Opinión
Ver día anteriorJueves 28 de abril de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Astillero

Freno a la LSN

Pugnas priístas de elite

Versiones de San Lázaro

Historias cotidianas de terror

Clase Política

La sombra del extraordinario

Julio Hernández López
Miguel Ángel Rivera
Dinero

La boda real: buen augurio para la economía británica

Wal-Mart y la venta de armas

Ultimátum de empresarios laguneros

México SA

Tarifas eléctricas en las nubes

Regalo panista a consumidores

Calderón se fue (pero lo regresan)

Enrique Galván Ochoa
Carlos Fernández-Vega
Foro de la Cineteca

Algo así como un buen tipo

Melón

Iván, Pekka y Cristóbal

Carlos Bonfil
Luis Ángel Silva
Reforma política: lógica presidencialista
E

n el contexto de la apretada agenda legislativa en el cierre del periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, se aprobó ayer, en lo general, en el Senado de la República, el dictamen de la reforma política originalmente propuesta, en diciembre de 2009, por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón. La minuta será turnada ahora a la Cámara de Diputados y, en caso de ser aprobada en esa instancia, deberá ser avalada por al menos 17 legislaturas estatales, dado que se trata de una reforma constitucional.

El Correo Ilustrado

Pide cordura a diputados

C

omo muchos otros ciudadanos mexicanos, advierto alarmada el peligro de que con la Ley de Seguridad Nacional que se pretende votar en la Cámara de Diputados este jueves se atente contra la libertad de expresión, se violen los derechos humanos y se anule el estado de derecho. Debemos impedir que nuestro país se convierta en un Estado policiaco-militar, como sucedió en otros países de América Latina que ya han restablecido la democracia.

El SME y el turno del Congreso
A

ño y medio atrás el Congreso de la Unión pudo detener el golpe fascista en contra del SME. Pero abdicó de su facultad legislativa constitucional plasmada en el artículo 73 fracción X, permitiendo que un Decreto extinguiera a Luz y Fuerza del Centro (LFC), despidiendo a más de 44 mil trabajadores, hombres y mujeres electricistas. Por elemental decoro legislativo debieron haber citado a los secretarios de Estado involucrados en el ilegal e inconstitucional decreto para conocer de las supuestas razones de que el funcionamiento de Luz y Fuerza del Centro no resulta conveniente desde el punto de vista de la economía nacional ni del interés público. Eran los tiempos de la alianza PRI-PAN, hoy rota por la coyuntura electoral, y salvo el rechazo del PRD, PT y Convergencia, la mayoría de diputados y senadores avalaron vergonzosamente el golpe al SME y a una empresa productiva y eficiente, pese a la deliberada política de descapitalización que los gobiernos neoliberales le impusieron para justificar la privatización de la industria eléctrica en la zona centro del país.

La resolución y sus secuelas
R

etomo el tema de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad y sus secuelas, abordado hace un mes. No parece haber precedente de que una coalición que asume la ejecución de un mandato del consejo lo haya hecho de manera tan descoordinada, polémica e ineficaz. Ninguno de los tres líderes de la coalición –Obama, Sarkozy y Cameron– parece estar de verdad convencido de que actuó con prudencia, de cuál es el objetivo real de la intervención, de cómo llevarla adelante y, sobre todo, de cómo y cuándo salir de ella, dándola por concluida. Las noticias diarias nos traen la prueba de que el mandato de proteger a la población civil de los excesos criminales del régimen que la oprime dista, por mucho, de haber sido cumplido. Se alega, desde luego, que sin intervención las cosas serían mucho peores, aunque no hay forma de demostrarlo. Las noticias también muestran que, lejos de ejercer un efecto disuasivo, la forma tan poco efectiva en que ha actuado la coalición ha convencido a otros regímenes del área, particularmente al de Siria, de que pueden escalar con impunidad las acciones represivas contra sus propias poblaciones. Se diría que, en apenas unas cuantas semanas, la comunidad internacional –en el supuesto de que la resolución del consejo y las acciones de la coalición sean representativas de su actitud– ha perdido interés en proteger a otras poblaciones civiles, víctimas de represiones que uno de los líderes de la coalición, el más reticente por cierto, ha calificado de escandalosas. Por su parte, los integrantes de la coalición no parecen tener el menor interés, en el caso de Siria, de ir más allá de las condenas verbales, pues están conscientes de haber llegado a los límites de su capacidad de acción militar táctica en conflictos localizados simultáneos o de estar muy cerca de ellos. Esto explica que ahora la prensa estadunidense hable de una suerte de empate entre la coalición y el gobierno del coronel, que ha resultado un hueso mucho más duro de roer de lo que esperaban quienes impulsaron la resolución y se lanzaron, precipitadamente y sin planeación, a ponerla en práctica. No se olvide que no habían transcurrido 24 horas del voto en Nueva York cuando el irrefrenable señor Sarkozy pretendió cubrirse de gloria al realizar el primer bombardeo. Al menos se abstuvo de imitar a Bush declarando de inmediato que la misión se había cumplido.

José Antonio Almazán González
Jorge Eduardo Navarrete /II
El uno por ciento
E

n la más reciente edición de la revista Vanity Fair, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz publica una aguda crítica a la concentración del ingreso y de la riqueza en Estados Unidos, propiciada por las políticas liberales del último cuarto de siglo, uno de cuyos efectos ha sido la creciente desigualdad. Sus observaciones se concentran en el uno por ciento de la población que recibe la cuarta parte del ingreso de ese país. Semejante riqueza se ha traducido, de manera inevitable, en poder e influencia, y en políticas de gobierno orientadas a satisfacer los intereses de este reducidísimo grupo social. De ahí el título del artículo: Del 1%, por el 1%, para el 1%, que también podríamos titular: Dinero llama dinero.

