Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de abril de 2011 Num: 841

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Jair Cortés

Monólogos Compartidos
Francisco Torres Córdova

Nerón (fragmento)
Desider Kostolanyi

Una carta para el autor
Thomas Mann

George Orwell, comentarista de la BBC
Ricardo Bada

La España republicana
Luis Perujo Álvarez

García Lorca en Montevideo
Alejandro Michelena

Leer

Columnas:
Señales en el camino
Marco Antonio Campos

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Rogelio Guedea
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Filosofía de la maleza

Lo noté aquel domingo que cortaba la hierba del jardín. Hace dos meses delimité las jardineras para evitar la invasión de maleza. Preparé la tierra, colocándole hierbicida, luego extendí una malla negra a lo largo y ancho del cajete y, no conforme con esto, regué la superficie con pequeños trozos de madera, para así doblegar definitivamente a la maldita. Al mismo tiempo, en una maceta con tierra fertilizada sembré unos geranios, que coloqué en un lugar con sol estratégico. Le puse el agua debida y cada mañana me asomaba para estar al tanto de su crecimiento. Ayer que me dispuse a limpiar el jardín, me di cuenta de que las jardineras, aun con todo lo hecho para evitarlo, estaban plagadas de hierbajos, cuya raíz se enraizaba incluso en la malla negra, lo que me decía que no bastó ni veneno, ni trozos de madera, ni nada para detener su asedio. En cambio, los geranios, siempre delicados y tímidos, se malograron. Ni siquiera alcanzaron a sacar la cabeza por encima de la tierra, que ahora estaba seca como la piel del desierto. Quise encontrar un significado en todo esto, y no tuve más remedio que concluir: aprende de la maleza del jardín, que no se arredra con nada y, sobre todo, nadie su obstinencia iguala.