Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de la Casas, manifestó que con relación a la carta circular que envió a mediados de mayo el Vaticano a todas las conferencias episcopales para que elaboren planes que atiendan con más eficacia los casos de pederastia clerical, los obispos hemos nombrado un comité que se encargará de hacer las consultas pertinentes y en noviembre próximo definiremos este procedimiento.

En el contexto de la 91 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en la cual se analizan la formación en seminarios, Arizmendi, quien fue profesor durante dos décadas y rector del Conciliar de Toluca de 1981 a 1991, dijo que la pederastia clerical es un grave delito, pero subrayó que no abunda entre nosotros.

No obstante indicó que para evitar que haya sacerdotes pederastas, las normas básicas que se siguen en los seminarios, y que en esta asamblea están en revisión, cuentan con criterios tajantes, entre ellos que al concluir el seminario menor (bachillerato) el alumno debe haber consolidado su identificación sico-sexual masculina.

Así mismo en filosofía y teología ponen especial cuidado en la madurez afectiva de los seminaristas, promoviendo la educación en el amor oblativo, en la afectividad y en la sexualidad, pero también les dan herramientas para que aprendan a relacionarse sin ambigüedades con toda clase de personas, que sean capaces de vivir la amistad serena y profunda, habituándose a tratar a hombres y mujeres con el respeto y la prudencia que exige el celibato.

Los 104 obispos reunidos ayer en Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli, durante las sesiones de trabajo, en las cuales participaron más de 20 rectores, escucharon de éstos conferencias sobre la realidad vocacional en el país, la realidad de los seminarios y los retos que ponen los tiempos actuales, como la secularización creciente, el relativismo, la desintegración de la familia, el cambio cultural, el hedonismo y la influencia de los medios electrónicos.

Sobre las conductas erróneas de algunos ministros de la Iglesia, Víctor Rodríguez Gómez, secretario general de la CEM sostuvo en un mensaje con motivo de la asamblea que la falta de claridad en su opción vocacional relacionada con ciertos vacíos humanos y espirituales, que de alguna manera se llenan con caminos equivocados son algunas de las razones que explican las faltas a la moral de algunos clérigos.

Indicó que en nuestros seminarios debemos tener cuidado tanto en la selección de los candidatos como en una formación fundamentada en la fe, porque ésta determina las condiciones para asumir el ejercicio pastoral en este tiempo concreto que nos toca vivir, e hizo alusión a que algunos cambios ocurridos en la sociedad no son los más propicios para mantener la vocación sacerdotal.