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El síndrome puertorriqueño revela el racismo en la práctica siquiátrica en ese país

En EU traducen la otredad, lo diferente, en patología, afirma Patricia Gherovici

La autora argentina afirma en su investigación, publicada por Siglo XXI Editores, que han sido médicos militares quienes han inventado los diagnósticos de los estados mentales

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de junio de 2011, p. 8

El racismo de las prácticas siquiátricas en Estados Unidos y cómo opera la realidad social en el inconsciente son dos de los ejes principales de la investigación El síndrome puertorriqueño, de la sicoanalista argentina Patricia Gherovici, cofundadora y actual directora de Philadelphia Lacan Study Group.

En este trabajo, Gherovici utiliza sus conocimientos y estudios combinados de Freud y Lacan y se apoya en disciplinas como la historia, la antropología y la sociología para examinar el estado actual de la siquiatría y de la comunidad hispana en Estados Unidos.

Dirigido no sólo a especialistas, de manera rigurosa y sagaz, Gherovici da cuenta de cómo se inventan los diagnósticos siquiátricos en el país del norte.

En charla con La Jornada, la sicoanalista refirió que fue una enorme sorpresa descubrir que toda la terminología siquiátrica que se usa en los manuales y sistemas estándar de clasificación de enfermedades, denominado DSM, proviene del frente de guerra, es decir, de médicos militares, quienes patologizaron la diferencia al otro, al latino, como se ejemplifica en los distintos casos clínicos que se integran en el libro y que se atendieron en el barrio latino de la ciudad de Filadelfia.

Cualquiera que habita el barrio “tiene que lidiar con las grandes dificultades que padecen los grupos marginados: pobreza urbana, adicciones, desintegración familiar y las formas más extremas de violencia. Esa comunidad de excluidos se convierte en objeto ejemplar para determinar la legitimidad del modelo de salud mental imperante en Estados Unidos. En la mayoría de los casos, los servicios de salud mental sólo tienen como propósito la supresión de los síntomas. Se trata de un modelo inspirado en el funcionalismo, cuyo fundamento es la idea de que eliminando los síntomas se puede ayudar –incluso obligar– al paciente a que se integre con menor dificultad al modelo de producción capitalista”, apuntó la autora.

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El síndrome puertorriqueño ha ganado varios reconocimientos en su versión en inglésFoto Cristina Rodríguez

La situación de los puertorriqueños en Estados Unidos ilustra de manera magnificada el sufrimiento de todos los latinos en aquel país, que tienden a ser marginados. El tema llama la atención porque Estados Unidos se está convirtiendo en un país cada vez más latinizado, puntualizó la especialista.

En dicho país, “la práctica siquiátrica clínica se considera una subespecialidad médica, una práctica neutral sin ninguna implicación política. Sin embargo, ese pensamiento es resultado de una posición ideológica: hay un ejercicio del racismo en las prácticas sanitarias de salud, a nivel institucional o privado, en consultorios costosos y elegantes.

Mucha gente ejerce ese racismo y prejuicios, como pensar que la gente tiene una sique diferente según sus ingresos, lo cual es una total aberración. Traducen la otredad, lo diferente, en patología.

“En el libro se plantea que en Estados Unidos la práctica clínica sí tiene consecuencias políticas con efectos sociales. Cada acto clínico –sostiene la especialista– tiene enormes implicaciones sociopolíticas. La práctica clínica es ideológica: uno asume una posición política cuando decide escuchar a un paciente.”

De lo que aquí se trata, concluyó Patricia Gherovici, es de revelar una categoría del racismo mediante la práctica siquiátrica y de sacar al sicoanálisis del barrio elegante con consultorios costosos, al tiempo que se propone la alternativa de una clínica sicoanalítica que en lugar de producir síntomas generen una verdad que ayude a las comunidades marginadas a ser un poco más libres.

El síndrome puertorriqueño, publicado por Siglo XXI Editores, obtuvo el Premio Gradiva de la Asociación Nacional de Avances del Sicoanálisis y el Premio Boyer de la Asociación Antropologica Americana, en su edición en inglés.