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Condena Calderón el abandono endémico que hicieron “otros

Fundan la segunda ciudad rural en los Altos de Chiapas

La pobreza no tiene por qué ser una condena, sostiene Sabines

Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de marzo de 2011, p. 13

Santiago El Pinar, Chis., 29 de marzo. Con la indumentaria tradicional de los tztotziles, el presidente Felipe Calderón encabezó la fundación de la segunda ciudad rural del estado, ahora en este municipio –el más pobre de la entidad, según las estadísticas– y aprovechó para condenar el abandono endémico que otros hicieron de la pobreza:

Compartimos con el gobernador (Juan Sabines) una preocupación fundamental, que es combatir la pobreza, como dice su lema, con hechos y no con palabras. Otros tienen simplemente palabras. Tuvieron mucho tiempo para concretarlas en hechos y no lo hicieron. Nosotros estamos combatiendo la pobreza con hechos.

Calderón censuró así la política social priísta, un día después del nuevo desencuentro que su gobierno tuvo con la dirigencia del tricolor, a propósito de la evolución o involución en las condiciones de vida de la población.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la ciudad rural es una apuesta imaginativa para combatir la pobreza revirtiendo la dispersión de comunidades en los Altos de Chiapas, éste implicó una inversión superior a 400 millones de pesos.

Sé que ustedes no quieren las cosas regaladas ni por limosna, sino que piden una oportunidad de trabajar, dijo Calderón antes de explicar la construcción de la nueva ciudad rural, donde vivirán 460 familias indígenas que se encontraban en cinco comunidades (aún no se trasladan todas). Sostuvo que con esto se revierte parte de las causas de la pobreza, que es la dispersión que genera condiciones de marginación social.

El gobernador Sabines subrayó la importancia de impulsar una política social para enfrentar la pobreza, que en este municipio es equiparable con la de Sierra Leona, uno de los países más pobres de África. La pobreza no tiene por qué ser una condena, una realidad a la que no podemos acostumbrarnos. La pobreza no es normal, no puede ser normal.

Santiago del Pinar es la segunda experiencia después de Nuevo Juan de Grijalva –fundada tras el desbordamiento del río que destruyó el pueblo original– y alberga a más de 460 familias tzotziles de este municipio que hasta hace poco estaba ente los cinco más pobres del país y era el de menor índice de desarrollo en la entidad.

Sabines cuestionó también la política social de antaño: coincidimos en que la población que vive en pobreza extrema no es para ser analizada por los pobretólogos de escritorio o dirigentes políticos. La pobreza ya no puede esperar. Dijo que en sólo 14 meses se logró recuperar un municipio de la pobreza, cuando a los ritmos tradicionales hubiera implicado 10 décadas.

Subayó que la nueva ciudad rural cuenta con escuelas de preescolar hasta bachillerato, una clínica, viviendas y espacios públicos, agua, drenaje, energía eléctrica y alumbrado público, drenes pluviales, plantas de tratamiento de aguas residuales y potabilizadoras, invernaderos, granjas avícolas, traspatios productivos, un complejo integral de café y una fábrica ensambladora de muebles.

El coordinador del Sistema de las Naciones Unidas en México, Magdy Martínez, destacó la novedosa estrategia de los gobiernos federal y local para combatir la pobreza mediante ciudades rurales, ya que favorece el acceso a servicios y mejores condiciones de vida.