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Ciudad Perdida

La SCJN y el Código Electoral

Ciudadanos en busca de opciones políticas

T

odo parece indicar que las observaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no tienen por objetivo propiciar que con una ley laxa se permita la creación de nuevos partidos políticos.

En el Código Electoral local permanecerá la condicionante que ha sido atacada, principalmente por quienes tienen interés en formar nuevas agrupaciones que sobrevivan a expensas de los impuestos que pagan los ciudadanos. Es decir, para que una agrupación política alcance el rango de partido, tendrá que demostrar que afilió, sin rastro de duda, a cuando menos 2 por ciento de la lista de electores de todo el DF.

La cifra que se requiere para poner a circular un partido emergente tendrá que ser, aproximadamente, de 140 mil militantes, si tenemos en cuenta que la lista nominal de electores en esta capital es de alrededor de 7 millones de ciudadanos con todos sus derechos a salvo.

Esta norma, si así la podemos llamar, no es única en la capital del país. En Durango, la Ley Electoral advierte que quienes pretendan formar un partido político deberán significar 2 por ciento del padrón electoral de la entidad. Lo mismo sucede en los estados de Morelos, Nayarit y San Luis Potosí, cuando menos.

Hay además otras entidades de la República en las que el requisito de afiliados es mayor. En Chiapas se requiere 3 por ciento y en otros lugares se pide un número específico de militantes por distrito o municipio, además de algún porcentaje del total del padrón.

Entonces, como se puede ver, el DF no es la única entidad que exige el requisito del 2 por ciento, pero eso parece ser lo de menos. Lo importante es saber si los habitantes de los estados necesitan de nuevas representaciones políticas. Habrá mucha gente que asegure que sí, que es necesario refrescar el ambiente político de la Federación con organismos emergentes, porque la ciudadanía no se siente representada por los que ahora existen.

La respuesta tiene mucho de verdad. Son pocos los políticos que recogen las inquietudes, las demandas, los reclamos de los ciudadanos y tratan de corregir las fallas para beneficio de sus electores. También es verdad que lo que se ha dado en llamar divorcio entre políticos y ciudadanos se expresa en las encuestas, en las que el aparato de gobierno y los políticos en general son lo meno confiable para la gente.

El problema para los ciudadanos inquietos por este tema es hallar entre todos los que pretenden formar partidos alguno que ofrezca un opción diferente. Hasta la derecha, que defendió los principios conservadores, ha tomado la agenda de la socialdemocracia como oferta única para la ciudadanía.

Lo mismo sucede con la izquierda, que en busca de su modernización se inclina hacia la derecha desde la misma agenda, y eso está claro en cada una de las declaraciones de quienes pretenden armar nuevas organizaciones. Por eso resulta tan difícil para casi la mayoría de políticos fuera de los partidos conseguir afiliados en el número que marca la ley. Si lo que se pretende nuevo es lo mismo que se tiene, no hay caso.

De pasadita

En el PRI del DF se empiezan a agitar las aguas. Hasta donde se sabía, y se tenía como casi seguro, Beatriz Paredes sería la candidata de ese partido a la jefatura de Gobierno, pero hay señales que indican que eso que parecía seguro, no lo es tanto.

Hasta donde se sabe, la senadora María de los Ángeles Moreno ha iniciado, en su carácter de legisladora, una serie de visitas a diferentes lugares de la ciudad, cosa que los mal pensados interpretan, desde ya, como una campaña para lograr apoyos en caso de convertirse en la señalada por el priísmo. Dicen que Beatriz Paredes está de acuerdo con los propósitos de la senadora, cosa que de ser cierta cambiaría el panorama de ese partido en la capital. ¿Será?