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El atuendo se exhibirá en la exposición que abrirán en el Museo Nacional de Antropología

Espectadores podrán conocer el enigma del huipil de La Malinche

La prenda es única por sus características y dimensiones, dice funcionario del recinto

Después de mostrarla en la sala de pueblos nahuas se guardará seis años para conservarla, adelanta

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El huipil que se cree vistió Malintzin, se podrá admirar a partir del 9 de mayo en el museo de Reforma y Gandhi, ChapultepecFoto Nahin Cortés/ INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de abril de 2011, p. 4

Un huipil que se cree usó La Malinche, mujer cercana al conquistador Hernán Cortés, será presentado en la exposición Alas del mundo indígena, que se inaugurará el 9 de mayo en el Museo Nacional de Antropología.

Durante décadas se pensó que esa prenda había sido utilizada por Malitzin, también llamada doña Marina, pero estudios de carbono 14 y de aceleración realizados por especialistas en 1998 arrojaron como resultado que la vestimenta fue elaborada en el siglo XVIII.

No obstante, Alejandro González Villarruel, director de Etnografía del museo, explica que se mantiene el enigma del atavío, debido a que dichos estudios son muy exactos respecto de la arqueología, pero no para la etnografía en la cual la datación puede variar hasta más de 100 años.

Este huipil, aclara, recibió ese nombre por la similitud con el que fue utilizado por La Malinche, de acuerdo con ilustraciones de algunos códices, como el Lienzo de Tlaxcala y el Florentino.

Del atuendo, refiere González Villarruel, se desconoce cómo llegó al acervo del museo que precedió al Nacional de Antropología, pero sus primeros registros se remontan a la época de las celebraciones porfiristas por el centenario de la Independencia.

El huipil es una prenda extraordinaria en su elaboración y diseño. “El atavío –subraya– es único en su tipo y no existe ninguno siquiera similar en colecciones de México ni de ningún otro país. Incluso su tamaño es más ancho de lo normal, de 120 X 140 centímetros”.

Su elaboración es inusitada, debido a que fue hecho en telar de cintura y con dos tipos de algodón; se utilizaron plumas, hilos de oro y cera. Incluso en su diseño destaca la particular representación de un águila bicéfala.

Entre el crisol de dos culturas

El enigma del textil, asevera González Villarruel, es similar al misterio que envuelve a la mítica mujer, quien vivió en el crisol de dos culturas: la indígena y la española.

Tras los estudios realizados todavía nos queda la duda de si perteneció a la mítica mujer, pero por ser una prenda excepcional decidimos restaurarla, conservarla y colocarla en la sala de los pueblos nahuas de etnografía del Museo Nacional de Antropología.

Después de su exhibición en la muestra Alas del mundo indígena, el huipil será guardado durante seis años para su conservación.

Entre los mitos fundacionales de México, explica el funcionario, está La Malinche, que es un personaje que colabora con los conquistadores y se convierte en la traductora de cabecera de Hernán Cortés ante los indígenas.

Es un personaje histórico, femenino, el cual ha sido muchas veces vilipendiado pero que presenta diversos claroscuros.

En Tlaxcala, dice González Villarruel, se practica una danza alusiva a La Malinche: una persona, con máscara, muestra un rostro de raza blanca y tiene cuernos.

El llamado huipil de La Malinche se incluye en el acervo de más de 260 piezas etnográficas de la exposición Alas del mundo indígena, la cual es la complementaria de la muestra El vuelo de las imágenes: arte plumario en México y Europa que se exhibe en el Museo Nacional de Arte.

En esta segunda muestra, adelanta el funcionario, el público puede conocer la importancia de las aves y el uso de las plumas entre los cerca de 40 grupos indígenas de México, los cuales estarán representados mediante objetos diversos, generalmente usados en danzas que reflejan una cosmovisión particular.

Otras piezas que se podrán ver son el tocado –que para los tzotziles– atribuye jerarquía y estatus a quienes lo portan. Este es un adorno de fieltro, decorado con plumas de pavo real, el cual sólo es utilizado por los alférez, es decir, personas encargadas de presidir actos durante las fiestas religiosas.

También podrá observarse un rebozo con plumas de gallina, denominado mamal, que se utiliza para tapar y, al mismo tiempo, proteger simbólicamente al niño durante la ceremonia del bautismo entre los nahuas de Cuetzalan, Puebla.

Mitos y leyendas

El huipil tzotzil de las mujeres de Zinacantán, Chiapas (se usa en las bodas), mientras que objetos de uso cotidiano, como cobijas, rebozos, quechquemes, huipiles, aventadores, adornos de joyería y artesanías hechas con plumas también serán expuestos en el recinto de Reforma y Gandhi.

Además, serán recreados mitos y leyendas y se detallarán aspectos referentes a los objetos y rituales de las culturas indígenas contemporáneas.

El más conocido –y será retomado en esta exposición– es el del mito de la edificación de Tenochtitlán, el cual narra que el dios Huitzilopochtli indicó a los mexicas dónde debían asentarse para crear su ciudad. Ese sitio, según la deidad, debería ser donde fuera hallada un águila parada sobre un nopal y que en ese momento devorara a una serpiente.

La exposición Alas del mundo indígena será abierta el 9 de mayo.