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Ver día anteriorLunes 30 de mayo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Tumbando Caña

La fiesta de Déborah

C

on tremenda descarga de salsa y timba cientos cientos de radioescuchas celebraron la noche del sábado el quinto aniversario del programa Salsajazzeando, que produce y conduce en Horizonte 107.5 la carismática Déborah Holtz.

El encuentro festivo se dio en el renovado Centro de Espectáculos Premier que en su noche de reapertura albergó a más de mil 500 (su capacidad) fervorosos salseros, que manifestaron así su gusto y apoyo por un programa radiofónico que ha costado sangre, sudor y lágrimas a esta dinámica mujer que cada sábado, de 14 a 16 horas, inunda el cuadrante de sabor.

Toda alegría y desparpajo, Déborah dio la bienvenida a sus seguidores, que en muchos casos sólo la conocían de voz o por sus apariciones en televisión. Sean ustedes bienvenidísimos, exclamó la conductora. Así como sin salsa no hay paraíso, sin ustedes no habría programa, expresó casi gritando y mencionó a Las Chicas Distroyer, El Chango Salsagacero, Los Gualdos, El Bizcocho y La Cachorra, quienes han sido sus más fieles seguidores.

Acto seguido habló del esfuerzo que le ha significado combinar esta tarea con su labor de editora y promotora cultural, agradeció a las autoridades del (Instituto Mexicano o de la Radio (Imer) la oportunidad y confianza y reconoció como su maestro e instigador a Andrés Rosales, a quien, dijo, le debe todo lo que sabe de salsa.

Vestida de rojo, con el cabello suelto y desbordada emoción, Déborah Holtz mencionó que seguirá firme, al pie del cañón, divulgando esta música y espera cumplir más años y celebrarlo bailando aunque sea con bastón.

Entre el público había de todo: artistas plásticos, escritores, poetas, periodistas, músicos, bailadores… Muchos conocedores de la cosa, otros no tanto, todos con el mismo objetivo: Festejar a quien nos da tanta alegría, como dijo el impresor Carlos Rodríguez.

La fiesta la comenzó La Típica, joven agrupación salsera que desarrolla un proyecto propio, alternándolo con la labor de grupo acompañante de figuras de la salsa como, en este caso, Adalberto Santiago, leyenda de las Estrellas de Fania, a quien apoyaron para que se luciera con temas iconos de su carrera.

Déborah, quien fungió de conductora/animadora, presentó al cantante puertorriqueño, de quien dio pormenores de su carrera y lo ubicó como el gran maestro que es. Adalberto arrancó con Anacaona, obra de Tite Curte Alonso que popularizara Cheo Feliciano, y de ahí no fue más que tirar candela. A sus 70 años recién cumplidos este hombrazo sigue dando muestras del poderío de su voz, capaz de comunicar altas dosis de optimismo a cualquier público, y tras un rosario de temas que le hicieran famoso con las orquestas de Ray Barreto y Típica 73 concluyó su participación con la muy prendida Quítate la máscara.

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Adalberto Santiago, durante el festejoFoto Notimex

La locura en el centro de espectáculos Premier se desató cuando al escenario llegó Issac Delgado, el chévere de la salsa cálida, el mulato fino de voz de melcocha, uno de los iniciadores del auge de la salsa cubana.

Elegante, como acostumbra, acompañado de una poderosísima orquesta y ante la algarabía de sus seguidores, Issac se tiró pa’ lante y comenzó el periplo de hora y media de timba romántica con En primera plana, del álbum homónimo (2007); continuó con a todo ritmo con Qué pasa loco, de Con Ganas (1993); La mujer que más te duele, también de En primera plana, y La sandunguita, de La primera noche (1998) y Necesito una amiga, del tiempo cuando cantaba con NG La Banda.

Era el meridiano del concierto, el chévere ya tenía al Centro de Espectáculos Premier convertido en un pandemónium danzario. Su música no es fácil, es compleja, repleta de descargas sonoras y agresivas, pero que la gente bailadora entiende muy bien. Deja que Roberto te toque/ deja que Roberto te pase la mano, cantaba el mulato de Buena Vista apoyado en un tempo funkeado moviendo al gentío de un lado a otro. Nadie como él para conducir el goce bailador. ¡Y con las manos arriba ahí!, incitaba y siguió tirando candela. “¡¿Y La Jornada, dónde está?!”, saludó.

Y así siguió hasta concluir su programa con Los sitios, entero, tema clásico que hace honor al más tradicional de los barrios habaneros con el que el chévere se remontó a los tiempos en que era la voz principal de NG La Banda. Ya se iba, pero lo regresaron y tuvo que despedirse con una conga cubana que incluyó canciones de Van Van e Irakere. La gente desbordada salsarrumbeando.

Fue una fiesta inolvidable, sin duda.