Opinión
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México SA

Salario mínimo real vs discurso

Cordero, candidato Guinness

Calderón y su crecimiento

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obre hombre: no tiene remedio. La fotografía publicada ayer en la página 5 de La Jornada lo dice todo, y la gráfica que acompaña esta entrega despeja cualquier duda, si la hubiera, sobre la supuesta fortaleza del poder adquisitivo del salario mínimo en el país presumida por Ernesto Cordero, el voluntarioso secretario de Hacienda que afanosamente trabaja para destrozar cualquier posibilidad, por lejana que sea, de convertirse en el candidato panista para 2012. Pero ese es su problema, porque el de millones de mexicanos consiste en sobrevivir en la realidad con salarios miserables y empleos, cuando los hay, cada vez más precarios.

Decidido a imponer récord Guinness en cuanto al mayor número de sandeces en el menor tiempo, el susodicho se aventó: “el poder adquisitivo del salario mínimo es mucho mejor en la época actual que hace 30 años. Por primera vez en décadas el poder adquisitivo del salario mínimo está creciendo en México, aunque sea de manera muy modesta; es decir, lo que alcanza para comprar con un salario mínimo es más… En la década de los 80 el poder adquisitivo del salario mínimo se contrajo 50 por ciento, mientras que en los 90 retrocedió 20 por ciento. Ahora, por primera vez en la historia reciente en México el salario mínimo ha incrementado su poder adquisitivo, si quieren de manera muy modesta, no hay duda de eso. Pero sí al menos con un salario mínimo cada vez se pueden comprar más cosas, y esto es debido al control de la inflación y a la estabilidad en los precios que, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado, en este momento en México los precios son bastante estables y no pierden poder adquisitivo nuestro salario, nuestros ingresos y nuestra moneda”.

¡Ole, matador! ¿Cara dura, desconocimiento, campaña propagandística, muñeco de ventrílocuo, harakiri? Quién sabe, pero lo cierto es que con esa dinámica resulta un candidato impresentable. La mezcla de realidades con fábulas nunca arroja un buen resultado. Cierto es que desde 1980 el poder adquisitivo del salario registra pérdida año tras año, pero es totalmente falso que con el advenimiento del calderonato, e incluso desde el foxiato, no sólo se corrigió tal rezago histórico, sino que a estas alturas el saldo más que positivo es mucho mejor que hace tres décadas”. De ser correcta tal aseveración, el aumento real al mini ingreso durante la estadía de Felipe Calderón en Los Pinos (y Cordero siempre ha estado su lado) tendría que ser superior a 70 por ciento, cuando menos.

Pero la realidad es rotundamente distinta: en cuatro años de calderonato (2007-2010) el salario mínimo promedio de las tres zonas geográficas en las que, para estos efectos, se divide la República registró un aumento nominal de 13.96 por ciento, mientras que en igual periodo la inflación creció 20.21 por ciento (cifras oficiales), con lo que queda claro que el poder adquisitivo del mini ingreso se mantiene a la baja (la inflación resultó 45 por ciento superior al supuesto incremento al referido salario). Si se amplía el periodo y se incluye el sexenio foxista (2001-2010), entonces el aumento nominal acumulado fue de 46.9 por ciento y la inflación de 56.79 por ciento (21 por ciento de diferencia entre uno y otra). En ambos casos (sólo Calderón, y la dupla panista) lo único que se comprueba es que lejos, muy lejos, de resarcir el poder adquisitivo del salario mínimo la situación ha empeorado. Lo mismo sucede con los salarios contractuales (información del Banco de México): en el periodo 2007-2010 se registró un aumento promedio de 18.45 por ciento, contra una inflación de 20.21 por ciento, pérdida cercana a 10 por ciento en el periodo.

Para no ir más lejos, en diciembre de 2010 la Organización Internacional del Trabajo confirmó que México ocupa el penúltimo lugar en América Latina, y uno de los más bajos del mundo, en lo que se refiere a poder adquisitivo del salario mínimo, ubicado sólo arriba de Guyana, pero abajo de Nicaragua (en el caso latinoamericano), y en niveles similares a los registrados en Gabón, Mauricio, China (aunque esta nación está ligeramente por encima de la nuestra) y Kazajistán.

En su Informe mundial sobre salarios 2010-2011; políticas salariales en tiempos de crisis, la OIT revela que México aparece en la citada posición, no sin subrayar que desde 1982 el salario mínimo real en el país registra pérdida constante, además de que la participación de los salarios en el ingreso total se desplomó 9.6 puntos porcentuales en términos reales del sexenio de Miguel de la Madrid al de Felipe Calderón (casualmente el periodo neoliberal), al pasar de 39.5 por ciento entre 1980 y 1985, a 29.9 por ciento en el lapso 2004-2007, lo que confirma no sólo la tendencia predominantemente negativa a largo plazo en la participación de los salarios, sino que los beneficios y la redistribución del ingreso se han fortalecido, sí, pero abiertamente a favor del capital, subsidiado por la masa trabajadora.

Por si fuera poco, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM documenta que la caída en el poder adquisitivo durante el gobierno de Felipe Calderón sigue siendo mayor que la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari. Se ha dado una caída en las condiciones de vida de los trabajadores similar a la sufrida en la llamada década perdida (la de los años 80 del siglo pasado), mostrando así un retroceso. De continuar la tendencia en la pérdida del poder adquisitivo, el salario mínimo presentaría una pérdida histórica mayor a la registrada en el sexenio de Ernesto Zedillo, que fue de 51.1 por ciento, y podría alcanzar el 62 por ciento, la más profunda desde los años 40 del siglo pasado.

Con miras al proceso electoral de 2012, el eje del discurso de Felipe Calderón, con Cordero en el micrófono, es el pasado, no regresar al pasado de la mentira, no cometer el error histórico de regresar al pasado “del engaño, cuando lo cierto es que los dos gobiernos panistas lo único que han hecho es arraigar el pasado y desvanecer el futuro.

Las rebanadas del pastel

Muy contento andaba el inquilino de Los Pinos presume que te presume que la economía mexicana, con él en la residencia oficial, crece como no lo hacía en un buen tiempo. Y tiene razón: no crecía tan poquito desde tiempos de Miguel de la Madrid (-0.24 por ciento en los primeros cuatro años de gobierno). Con Felipe Calderón la tasa anual promedio en el cuatrienio es de 0.9 por ciento, contra 4.26 por ciento, para el mismo periodo, con Salinas de Gortari; 2.65 por ciento con Zedillo, y 1.52 con Vicente Fox. Pero él es feliz presumiendo las migajas…. Un abrazo, con mi profundo agradecimiento, a los amigos del municipio de Xico, en Veracruz.