Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 24 de abril de 2011 Num: 842

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

México, el país y sus miedos
Alejandra Atala

La revolución
somos nosotros

Claudia Gómez Haro entrevista
con Octavio Fernández Barrios

La narrativa mexicana: entre la violencia
y el narcotráfico

Gerardo Bustamante Bermúdez

Erasmo: necedad
y melancolía

Augusto Isla

Un vicio como otro
Vilma Fuentes

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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LA FÍSICA PROBABILÍSTICA APLICADA AL HOMBRE

RAÚL OLVERA MIJARES


Masa crítica. Cambio, caos y complejidad,
Philip Ball,
FCE-Turner,
México, 2010.

Philip Ball (1962) obtuvo el prestigiado premio Aventis de vulgarización de la ciencia por su libro Critical Mass. One Thing Leads to Another (2004), donde se propone trazar una serie de paralelismos entre la física estadística y un conjunto de disciplinas humanas y exactas tales como la teoría política, la teoría macroeconómica, demoscopia, sociología, psicología de masas e incluso informática. Ball parte de la teoría cinética de los gases, desarrollada por el físico escocés James Clerk Maxwell (1831-1879), quien, rebasando el enfoque tradicional de Newton, se concentró no en el movimiento de una sola molécula de gas, sino en el comportamiento de la masa de partículas.

El sueño de aplicar las proporciones exactas y el número no sólo en las disciplinas matemáticas, sino en toda ciencia concebible, no es nuevo y puede rastrearse hasta Descartes y Leibniz. Hobbes y Condorcet propugnaron por una concepción mecanicista del hombre y las llamadas disciplinas sociales, la cual, por carecer del aparato matemático adecuado, se quedó más en un buen deseo que en una realidad. Philip Ball se propone comentar los hallazgos más recientes de esos físicos que se nombran a sí mismos sociales y aplican principios de probabilidad, estadística, teoría de grupos, topología y teoría del caos para determinar asuntos como el comportamiento de la bolsa de valores, las fases de transición que provocan los booms y las caídas de la economía, las razones por las cuales la gente contrae matrimonio en la sociedad moderna o bien se abstiene de hacerlo, los pronósticos plausibles de una elección popular, la razón de ser de las guerras, la división del mundo en naciones y culturas tantas veces antagónicas.

Con argumentos que alternan amenidad con cierto carácter técnico, Philip Ball pretende familiarizar al lector promedio, mediante una serie de enfoques estadísticos, con problemas de apariencia simple, como por qué es que durante un incendio las salidas de un teatro atestado de gente se bloquean, apelando a concepciones de autómatas, alimentados con reglas unívocas. El estilo del texto es aceptable –en concordancia con toda una corriente en el mundo anglosajón de volver los problemas más abstractos materia de charla cotidiana. Si tal propósito se consigue en todos los casos y no se queda en mera Utopía, como la obra homónima de Tomás Moro, la cual por supuesto se cita en el texto, al lado de otras de Adam Smith, Karl Marx, Friedrich von Hayek, Eric Hobsbawm, ése ya es otro cantar. Una buena dosis de algo que en los políticos populistas se llama demagogia se da en todos estos difusores de la ciencia. Quizá además de ciencias duras, un poco de auténtica filosofía de la ciencia –más allá del par de lugares obligados de Karl Popper– no les haría nada mal a aquellos que pretenden erigirse en taumaturgos y ofrecer soluciones que acusan una concepción reduccionista de la realidad.


FIESTA DE LA INTELIGENCIA

CARLOS ALFIERI


Nueva enciclopedia,
Alberto Savinio,
Acantilado,
España, 2010.

Naturalmente, la Nueva enciclopedia, de Alberto Savinio no es una de las enciclopedias al uso. Sólo comparte con ellas la ordenación alfabética de un repertorio de palabras, aquí muy restringido, para proceder desde allí a la construcción de un artefacto intelectual de fulgurante inteligencia. Cada entrada se abre a una pista por la que discurren cadenas de reflexiones de asombrosas derivas, en las que convergen y deslumbran yacimientos de erudición siempre corteses, una agudísima penetración y una de las prosas más bellas que haya producido la literatura italiana del siglo XX. No se trata de pistas rectilíneas; las hay espiraloides, que a partir de la palabra más modesta ascienden a los ámbitos más insospechados para descender al final al origen, y también arborescentes, que van recorriendo las ramas más laberínticas sin necesidad de regresar al tronco principal. Fascina, por ejemplo, una entrada como “Justa y tiovivo” (en italiano la palabra “giostra” designa tanto al combate caballeresco como a la calesita), en la que Savinio nos pasea sin asomo de fatiga por la etimología de la palabra –lo hace muy a menudo, y brillantemente–, evoca los tiovivos más humildes que conoció, habla de la dimensión cósmica que alcanza este juego infantil y se lanza a una reflexión sobre el movimiento circular como clave de la vida universal, las jerarquías angélicas, Anaxágoras, la lectura, la verdad, el error, los Argonautas, de Apolonio de Rodas, las erratas misteriosas que comete su máquina de escribir o la bondad de los pensamientos “sin fines ulteriores”.

Arqueólogo y psicólogo del lenguaje, un punto arbitrario, como Borges (con quien comparte cierta acracia de cuño aristocrático, el desdén por Marcel Proust, la lectura de Edward Gibbon o la consideración de la amistad como sentimiento muy superior al amor), con algún matiz misógino que desmiente sin embargo con la ardiente defensa del feminismo que despliega en la voz “Nora (italiana)”, a Alberto Savinio, –né Andrea de Chirico en Atenas, en 1891, y muerto en Roma en 1952, hermano del célebre pintor Giorgio de Chirico, pintor magnífico él mismo y músico–, le bastaría sólo este libro para instalarse entre los escritores contemporáneos de lucidez y talento más apabullantes, capaces de hacer de la literatura una fiesta de la inteligencia.