Hay de pactos a pactos
E

n la guerra de Calderón contra el crimen organizado no habrá triunfadores ni derrotados. Y esto será así porque de origen estuvo mal planteada. Al llevarla a cabo lo único que ha logrado el Poder Ejecutivo ha sido dividir al enemigo (ahora son más los grupos criminales que en 2006), aumentar la violencia y el número de muertos, y así seguirá hasta el final de este terrible y dramático sexenio.

Soledad Loaeza
Octavio Rodríguez Araujo
¿Seguridad sin derechos?
G

ran malestar han producido las rectificaciones de última hora contenidas en el llamado predictamen de las comisiones de la Cámara de Diputados sobre la Ley de Seguridad Nacional aprobada por el Senado. Preocupa, de entrada, el modo como el grupo mayoritario de la bancada priísta ata y desata a su antojo acuerdos convenidos dentro de su partido o con otras fuerzas sociales o parlamentarias para satisfacer, según la opinión generalizada, las negociaciones del gobernador del estado de México (que sin ir a las urnas ya se siente presidente) con el gobierno federal y los grandes poderes fácticos, como el Ejército, la Iglesia católica y la patronal que reclama nuevos privilegios en el mundo laboral. La característica común a esos esfuerzos es que se trata de iniciativas dictadas para fortalecer los intereses particulares sobre las necesidades colectivas. Presentadas como respuestas a urgencias estructurales, el reformismo del que se vanagloria la representación del PRI sigue en la lógica calderonista de parchar el sistema con remiendos de todo tipo, sea en el ámbito de la economía o en la mediocre reforma política que, por ejemplo, pretende abrir las puertas a las candidaturas ciudadanas sin redefinir el régimen de partidos ni pensar en las alternativas de financiamiento o en los mecanismos para proteger las elecciones del contexto de criminalidad y violencia que las rodea.

Del sobrecalentamiento
L

os economistas de los organismos internacionales han venido planteando desde hace algunos meses que las distintas economías del mundo se mueven a dos velocidades. El mundo de los países emergentes, comandado por China e India, tiene altos ritmos de crecimiento, son demandantes voraces de materias primas y alimentos, y sus sistemas financieros nunca estuvieron en crisis. El mundo desarrollado, en cambio, encabezado por Estados Unidos y los países europeos, contuvo la recesión y empezó a crecer pero a tasas reducidas, con altos niveles de desempleo y problemas importantes en las finanzas públicas y el comercio exterior.

Adolfo Sánchez Rebolledo
Orlando Delgado Selley
Un fuego que puede quemar a todos
S

e puede estar o no de acuerdo con las ideas políticas de Gaddafi, pero la existencia de Libia como Estado independiente y miembro de las Naciones Unidas nadie tiene derecho a cuestionarlo.

Cuba: otros apuntes sobre el congreso
E

n mi entrega anterior (21/4) abordé el ambiente de democracia popular, que hizo del sexto congreso del Partido Comunista de Cuba un encuentro de la nación cubana. En esta sintetizaré la política decidida en la reunión partidista, centrada en la actualización del modelo económico. Consiste en la erradicación del paternalismo, el igualitarismo y las concepciones idealistas en la organización de la sociedad. En cambios estratégicos en la economía, la política y la sociedad que permitan sostener y desarrollar la justicia social, la equidad y las libertades conquistadas por la revolución. Ello exige un modelo económico y social más solvente, eminentemente cubano, fuerte institucionalmente, adecuado a las necesidades, tradiciones y experiencias de la nación y a un entorno internacional extremadamente competitivo y volátil. El objetivo es fortalecer y perfeccionar el socialismo, decisión inequívoca del pueblo cubano. Los cambios están pensados para consolidar la economía, haciéndola mucho más eficiente y capaz de sacudirse de los embates de la crisis capitalista, con o sin bloqueo estadunidense.

Fidel Castro Ruz
Ángel Guerra Cabrera
El amante
E

n la variada y muy interesante temporada que se abrió en el teatro de la UNAM, la segunda obra estrenada es El amante, la emblemática y muy representada obra de Harold Pinter, el más importante dramaturgo de habla inglesa (y de otras hablas) de la segunda mitad del siglo pasado, en la traducción de Rafael Spregelburd que se puede encontrar en la edición de Losada, pero ya aquí limpia de argentinismos y apta para el público mexicano, lo que no es poco tratándose de un autor para el que el lenguaje es la absoluta construcción del mundo. Se suele encasillar a Pinter dentro de la corriente del absurdo –incluso hay quien por flojera o ignorancia lo llama surrealista– pero la verdad que su teatro es inclasificable, por lo que muchos aluden a lo pinteriano, lo que podría ser todo y lo mismo es nada. Sus frases elusivas, sus famosas pausas, el realismo de sus personajes en situaciones muy poco reales hacen de sus textos un juego que acaba por subvertir modos y costumbres de Inglaterra y se puede decir que de gran parte del mundo. El amante posee todas estas características y aunque no comparte con textos posteriores el atemorizado arrinconamiento en un espacio interior ante confusas amenazas exteriores, la acción en ese departamento algo tiene de claustrofóbico por la historia misma que a acota todo y a todos fuera de sus paredes.

Olga Harmony