Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de mayo de 2011 Num: 847

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Ricardo Venegas

Lo conocido
Nikos Fokás

El terremoto y Japón
Kojin Karatani

No es maná lo que cae
Eduardo Mosches

Hablar de Leonora
Adriana Cortés entrevista
con Elena Poniatowska

Los volcanes de
Vicente Rojo

Carlos Monsiváis

El corazón more geométrico
Olvido García Valdés

Ordenar, Destruir
Sergio Pitol

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Luis Tovar
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La dureza del dato

A la hora de la ponderación, el análisis y la evaluación de ciertos fenómenos que determinan y explican la situación actual del fenómeno cinematográfico –considerado en sus aspectos de infraestructura, distribución y exhibición–, así como la del cine mexicano en particular –tomando en cuenta los antedichos aspectos más el de la producción–, no faltan las personas, bienintencionadas o de las otras, cuyas apreciaciones, posturas y dictums padecen una alarmante carencia de la información indispensable para que sus manifestaciones puedan ser consideradas algo más que una mera, simple, parcial y en ocasiones parcializada opinión.

Empero, dichas opiniones de suyo poco atendibles precisamente por carecer de bases sólidas, suelen ser hechas pasar por verdades pontificales a beneficio de quien las profiere o, en el menos grave de los casos, cubren los espacios mediáticos dedicados al cine con una pátina de ignorancia y distorsión que resultan muy duras de quitar. No se dice en descargo de quienes así proceden, pero es un hecho que, tradicionalmente, la información acerca del fenómeno cinematográfico en México ha sido cualquier cosa menos organizada y sistemática. Por eso, es de la mayor importancia que el Instituto Mexicano de Cinematografía haya publicado recientemente su Anuario estadístico de cine mexicano 2010, el cual subsana la carencia antes mencionada y aporta los elementos indispensables para hablar, pero en serio y con datos duros, del estado actual de la infraestructura, la producción, la distribución, la exhibición, la difusión, la percepción y los alcances socioeconómicos del cine en México.

El volumen incluye, entre muchísima información valiosa, un resumen de los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo y Percepción de Cine Mexicano aplicada el año pasado; un recuento estadístico de la industria cinematográfica en México durante el siglo que va de 1910 a 2010, así como informes acerca de la relación entre el cine mexicano y la televisión, el DVD e internet. Es imposible resumir en este espacio las más de 150 páginas de información pura y dura del Anuario…, por lo que a continuación se ofrece una brevísima muestra de lo que contiene –y ojo, se insiste, todo debidamente documentado…

Ocho de cada diez personas en México ven cine, ya sea en salas, televisión, DVD o internet, y 75% de esas ocho lo hacen al menos una vez por semana.

De quienes ven cine, siete de cada diez lo hacen por televisión abierta, cinco por televisión de paga, tres compran DVD y tres lo rentan.

Sólo uno de cada diez usan internet, video on demand o Blu ray.

El 42.4% de la población total del país no cuenta con ninguna sala de cine comercial en su municipio.

El precio promedio por boleto fue de $47.60, es decir, poco menos de un salario mínimo diario en la zona económica más alta del país.

El cine estadunidense concentró 90.5% de la asistencia a salas de cine.

Hubo 11 y medio millones de personas que fueron a ver una película mexicana al cine, contra 171 millones y medio que asistieron a ver una estadunidense.

El cine mexicano obtuvo en taquilla poco más de 503 millones de pesos en el año, es decir, únicamente el 6.11% de los 8 mil 230 millones recaudados por el cine estadunidense.

Fueron producidas sesenta y nueve películas mexicanas, y de ellas sólo fueron estrenadas cincuenta y seis.

Por género, el 50% de las cintas mexicanas estrenadas fueron dramas, y fueron vistas por el 38% de la asistencia; 13% fueron documentales, vistos solamente por el 1%, mientras 4% de los estrenos fueron comedias románticas, vistas por el 29% del público de cine mexicano.

Por clasificación, 70% de los filmes nacionales fueron B o B15, y los vio el 68% de la audiencia; 21% fueron AA y los fue a ver 15% del público, y sólo 9% fueron C, pero asistió 20% de cineespectadores.

Tanto de cine mexicano como extranjero, 40% fueron clasificadas B15 –para adolescentes de quince años en adelante–, pero sólo fueron vistas por 19% de los espectadores.

Un puñado de siete películas, todas ellas para público infantil, concentraron 14% de la asistencia total a salas.

En un mercado de 4 mil 818 salas cinematográficas, la mitad de las películas mexicanas fue estrenada con cincuenta copias o menos, y una sola cinta nacional salió con más de cuatrocientas copias, es decir, una cifra competitiva en comparación con el blockbuster gringo menos pudiente.

Desde 2006, la producción de largometrajes nacionales, tanto de ficción como documentales, supera las sesenta producciones anuales.