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El crítico social reúne 28 ensayos en Cuestión de valores, libro publicado por Sexto Piso

La hora del declive de EU ha llegado, dice Morris Berman

Tiene tendencias muy perturbadoras en dirección de un Estado policial, alerta el historiador cultural

Individualismo, tecnología y dinero no propician una civilización, asevera

 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de junio de 2011, p. 4

Estados Unidos va en declive como potencia mundial, suele afirmarse, y se habla además del ingreso presente a un mundo multipolar. Alrededor de ése y otros asuntos, como la idea de progreso o el futuro que se perfila para la humanidad, el reconocido historiador cultural y crítico social estadunidense Morris Berman escribió 28 ensayos, reunidos y traducidos en su reciente libro Cuestión de valores.

Este trabajo del intelectual, considerado una astilla encajada en la imagen de grandeza y autocomplacencia que profesa la mayoría de sus compatriotas, fue publicado en México por la Editorial Sexto Piso.

Berman, quien desde hace cinco años radica en la ciudad de Guanajuato, es autor de libros como El crepúsculo de la cultura americana, Edad oscura americana, El reencantamiento del mundo, Cuerpo y espíritu, Historia de la conciencia y en octubre deberá estar listo –para presentarlo en la FIL (de Guadalajara) Las raíces del fracaso americano.

–Analizar críticamente a Estados Unidos lo ha llevado a hacer también una crítica de la condición humana, mundial, a la que caracteriza por la vaciedad. ¿Cómo ha sido ese trayecto?

–El suceso más importante en los pasados 400 años, en mi opinión, fue la creación de Estados Unidos. Y creo que ahora ha llegado el fin de ese país, su declive. Fueron siglos de una influencia enorme sobre el mundo, especialmente cultural.

Pero lo más importante no es la historia de Estados Unidos, sino la tecnología y la expansión económica. Son los valores más importantes. La guerra es la consecuencia de los dos. Por ejemplo, por esta expansión se necesita energía, petróleo, y esto involucra a la guerra. Estados Unidos utiliza 25 por ciento de la energía del mundo, con una población menor a 5 por ciento del total del planeta. Es increíble. Creo que Estados Unidos está en el fin de este proyecto de 400 años. No es posible continuar.

–¿Qué le hace pensar eso, cuáles son los síntomas de ese fin?

–En una de las revistas populares de Estados Unidos, Vanity Fair, nada académica, leí un artículo sobre el declive de este país. Ahí venían los factores que consigné en mi libro El crepúsculo de la cultura americana. Ahora hay una conversación pública sobre la idea del declive. Y entre los factores está la corrupción, que cada vez afecta más a las instituciones estadunidenses.

“Un profesor de Estados Unidos escribió un artículo sobre que cinco de los nueve jueces de la Corte Suprema tienen tendencia hacia los republicanos. Toman decisiones basados en esa tendencia política y usan argumentos intelectuales para confirmarlas. La base no es neutral ni científica ni constitucional, sino su tendencia de derecha. La institución más importante en Estados Unidos, la Corte Suprema, padece gran corrupción porque la base no es constitucional.

“Otro ejemplo se observa en la infraestructura. Los daños a Nueva Orleáns por el huracán Katrina llevan ya seis años y casi nada se ha hecho para su reconstrucción. Leí en un periódico que unos jóvenes dijeron que, para reparar los diques que contienen el agua, se requiere una ‘cooperación social’, ¡pero en Estados Unidos consideran esto como socialismo! Entonces –dice riendo–, ¡trabajar juntos es comunismo!”

Experiencia social, no intelectual

Morris Berman aborda también la institución educativa. Investigaciones indican que en el nivel universitario muchos estudiantes (entre 36 y 45 por ciento) no han aprendido nada luego de dos o cuatro años de cursos. El propósito de la mayoría de los universitarios en Estados Unidos ahora es tener una experiencia social, no intelectual.

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Morris Berman durante la charla con La JornadaFoto Roberto García Ortiz

La institución militar se suma a la gran lista, asegura. Tenemos dos guerras: Afganistán e Irak. A pesar del ridículo asesinato de Bin Laden, Estados Unidos no ha ganado estas guerras, que están empatanadas y podrían continuar 10 años más sin resultados. ¿Cómo es posible que el ejército más poderoso del mundo no pueda tener una victoria contra esos dos pequeños países?

–¿Cuál es la mayor carencia de la cultura estadunidense? ¿No ver a los otros, estar encerrada en sí misma?

–Sí. Sólo 12 por ciento del pueblo estadunidense tiene pasaporte. En otras palabras, 88 por ciento no tiene interés en lo que hay más allá de las fronteras de Estados Unidos. Es una sociedad muy provinciana y encerrada.

–Sorprende eso porque la idea general es que los estadunidenses viajan mucho por el mundo.

–No es verdad, la gran mayoría sólo viajan dentro del país. No tienen una visión de ideas diferentes, de modos de vida distintos. Es sólo la ideología de Estados Unidos. Si en Estados Unidos expresas un desacuerdo crítico, inmediatamente eres un “no americano”. Parece una broma, pero así es. Eso no pasa, por ejemplo, en Suecia, donde no se cataloga a los disidentes como no suecos.

–¿Ese acoso sería una forma de extensión del macartismo?

–Sí. Ahora hay tendencias muy perturbadoras en dirección de un Estado policial. Está el ejemplo del joven ex militar Bradley Manning, quien está en la cárcel acusado de filtrar información a Wikileaks. Es una especie de tortura. Hay un aparato de espionaje total en Estados Unidos. La Agencia de Seguridad Nacional revisa los correos electrónicos y las llamadas telefónicas de cada ciudadano. Es peor que la Stasi alemana, porque ésta obervaba a uno de cada siete ciudadanos. Y en nuestro caso son casi 100 por ciento.

–La falta de valores no es sólo un problema de Estados Unidos, sino del resto de los países. Por otro lado, la cuarta parte de su libro se llama Quo vadis. ¿Hacia dónde vamos?

–Sólo como predicción, pues no soy un profeta: durante las próximas dos décadas me imagino que tendremos un mundo multipolar: Estados Unidos, Europa y China.

La tendencia es que Estados Unidos perderá su poder cultural, político y, sobre todo, económico en el mundo. Después se verá si el dominio será multipolar, de China o de la Unión Europea. No está claro aún, en este momento tenemos una situación multipolar. La influencia de Estados Unidos que perdurará más será la cultural, como la tecnología y los modos de vida, la televisión y el cine, las imágenes de la vida.

–¿Y los valores como el individualismo y el egoísmo?

–Ése es el problema y el peligro, porque son valores destructivos. Tengo una cita de un profesor de biología estadunidense: ‘Una sociedad motivada principalmente por el individualismo egoísta, tiene el mismo potencial de sustentabilidad que un conjunto de alacranes enojados dentro de una botella’.

“El individualismo es importante, pero tiene que considerarse la ecología general de la vida humana. Si individualismo, tecnología y dinero es lo más importante; no es posible tener una sociedad, una comunidad, una civilización.

En Estados Unidos el propósito es expansión, tecnología, economía, individualismo, y así no hay sustentabilidad posible.

–No se considera tampoco el progreso espiritual de la sociedad.

–No existe en Estados Unidos. El sustituto es la religión fundamentalista.