el mercado!

Raquel Sosa continuó con la presentación del documento y afirmó que la única salvación posible para el pueblo es volver a tejer nuestras comunidades en todos y cada uno de los espacios en que las destruyó la enfermedad de la ambición que impusieron los poderosos.

Aseguró que nadie, más que nosotros mismos, podemos garantizar que las necesidades se conviertan en derechos: el derecho a que sea protegida la dignidad de la vida; el derecho a la prevención y cuidado de la salud; el derecho a residir en una vivienda segura con servicios; el derecho a un transporte público eficaz, en calles y caminos por los que se transite sin zozobra; el derecho a tener un trabajo, con un salario remunerado y prestaciones laborales, entre otros.

En su turno, Rogelio Ramírez de la O afirmó que el plan económico del Proyecto Alternativo de Nación es el único distinto de lo que aplican desde hace 30 años, y siguen aplicando, el PRI y el PAN. Este proyecto sostiene que con 54 millones de pobres y medio millón de migrantes a Estados Unidos cada año por falta de empleo, la economía no puede estar fuerte.

Dichos partidos suponen, añadió, que para crecer más se requiere privatizar el petróleo, la salud, los servicios públicos y todo lo que se pueda. Este proyecto, por el contrario, contempla el fortalecimiento del petróleo bajo la propiedad de la nación y administrado por el Estado para convertirlo en palanca del desarrollo.

Héctor Díaz-Polanco sostuvo a su vez que si no logramos frenar y revertir los efectos de la moral oligárquica, egoísta, individualista e individualizadora que procura destruir las raíces morales, populares acumuladas a lo largo de siglos, estaremos en grandes dificultades para promover los cambios de fondo en el país y consideró que es difícil concebir transformaciones significativas sin plantear cambios éticos, morales e intelectuales. Por eso es tan acertado que el nuevo Proyecto de Nación los coloque como uno de sus ejes, en sintonía con la insistencia de López Obrador en la importancia que revisten, lo que se sintetiza en la urgencia de crear una nueva corriente de pensamiento y en el renacer de una nueva conciencia en el pueblo mexicano.

Finalmente, Armando Bartra subrayó que ante los mexicanos se abren dos caminos: el de la continuidad, que conduce al abismo, y el del cambio verdadero. Advirtió que sin organización el Movimiento de Reconstrucción Nacional no tiene nervio, no tiene músculo, no tiene sangre, y aseveró que el Nuevo Proyecto de Nación es mucho más que un programa de gobierno. Es un plan de reconstrucción nacional que compromete a todas y a todos, no sólo al gobierno progresista que queremos.

Se trata de un plan estratégico, ambicioso, visionario, que no es para un sexenio sino para muchas generaciones. Salvar a México de la decadencia y construir el país que queremos, no es tarea exclusiva de políticos y funcionarios públicos, por responsables, honestos y cumplidores que éstos pudieran llegar a ser cuando ganemos. La recuperación de México es tarea de todos.