Quito, 6 de mayo. Los ecuatorianos están convocados este sábado a un referendo planteado por el presidente Rafael Correa para hacer enmiendas constitucionales que permitan reformas al sistema de justicia y prohíban las inversiones de la banca y la prensa en otros sectores económicos.

Los electores podrán votar sí o no de manera uninominal, y para la aprobación de cada una de las 10 preguntas se requerirá la mayoría absoluta de los votos válidos (sin blancos ni nulos).

La decisión popular será de obligatorio e inmediato cumplimiento. Según algunos analistas, con este referendo el presidente Correa pone una vez más en juego su capital político.

Correa, que podrá postularse para un nuevo cuatrienio en los comicios de 2013, convocó a la consulta afianzado en una popularidad de 65 por ciento, según una reciente encuesta.

Los expertos creen que busca relegitimarse después de la rebelión policial de septiembre del año pasado, que denunció como un intento de golpe de Estado.

Si Correa gana recobrará la fortaleza política y la legitimidad, golpeadas el 30 de septiembre, al demostrar su vulnerabilidad, afirmó el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Adrián Bonilla.

El gobernante ecuatoriano aseguró que esa rebelión, que dejó 10 muertos, fue instigada por opositores para derrocarlo e incluso intentar asesinarlo.

Pero una derrota del oficialismo adelantaría la campaña para las elecciones presidenciales de 2013, opinó Bonilla.

El mandatario dice que sus esfuerzos están enfocados a cambiar la realidad de Ecuador, un país sudamericano de 14.3 millones de habitantes en los que 35 por ciento de los ciudadanos vive en la pobreza.

La oposición política, dividida en varios grupos, acusa a Correa de querer concentrar más poder político mediante el plebiscito, que se desarrollará entre las 7 y las 17 horas locales de este sábado y al que están convocados 11.2 millones de electores.

Intenta apoderarse de la justicia y controlar los medios de comunicación para tener el poder total en Ecuador, debido a lo cual estaríamos frente a una virtual dictadura, expresó el derrocado ex mandatario Lucio Gutiérrez (2003-2005), uno de los principales dirigentes opositores.