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Queremos un pisito como el del principito, gritan a Felipe de Asturias en universidad

Indignados deciden en asamblea enfocar sus acciones contra embargos hipotecarios

Plantón en Valencia frente a la bolsa de valores; en Barcelona acusan al 15-M de guerrilla urbana

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 17 de junio de 2011, p. 31

Madrid, 16 de junio. El movimiento de los indignados españoles volvió a protagonizar en Madrid un acto de resistencia pacífica contra la banca y las instituciones financieras. Más de un centenar de personas impidieron que fuera embargado Luis M. un anciano minusválido de 74 años que iba a quedar sin hogar.

El movimiento del 15 de mayo (15-M) decidió, en asambleas generales y en los debates que se llevaron a cabo en el campamento en la Puerta del Sol, enfocar sus acciones de resistencia a embargos inhumanos. La crisis financiera, que ha elevado la tasa de desempleo en España hasta 23 por ciento de la población económicamente activa, es decir, más de cuatro millones 300 mil personas, ha provocado que la gente se endeude más allá de sus posibilidades, por lo que se prevé que este año sean embargadas 140 mil personas.

Una de las plataformas que se sumó de inmediato al movimiento del 15-M fue la de Afectados por la Hipoteca (PAH). En las localidades de Parla, Tetuán y Palma de Mallorca, los indignados han impedido que personas con deuda hipotecaria sean lanzadas de su vivienda.

Este jueves, unos 100 indignados se concentraron pacíficamente a la puerta de la vivienda de Luis M. para esperar la llegada de las autoridades que iban a realizar el desahucio. El grupo gritó consignas contra entidades financieras y reclamó una reforma de la ley hipotecaria que proteja más al ciudadano y no privilegie a los bancos.

El abogado de la PAH presentó los papeles que demostraban la situación de minusvalía del afectado, quien por su misma situación no ha podido presentarse ante las autoridades hipotecarias para defenderse. Por lo tanto, los abogados decidieron paralizar la acción y esperar hasta que un juez decida al respecto.

El representante de la plataforma explicó que el anciano enfermo no ha podido abonar las cuotas hipotecarias en los últimos dos años, por lo que la entidad bancaria tasó su casa en 90 mil euros, la mitad de lo que él pidió en su momento. Pero ahora, sólo unos meses después, la deuda total contraída con el banco entre comisiones e intereses es de 250 mil euros, que no va a poder pagar.

Mientras tanto, en la Universidad Autónoma de Madrid el príncipe Felipe de Asturias volvió a escuchar la indignación popular con el actual modelo político, que él mismo representa como heredero de la corona que establece la monarquía parlamentaria que rige en España.

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Indignados impidieron ayer la ejecución de un embargo en Parla, en las afueras de MadridFoto Ap

Entre las consignas de los manifestantes estaban la de los Borbones a los tiburones o queremos un pisito como el del principito (en referencia a la mansión que le construyó el Estado cuando contrajo matrimonio, que costó unos cinco millones de euros).

Los manifestantes reclamaban también la llegada de la III República y un cambio en la política educativa, que no la conciba como una mercancía. Hace sólo dos semanas, el príncipe Felipe también escuchó, en Pamplona, a una joven que le reclamaba que antes de asumir el poder convocara un referendo para escuchar la opinión del pueblo o, en su defecto, abdicara. Quiero dejar de ser súbdita para ser simplemente ciudadana, le espetó.

Otro acto destacado del movimiento del 15-M ocurrió en la bolsa de valores de Valencia, donde unos 250 jóvenes llevaron a cabo un plantón pacífico para reclamar un cambio en el modelo financiero y una regulación del capital especulativo.

En Barcelona continuaron las reacciones a la tensa jornada de este miércoles, en que varios diputados denunciaron agresiones de los indignados y éstos, con unos videos, señalaron a los infiltrados de la policía como los responsables de iniciar los actos violentos. El consejero de Interior, Felip Puig, acusó a los jóvenes de actuar como una guerrilla urbana que pretendía provocar una batalla campal y descartó que la manifestación hubiera sido infiltrada por policías.

Stéphane Hessel, autor de uno de los libros de cabecera del movimiento, Indignados, envió una carta en la que rechazó los actos violentos e insistió que la resistencia tiene que ser pacífica. Considero, por tanto, intolerable cualquier intento de paralización de las instituciones de representación democrática, así como la coacción de todo tipo ejercida contra los representantes de la voluntad popular. Eso nada tiene que ver con la resistencia pacífica ni con la legítima disidencia democrática.