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La crisis ha provocado un millón de desplazados y mil 300 muertos, según cifra oficial

Gbagbo negocia su salida del poder de Costa de Marfil

Estamos a punto de convencerlo de renunciar, afirmó el canciller Alain Juppé

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Soldados leales a Alassane Ouattara –reconocido por la comunidad internacional como presidente de Costa de Marfil– ocupan la zona de Youpougon, cerca de un puesto de control en la entrada principal del norte de Abiyán. En el recuadro, Laurent Gbagbo, en imagen de archivoFoto Ap y Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de abril de 2011, p. 26

Después de una elección perdida, cuatro meses de presión internacional, ataques aéreos de Naciones Unidas y la reanudación de la guerra civil, Laurent Gbagbo negociaba la noche de este martes su salida del poder en Costa de Marfil.

Mientras el hombre fuerte se escondía en su búnker, en las calles de Abiyán yacían cuerpos abandonados, bandas de hombres armados merodeaban por la laguna y los médicos decían que era muy peligroso salir a atender las constantes llamadas de auxilio.

La crisis ha enviado a 130 mil refugiados a la vecina Liberia, ha desplazado hasta un millón de personas y ha impuesto una cuota que se espera mucho mayor de las mil 300 muertes hasta ahora reconocidas.

El desenlace, que comenzó la noche del lunes, puso a Francia, antigua potencia colonial, en un papel protagónico. La fuerza unicornio de mil 600 hombres de ese país, se unió a los ataques de helicópteros de la ONU para eliminar el armamento pesado de las fuerzas de Gbagbo y despejar el camino a las tropas terrestres leales al presidente reconocido internacionalmente, Alassane Ouattara, que buscan culminar la ofensiva final.

Abogados discuten los términos

Se cree que abogados franceses que representan a Gbagbo discuten los términos de un paquete de retiro potencialmente controversial para el político de 65 años y su esposa, Simone Gbagbo, quien según se cree está viendo pasar el conflicto en un centro turístico de lujo en Ghana. Si todo va bien, pronto tendremos una declaración, declaró a Reuters Ahoua Don Mello, asistente de Gbagbo.

El ministro francés del exterior, Alain Juppé, tuvo suficiente confianza la noche de este martes para decir al parlamento en París: estamos a punto de convencerlo de dejar el poder.

Sin embargo, el gobierno de Nicolas Sarkozy –quien intenta evadir acusaciones de que usa las aventuras en el extranjero para levantar su alicaído apoyo interno– continuó insistiendo en que ha usado su poderío militar sólo a instancias del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. “Se podría decir que nos acercamos al final de la crisis –señaló Hamadoun Toure, vocero del organismo mundial, y aseguró que los asistentes de Gbagbo están desertando–. Está solo en su búnker con un puñado de partidarios y familiares. ¿Durará o no? No sé.”

La ofensiva de la noche del lunes, en la que los pacificadores de la ONU extendieron su mandato para destruir las armas pesadas que según ellos se utilizaron para atacar a civiles, se había reducido a escaramuzas esporádicas la tarde del martes. No está claro el saldo de víctimas de la lucha porque los hospitales están aislados entre sí, con escasez de medicamentos esenciales y, como gran parte de la ciudad, sin comida apropiada ni agua.

“Según la información que tenemos, ha habido muchas bajas civiles –señaló Xavier Simon, de Médicos Sin Fronteras, en Abiyán–. Hay cuerpos en las calles y los heridos se refugian en sus casas.”

Los médicos relataron que balas perdidas y proyectiles han tocado zonas residenciales, pero que no había condiciones de seguridad para que las ambulancias recogieran a los lesionados. “Hemos recibido muchas llamadas sobre personas heridas, pero no podemos ayudarlas –dijo el doctor Simon–. Estamos dispuestos a ir, pero necesitamos tener acceso a la población.”

El país, principal productor mundial de cacao, ha estado en crisis desde las elecciones de noviembre del año pasado, en las que el líder opositor Ouattara venció a Gbagbo. El presidente en el cargo revocó el fallo de su propia comisión electoral y ordenó a jueces escogidos por él que lo declararan ganador. Vino a continuación un tenso estancamiento en el que la Unión Africana intentó mediar para poner fin pacífico a la crisis, pero eso terminó hace 10 días, cuando tropas de las Fuerzas Nuevas (FN) del norte irrumpieron en el sur en una ofensiva relámpago. Aunque durante años Outtara y su partido RDR estuvieron distanciados de las FN, él las reconoció como propias y afirmó que sus ataques eran necesarios para asegurar el resultado de la elección.

La noche del martes continuaban las escaramuzas en Abiyán y las tropas francesas que controlan el aeropuerto desalojaban a los extranjeros. Trabajadores de la organización Save the Children que se encuentran en la ciudad relataron su calvario durante la batalla nocturna. “Escuchamos detonaciones, hubo una de veras fuerte y sentimos sacudirse los vidrios –comentó uno–. Nos vinimos al sótano y aquí estamos a oscuras, esperando.”

El director de la organización en el país, Guy Cave, señaló que su experiencia era típica de estos días de pesadilla para los residentes. “Hemos hablado con algunos empleados a los que les han caído balas en la azotea, otros que han sentido temblar sus casas por el fragor de fuertes descargas de mortero –dijo–. En otros casos, hombres armados han irrumpido en los hogares y se han llevado automóviles, aparatos eléctricos, teléfonos celulares, dinero, todo lo de valor.”

La crisis ha arruinado la ya de por sí afligida economía de Costa de Marfil, alguna vez motor de la región, e impulsado a la alza los precios globales del cacao, pues la mayoría de los comerciantes han acatado un embargo internacional orientado a presionar a Gbagbo.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya