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Recuerdan a víctimas en el vigesimoquinto aniversario de la explosión en la planta atómica

Ucrania, donde ocurrió la tragedia de Chernobil, y Rusia exigen mayor seguridad nuclear mundial

Encabezan la ceremonia los presidentes Dimitri Medvediev y Viktor Yanukovich; no asistió Lukashenko

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Ceremonia conmemorativa por los 25 años del desastre nuclear de Chernobil, ayer en el monumento a las víctimas en Kiev, la capital de UcraniaFoto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de abril de 2011, p. 25

Moscú, 26 de abril. Al rendir homenaje a las víctimas de Chernobil, el mayor accidente en una central atómica en la historia de la energía nuclear civil, cuyo 25 aniversario se cumplió hoy, Rusia y Ucrania, dos de los países más afectados por la radiación, abogaron por reforzar la seguridad nuclear en el mundo.

Hablaron los presidentes Dimitri Medvediev, de Rusia, y Viktor Yanukovich, de Ucrania. El tercer invitado a los actos conmemorativos de la tragedia, el mandatario de Bielorrusia Aleksandr Lukashenko, prefirió no asistir y dejar así constancia de su malestar con su colega ucraniano, quien hace poco le pidió no acudir a una reunión en Kiev con representantes de la Unión Europea, dando preferencia al deseo expreso de Bruselas.

Ante tragedias como la de Chernobil, y más recientemente el accidente en Fukushima, tenemos la obligación de redoblar esfuerzos para lograr que la energía nuclear sea auténticamente pacífica, afirmó Medvediev.

Rusia propone crear un nuevo sistema internacional para el uso seguro de centrales atómicas, sobre todo en zonas de alta actividad sísmica o que están bajo riesgo de catástrofes naturales.

Medvediev quiere que expertos de la Organización Internacional de Energía Atómica, del Grupo de los Ocho (G-8) –los países más industrializados del mundo– y de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) elaboren acuerdos que eleven la responsabilidad individual de los estados y garanticen la máxima transparencia de producirse otro accidente de esa magnitud.

Yanukovich, por su parte, está convencido de que Chernobil marca un antes y un después en la energía nuclear civil. Antes de 26 de abril de 1986 el mundo tenía una seguridad ilusoria. Después de esa fecha ya nadie puede tener garantías de seguridad. La tragedia de Fukushima solo confirmó esta amarga verdad, dijo.

Los mandatarios participaron en una misa ortodoxa en memoria de las víctimas en la única iglesia que hay en la zona de exclusión de Chernobil –30 kilómetros alrededor de la planta nuclear, donde los niveles de radiación superan la norma en varias veces–, y colocaron una ofrenda floral al pie del monumento de los 28 bomberos que fallecieron al sofocar el incendio en el cuarto bloque de la planta.

También pusieron la primera piedra de un memorial dedicado a los cientos de miles de personas que participaron en las labores para neutralizar las secuelas de la fuga radiactiva hace 25 años, equivalente a unas 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima.

Según anunció Medvediev, Rusia aportará 45 millones de euros que –junto con los 550 millones de euros ya ofrecidos y todavía no entregados por el G-8 y otros países de la Unión Europea– servirán para edificar una suerte de cúpula sobre el cuarto reactor que explotó.

Ucrania se propone construirla antes de 2015, ya que el actual sarcófago se está degradando con el tiempo y presenta grietas de hasta cien metros, de acuerdo con datos proporcionados por Greenpeace.

La bóveda o estructura de recubrimiento, sin embargo, resolverá el problema durante un máximo de 100 años, su plazo de vida útil tomando en cuenta la resistencia de los nuevos materiales.

Después serán nuestros bisnietos quienes se romperán la cabeza para ver qué hacen con Chernobil porque lo más probable es que se derrumbe el primer sarcófago y ya nadie podrá ingresar al cuarto bloque, lamentó este martes Emlen Sobotovich, director del Instituto de Geoquímica Ambiental de la Academia de Ciencias de Ucrania.