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Murieron 146 costureras inmigrantes; trabajaban sin condiciones de seguridad

Conmemoran hoy centenario de incendio que hizo reformar leyes laborales en Nueva York

Críticos estadunidenses sostienen que poco o nada ha cambiado en cuanto a salarios y derechos

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 25 de marzo de 2011, p. 31

Nueva York, 24 de marzo. Todo cambió con un incendio.

Hace 100 años, un incendio en una fábrica que mató a 146 trabajadoras inmigrantes de la confección en Nueva York, sacudió de tal manera la conciencia nacional que impulsó derechos laborales fundamentales y nuevas leyes de seguridad y salud, no sólo en los centros de trabajo, sino en todo tipo de edificios, transformó el movimiento sindical y nutrió la lucha por el derecho al voto de las mujeres.

El 25 de marzo de 1911, trabajadores, en su mayoría mujeres jóvenes, algunas de sólo 14 años, casi todas inmigrantes italianas y judías, quedaron atrapadas en lo que llaman un taller del sudor (sweatshop), un tipo de maquiladora, cuando se incendió la fábrica. Al intentar huir, encontraron que las puertas estaban cerradas con candado, y que los patrones no se habían molestado en instalar equipo de emergencia. Desde el noveno piso donde estaba la fábrica se escuchaban gritos de desesperación, y algunas decidieron arrojarse desde las ventanas. Los bomberos no contaban con escaleras que llegaran a los pisos altos (estaban equipados para edificios bajos del siglo pasado, y sólo alcanzaban el sexto piso), por lo cual quedaron relegados, junto a la multitud, a ser testigos del horror.

Organizan diversos actos en varias ciudades del país

La Triangle Shirtwaist Company ocupaba tres pisos en los que trabajaban más de 500 personas, en lo que hoy es un edificio de la Universidad de Nueva York (NYU), en la esquina de Washington Place y Greene Street, a unos pasos de Washington Square. Ahí, sobre la esquina está la placa que conmemora los hechos, y esta semana se marca el centenario de la tragedia con más de 100 actos, que incluyen foros, obras de teatro, documentales, programas de televisión y desfiles, en esta y otras ciudades del país.

En Triangle, como en tantas maquiladoras en esos tiempos, no existía casi ninguna regulación en cuanto a salud y seguridad en los lugares de empleo, ni normas salariales. Inmigrantes ofrecían una fuente constante de mano de obra dispuesta a trabajar largas jornadas por salarios bajísimos.

Unos dos años antes del incendio, trabajadores de la industria de la confección en Nueva York encabezados por el sindicato del ramo, ILGWU, realizaron huelgas por salarios más dignos, mejores condiciones laborales y la sindicalización, y su triunfo benefició a 15 mil trabajadores en la ciudad. Sin embargo, los dueños de Triangle rehusaron reconocer al sindicato y mejorar las condiciones de sus trabajadores. Esas huelgas fueron detonadas en respuesta al despido de 150 trabajadores sospechosos de actividades sindicales por los dueños de Triangle.

Líderes sindicales del ILGWU acusaban que no sólo fue por fallas o ausencia de equipo de emergencia en el edificio incendiado que murieron 146 trabajadoras, sino que algunas puertas estaban cerradas con candado justo para evitar el ingreso de organizadores sindicales a la fábrica. Al celebrar el 50 aniversario, David Dubinsky, presidente de ILGWU, afirmó en un acto frente al mismo edificio que aquí, hace 50 años, estas hijas jóvenes de aquellos que llenaban los barrios pobres del lado oriente de la ciudad, fueron sacrificadas a la avaricia humana sobre un altar infernal en llamas. La avaricia cerró con candado las puertas.

Foto
Cartel conmemorativo del incendio en una fábrica hace cien años en Nueva York, en imagen tomada del sitio www.rememberthetrianglefire.org

Este 25 de marzo, a las 16:45 (hora local) se escucharán las campanas de iglesias en esta ciudad y muchas otras, y también sirenas de bomberos, para marcar el momento exacto en que se dio la primera alarma del incendio. El sindicato nacional Workers United, el cual tiene su origen en ILGWU, convoca a la ceremonia central que se realizará frente al edificio de la fábrica y donde se espera la participación de miles de sindicalistas, integrantes de organizaciones inmigrantes, descendientes de las familias de las víctimas y figuras nacionales, incluida la secretaria de Trabajo del gobierno de Barack Obama, Hilda Solís, y el actor Danny Glover, entre otros. (El acto se puede ver en vivo por Internet empezando a las 11:00 horas de Nueva York, 9:00 de México en: http://rememberthetrianglefire.org/).

Pero cien años después, y a pesar de las transformaciones que detonó el incendio, las condiciones laborales en varios sectores, incluido el de la confección, siguen siendo pésimos y, en algunos aspectos, dicen críticos, poco ha cambiado. Según el Departamento del Trabajo de Estados Unidos, 4 mil 340 trabajadores murieron en sus sitios laborales durante 2010 y más de 3.3 millones sufrieron accidentes serios. En cuanto a salarios, las autoridades federales realizaron casi 400 investigaciones sólo en el sector de la confección, en su mayoría en California y Nueva York. Casi todos estos casos son de inmigrantes en talleres del sudor cuyos derechos laborales fundamentales fueron violados. Y es sólo lo que se ha descubierto. Se dice que a veces parece que el único cambio es que los lamentos, canciones y gritos de ira de trabajadores de estas maquiladoras hace cien años en Nueva York se expresaban en italiano, con acento irlandés y yiddish, y que ahora son en español, chino, tailandés o ruso.

A la vez, la conmemoración del centenario de Triangle se realiza en una coyuntura marcada por una feroz ofensiva contra los sindicatos tanto en el sector privado y más recientemente en el sector público que parecen brotar de un sueño neoliberal de retroceder un siglo, donde el mercado y sus patrones determinaban lo que consideraban era mejor para todos. Eso es acompañado por una ola antimigrante a nivel nacional. La memoria de Triangle se vuelve otra vez algo contemporáneo. Pero también se recuerda que ante todo ello, las mujeres e inmigrantes de Triangle detonaron, con su martirio involuntario, una enorme ola de reformas y la consolidación de un movimiento por la justicia social cuyos ecos aun se escuchan hoy día.

(Para materiales, historias, nombres y proyectos sobre Triangle y su presencia actual véase el sitio de la coalición http://rememberthetrianglefire.org/); la Universidad Cornell también tiene un sitio dedicado a esta historia: www.ilr.cornell.edu/trianglefire/; el Departamento de Trabajo de Estados Unidos tiene otro sitio, http://m.dol.gov/shirtwaist/; y el New York Times otro mas: www.nytimes.com/cityroom).